Borrar
Urgente Un hombre cae de una tercera planta en Valencia huyendo de la Policía tras discutir con su pareja
Dos indigentes juegan a las cartas en su asentamiento en las Alameditas. damián torres
El chabolismo se cronifica en el Jardín del Turia de Valencia

El chabolismo se cronifica en el Jardín del Turia de Valencia

La ciudad tiene más de 130 puntos donde duermen indigentes en refugios construidos por ellos mismos con cartones o carritos viejos

Álex Serrano

Valencia

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Viernes, 12 de enero 2018, 00:22

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ahí están ellos, en los meses más fríos del invierno, cubiertos por ropas raídas, durmiendo casi al raso y con historias a sus espaldas. Muchas. Son Alfredo, Ernesto y Osama, que duermen en las Alameditas de Serranos o junto a Bioparc, pero también eran Madeleine e Illia, que dormían en el Pont de Fusta pero ahora han desaparecido, tan en silencio e inadvertidamente como aparecieron. La indigencia y, en particular, la construcción de pobres asentamientos ilegales se cronifica en el Jardín del Turia, tal y como pudo comprobar este diario.

Los asentamientos bajo los puentes y en las Alameditas continúan en pleno invierno

En las Alameditas continúan Alfredo y Ernesto. Antes dormían a los pies de las torres de Serranos, pero ahora se han desplazado más Blanquerías arriba y están muy cerca de la plaza Portal Nou. Se trata de una zona poco transitada: no se puede cruzar desde la otra acera por la presencia del túnel, no se puede subir desde el río porque no hay escaleras y el parque está en desuso. Pero no son los únicos que han hecho su casa con tres paredes y un techo. Sí, tres, no cuatro, porque la cuarta es el muro del petril o de cualquiera de los puentes que permiten a conductores y paseantes salvar el río.

Ni el frío de estos días les saca de la calle. Principalmente, porque no tienen opciones o porque las que tienen, los albergues, no les gustan. Los vecinos, mientras, los miran con cierta pena. «Déjalos, no hacen daño a nadie», decía ayer una vecina. «Sí, de vez en cuando entran, compran algo de beber y se van. No molestan... casi nunca», explica el encargado de una tienda de comestibles que prefiere mantenerse en el anonimato. Sobre qué significa ese «casi nunca» también quiere seguir en silencio.

Y es que para esconderse de las bajas temperaturas, casi cualquier sitio es bueno. Por eso no es extraño ver asentamientos bajo los puentes del río, como el de Serranos. Son zonas relativamente tranquilas. Ayer estaba vacío. Los indigentes que duermen en estos puntos suelen salir durante el día para recoger chatarra, vender paquetes de pañuelos en los semáforos o mendigar en cualquier esquina de la ciudad.

«Vienen más desde el incendio... pero la gente no sale de la calle»

En distintos puntos de la ciudad la situación no parece mejorar. En el caso de la calle Guillem de Castro, tras el incendio provocado por un indigente en una de las puertas de las torres de Quart, los vecinos reconocen que sí acude más la policía, aunque eso no consigue «que la gente salga de la calle». Tanto en los soportales de la calle del Bany como en el pasaje de acceso al ambulatorio de Guillem de Castro duerme gente por las noches.

También se cronifica la situación en el barrio de El Pilar o El Mercat, en la zona más conocida como Velluters. En varios parques y plazas duermen indigentes que, si bien no llegan a montar asentamientos como tal, sí acampan cada noche en puntos elegidos donde refugiarse de las gélidas temperaturas invernales. Es el caso de zonas como la plaza Juan de Vilarrasa, solares de la calle Quart o los aledaños de la calle Viana, donde cada noche duermen decenas de indigentes.

El Ayuntamiento de Valencia activó a principios del pasado mes de diciembre la operación frío, con la que pretendía que cerca de 200 personas de las 400 que viven en la calle salieran de ella al menos por la noche. La patrulla X-4 de la Policía Local reparte mantas y prendas de abrigo entre quienes no quieren acceder a los albergues. La operación continúa en marcha.

Ahí siguen Osama, Ernesto o Alfredo. Otros han desaparecido, como los que estaban asentados en un solar de la calle Antonio Pérez. Pero la realidad es pertinaz: según datos ofrecidos por la concejalía de Igualdad el pasado año, en Valencia hay 134 asentamientos ilegales, con un número estimado de 1.041. El distrito con más infraviviendas de este tipo de Quatre Carreres, que es también el más grande de la ciudad. En 2015, siempre según datos municipales, había en Valencia 22 asentamientos ilegales en los que vivían 140 personas.

Este diario intentó ayer ponerse en contacto con la patrulla X-4, que atiende a los indigentes en las calles, pero derivaron al servicio de Bienestar Social, con quien no fue posible contactar a lo largo de todo el día. Cabe recordar que en diciembre la concejalía que dirige Consol Castillo amplió las plazas del nuevo centro de baja exigencia de la calle Alta en previsión a los días más fríos del invierno.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios