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MAR GUADALAJARA
Jueves, 7 de noviembre 2019, 16:16
Mejorar el sistema de reciclaje es la apuesta para esta legislatura del gobierno municipal. La concejalía a cargo de Sergi Campillo, edil de Compromís y vicealcalde de la ciudad, se propone rematar la faena que inició su antecesora, Pilar Soriano. Los parámetros del reciclaje no cambian pero sí lo hará la forma en la que se lleve a cabo. Habrá cambios en la ubicación de los contenedores y una nueva forma de agruparlos para evitar la temida contaminación cruzada.
Es decir, se mantiene el azul, el verde y el amarillo para papel, vidrio y envases. Pero habrá una nueva división: lo que antes recogía el contenedor gris como un cajón desastre, ahora se divide entre este y el marrón para los residuos orgánicos. La diferencia reside en desechar en el marrón residuos alimenticios, papeles y cartones manchados, restos de plantas y flores e incluso tapones de corcho. El gris quedará para toallitas higiénicas y otros productos de higiene femenina, pañales o restos de cerámica.
Los responsables del área creen que los ciudadanos «no están bien informados» sobre cómo y dónde se deben tirar los residuos que se generan en los hogares. Por ello, sus esfuerzos irán dirigidos a reorganizar los contenedores en estas 'islas' en las que se incluirá el contenedor marrón y se reducirá la presencia del gris. A su vez se emplearán en refrescar la memoria e incidir en el nuevo método. Un ejemplo: para tirar los residuos orgánicos quieren fomentar el uso de bolsas biodegradables y compostables que ya están disponibles en supermercados.
«No solo es una campaña para fomentar la orgánica sino que también aumentaremos el resto de contenedores organizados en estas islas. Empezamos en 13 barrios y el año que viene seguiremos en el resto, para que en 2020 ya esté en toda la ciudad», ha informado este jueves en rueda de prensa Campillo.
El Ayuntamiento denomina 'islas' a las nuevas agrupaciones de contenedores que como mínimo contarán con un depósito de envases, uno orgánico y uno gris. No todas las agrupaciones dispondrán de todos los contenedores. Según ha explicado Campillo, esta nueva forma de distribución que establecen se debe a que «donde más contaminación impropia hemos detectado es la de plásticos en el contenedor gris, por eso siempre habrá uno de envases porque el plástico es lo que hay que reciclar y estará junto al orgánico, para indicar que se tiene que separar».
Los contenedores de vidrio y de papel se distribuirán en función al volumen de estos desechos en cada distrito. En concreto, según datos municipales, el 50% del vidrio que se recicla en la ciudad lo produce la restauración y la hostelería. Tan solo en Ciutat Vella, donde no se superan los 40.000 residentes, se genera una decena parte del vidrio de toda Valencia; supone un 10% en un único distrito pese a que solo congrega al 5% de la población. Por ello, el refuerzo de contenedores de vidrio o papel será en relación a estas observaciones.
En el conjunto de los trece barrios en los que se implantará la nueva reorganización se impondrán 661 islas al finalizar el 2019. Los cambios en la ubicación de los contenedores estarán indicados cuatro días antes de dicha modificación, en etiquetas amarillas pegadas en cada depósito para informar a los vecinos de la dirección exacta a la que se trasladará.
Más de 700 unidades serán reubicadas al finalizar el 2020. Estos cambios en la planificación del reciclaje en la ciudad podrían conllevar algún inconveniente; pueden ocupar plazas de estacionamiento de los barrios. Así lo ha reconocido el propio Campillo que ha asegurado que «se podrán perder lugares de aparcamiento», aunque prevé que «la incidencia será mínima». Según ha explicado se trata de un trabajo realizado por los servicios de las empresas contratadas y los técnicos del Ayuntamiento «para hacer un reparto complejo y reorganizar contenedores de toda la ciudad, y donde ahora hay contenedores aislados, se llevarán a otros lugares para crear esas islas».
Hace diez años en la ciudad las cantidad de toneladas recogidas en la selección del reciclaje era menor. Pero los residuos de papel y vidrio siguen siendo los más reciclados por los valencianos. Las toneladas de plástico recogidas al año han aumentado al igual que los residuos orgánicos, ambos superando en 2019 las 11.000 toneladas.
La recogida de cartón ha pasado de una media de 10 toneladas anuales, a las más de 15.400 que se han recogido en la ciudad este año. El vidrio se mantiene durante esta década en una media de 12.000 toneladas anuales, aunque en este último ejercicio, casi roza las 13.000.
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