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L. SORIANO
VALENCIA.
Sábado, 21 de julio 2018, 00:16
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El ruido nocturno y el incumplimiento de las normas de convivencia no son los únicos problemas que están sufriendo los vecinos del Cabanyal-Canyamelar, además, se está creando alarma por el aumento de los robos en los domicilios habitados del barrio. Una de las zonas que se está viendo afectada es la comprendida entre Espadán, Pintor Ferrandis y calles como Reina, Barraca y Progreso.
De hecho, según fuentes oficiales, esta misma semana se han registrado en la comisaría de la Policía Nacional del Marítimo cuatro denuncias por allanamientos de morada.
El último incidente se produjo en la madrugada del viernes en la calle de la Barraca, en una casa típica del barrio. Una vecina tuvo que alertar a la policía tras encontrarse a los ladrones en casa.
La afectada explica que «escuché el ruido de unos cristales sobre las cuatro de la madrugada y en un principio pensé que algún conductor se habría dado algún golpe con el coche en la calle». Según añaden «la sorpresa fue cuando me levanté y vi los cristales rotos de la puerta de mi casa y vi salir corriendo a un ladrón. Igual no estaba sólo y actuó con otros, pero ya lo vi correr por la travesía de La Marina».
La pasada semana otro vecino de la calle Progreso, residente en una finca, sufrió también el robo en el interior de su vivienda. En este caso, el residente estaba ausente y los ladrones sí pudieron consumar la fechoría. Se llevaron el dinero en efectivo que el vecino guardaba en casa para atender alguna emergencia.
Recientemente también en la calle de la Reina, unos ladrones forzaron la puerta de una finca con la intención de desmontar y llevarse la bomba de agua del edificio. En este caso, los delincuentes no pudieron terminar el desguace de las piezas, pero causaron daños y los residentes tuvieron que proceder a reparar los desperfectos.
Al parecer los asaltantes son un grupo organizado que se ha fijado en este barrio y son varios los vecinos de la zona que afirman que están constantemente pendientes de sus propiedades para evitar «que esta gente pegue patada en la puerta y entre. Si salimos un poco, procuramos no tardar en volver o ir entrando y saliendo para que vean que estamos dentro y que la casa no está abandonada. La verdad es que no estamos tranquilos y ahora que es verano y hay gente que se va fuera, menos aún», explica un vecino.
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