Borrar
Valencia se suma al carro de las barberías hipsters.

Ver fotos

Valencia se suma al carro de las barberías hipsters. Pedro Namasté

Las barberías no pasan de moda en Valencia

Resurge un oficio que parecía destinado al olvido, pero que ha visto en la cultura urbana el trampolín perfecto para reinventarse | Los primeros barberos en hacer negocio se quejan del exceso de nuevos locales

SARA MASCARELL

Valencia

Jueves, 13 de septiembre 2018, 19:56

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Las barbas largas y frondosas son el signo de identidad de los hipsters. Estas personas, que se consideran así mismos como outsiders de la sociedad actual, se caracterizan por su fascinación por lo vintage. Montados en su bicicleta fixie, se les reconoce por llevar gafas de pasta, utilizar ropa de segunda mano y escuchar música alternativa, preferentemente indie y pop-folk.

Esta imagen, a priori, puede resultar algo ruda o desaliñada, pero nada más lejos de la realidad: todo está perfectamente cuidado y estudiado por esta tribu urbana que desea rescatar lo antiguo y convertirlo en tendencia. En ese afán por hacer del pasado el presente resurgieron las barberías, negocio que parecía destinado al olvido, pero que ha visto en la cultura hipster el trampolín perfecto para reinventarse. Y logran perdurar sin pasar de moda.

Como se hiciera antaño -de hecho su primera aparición se sitúa en la Edad Media- todas exhiben el clásico cilindro blanco, rojo y azul en su entrada. Al igual que la cruz verde en las farmacias, el poste de barbero las identifica e invita a que el viandante las ubique en el camino. Una vez dentro, la mayoría sigue un patrón parecido: muebles de madera antigua, suelo de parqué con sillones de piel, radios clásicas en las que suena rock and roll de los años 50 y un estilo vintage-americano con imágenes recurrentes de harleys y chicas pin-up. Los trabajadores son una pieza más en este escenario. Ataviados con camisa blanca, pantalón negro de vestir y tirantes, evocan a la perfección el noble oficio de las tijeras.

En la primera foto: el interior de una barbería hipster. Abajo: una moto de coleccionista decora el local. A la derecha, el poste cilíndrico de la entrada. Pedro Namasté
Imagen principal - En la primera foto: el interior de una barbería hipster. Abajo: una moto de coleccionista decora el local. A la derecha, el poste cilíndrico de la entrada.
Imagen secundaria 1 - En la primera foto: el interior de una barbería hipster. Abajo: una moto de coleccionista decora el local. A la derecha, el poste cilíndrico de la entrada.
Imagen secundaria 2 - En la primera foto: el interior de una barbería hipster. Abajo: una moto de coleccionista decora el local. A la derecha, el poste cilíndrico de la entrada.

Aunque la atmósfera nos transporte al negocio tradicional, las modas aún siendo cíclicas, vuelven readaptadas al presente. Los locales actuales no sólo se limitan al cuidado de barba y cabello sino que intentan crear un ambiente familiar a través de servicios complementarios: bebida gratis, juegos de arcade, playstation e incluso servicio de cachimbas. Algunas van más allá y han eliminado el uniforme: «Las barberías están en constante evolución. Nosotros nunca nos hemos posicionado como 'clásicos'. Yo empecé vistiendo con camisa, corbata, chaleco... hasta que realmente acabas sacando tu personalidad en cuanto a vestir y en cuanto a cómo llevar la barbería. Estamos ante una nueva era», expresa Juan Luis Morillo, propietario de la barbería Tres Bigotes en Valencia.

El «boom» del negocio en Valencia

La capital del Turia no está fuera de la revolución barbera. Desde hace aproximadamente cinco años, ha visto florecer este negocio, que cada vez cuenta con un mayor número de fieles: «Los hombres ya no lo dudan y vienen directamente a las barberías porque se ofrece un servicio 'mejorado' al dado en una peluquería unisex y, sobretodo, especializado», comenta Morillo, el cual asegura no tener «miedo» por la creciente competencia porque «clientes va a haber siempre y si además se cuenta con un precio asequible acompañado de un buen trabajo, faena no va a faltar».

Para Fenando Díaz, dueño del local Los honorables, la clave de su creciente demanda no se basa únicamente en la especialización: «El hombre actual busca una barba y un pelo cuidado y las redes sociales influyen mucho porque se visualizan las tendencias y la gente se fija y sigue a modelos masculinos que les gustan. El cliente nos trae fotografías para que le hagamos cortes de pelo semejantes».

Fernando Díaz, arreglando la barba de un cliente.
Fernando Díaz, arreglando la barba de un cliente. Pedro Namasté

Si bien la cultura hipster huye de convencionalismos y de las modas imperantes es, paradójicamente, una corriente cultural que se ha forjado en las redes de comunicación actuales, a través de las cuales participa activamente. De esta forma se han ensalzado a personas a las que se considera un referente dentro de este movimiento. Un ejemplo claro es el modelo británico Ricki Hall, considerado un icono a seguir por las personas que buscan lucir una barba larga: «Antes, los cabellos largos estaban de moda porque la gente se fijaba en los grupos de música del momento como los Rolling Stones. Eran los referentes masculinos y los hombres deseaban parecerse a ellos. Ahora, en redes sociales tienes muchísimos influencers que marcan las tendencias y los clientes se ven reflejados en unos u otros. Y por eso se viene más a la barbería, porque el hombre tiene un amplio abanico de posibilidades entre las que buscar el estilo en el que se sienta más cómodo», añade Díaz.

«Nos estamos excediendo»

Las primeras barberías en hacer negocio en Valencia se quejan de esta moda de crear tantos locales, aunque recalcan que no es la competencia lo que les perturba: «Nos estamos excediendo. Hay gente que abre barberías y que no sabe trabajar aún y pienso que se debe buscar el camino una vez has terminado de formarte y eres un buen profesional. Después, si quieres, monta tu propia barbería para poder seguir creciendo, pero no antes», manifiesta el barbero Morillo. Su compañero de profesión, Díaz, pone el foco de atención en la enseñanza de los jóvenes: «Los chicos salen muy mal preparados de los ciclos formativos de barbería. Lo que aprenden es casi nada y con un curso de 3 o 4 meses no estás bien preparado y menos para embarcarte en un negocio».

Si los jóvenes se están embarcando demasiado 'pronto' en la creación de estas peluquerías masculinas, es un hecho que sólo puede contestarlo el tiempo, pero es evidente que las barberías copan cada vez más las calles. Ahora está por ver si es un negocio que, lejos de las modas, puede sobrevivir a su exitoso presente.

Un caso singular: Noelia | barbera

«Como mujer tienes la inseguridad de que te cojan como un cebo»

Noelia Gracia recorta el bigote de un cliente.
Noelia Gracia recorta el bigote de un cliente. Imagen cedida por Noelia Gracia

La moda de las barberías hipsters ha dado lugar a un nuevo fenómeno: la inclusión de la mujer en este sector de trabajo. Un negocio que antaño sólo era de hombres y para hombres, ahora cuenta con una pequeña porción de clientas y barberas que reivindican su labor. Su camino, no obstante, no ha sido fácil, como cuenta a LAS PROVINCIAS Noelia Gracia, empleada de una barbería de la localidad valenciana de Aldaia.

P: -¿Por qué decidiste ser barbera?

R: -Llevo seis años dedicándome a la peluquería femenina, pero no es el sitio donde quería estar. Somos muy complicadas. A la larga, la mujer siempre viene con una inseguridad extra y nunca acabas de darle lo que quiere. En la barbería he encontrado una aceptación tanto de la clientela como con la gente con la que trabajo. He fusionado lo que yo tengo de estética y peluquería femenina en hombre y me ha dado un resultado, que desde hace 3 años hasta ahora, es lo mejor que he podido hacer.

-¿Cómo te sientes desempeñando un oficio que se considera tradicionalmente de hombres?

-Al principio sientes que te van a comer. Siendo mujer tienes en primer lugar la inseguridad de que te cojan como un cebo. De hecho, en alguna barbería sí que me he sentido como un cebo. Tienes miedo de que te contraten porque eres mujer y eso conlleva a que a veces no diferencias entre el cliente que realmente va porque le gusta cómo le cortas el pelo o el que simplemente viene porque quiere hablar contigo y conseguir tu número de teléfono. Al principio me costó, pero la experiencia que ya tengo cara al público me dice que vienen porque les gusta lo que hago. De todas formas más que la clientela en sí, asusta el sitio que vaya a contratarte porque es ahí donde realmente van a decidir qué quieren hacer contigo.

-¿Algún cliente no ha querido que le atendieras sólo porque eres mujer?

-Sí, y a día de hoy me sigue ocurriendo. Sin embargo, hay muchas personas que me han dicho que no quieren que las atienda, pero están presentes mientras tú estás cortando a otros clientes y luego vuelven a la barbería y ya no les importa que les cortes tú, porque ya te han visto. Hay un gesto en el hombre que a mi me hace mucha gracia y es el momento en el que les va a pasar la navaja; notas cómo tragan saliva como diciendo 'ay dios, a ver qué me va a hacer'. Luego, cuando ven que no les has hecho ninguna 'masacre' se relajan.

-¿Has tenido miedo a no ser contratada?

-Hoy por hoy no, pero si esta pregunta me la hubieses hecho hace dos años te habría contestado que no me están cogiendo por ser mujer. Por suerte, ahora, están valorando mi trabajo. Aunque es triste que yo me tenga que emocionar porque empiecen a valorar lo que hago y no mi apariencia. De todas formas, las nuevas generaciones que vienen están cambiando. Trato con muchos niños y adolescentes en las barberías y no se asombran de verme trabajar, lo ven normal.

-¿Tienes a mujeres como clientas?

-Sí, y además cada vez tengo más. Ayer mismo estuve con una chica que se había hartado de llevar el pelo largo y me pidió que la rapase. Con la llegada de las barberías, las mujeres también se están sumando al 'rollo' de la barbería, porque yo creo que el tema de los géneros se está difuminando. La que quiera ser una mujer con aspecto de hombre va a poder serlo y, al revés, un hombre que desee verse más femenino, también. Estamos rompiendo esas barreras.

-¿Sientes que como barbera estás ayudando a romper prejuicios?

-Sí, tanto yo como mis compañeras. Este año fui a la 'Battle Barber' como modelo acompañando a una compañera de L'Eliana y ganó ella el primer puesto en una competición en la que se valoraba a hombres y mujeres a la vez. Las barberas nos apoyamos mucho, hacemos mucha piña porque sabemos en el mundo en el que estamos. Hubo un momento muy curioso y es que cuando hubo que juzgar el trabajo de los hombres el público no hacía mucho caso, pero en el momento de juzgar el nuestro, se hizo el silencio. No se escuchaba un alama. He de decir, que las barberas se atrevieron mucho más que ellos. Se notaba que fueron a por todas por ser la primera vez que se presentaban a este torneo. Cuando ganó mi compañera, ganamos todas.

El estilo pin-up de las barberas.
El estilo pin-up de las barberas. Imagen cedida por Noelia Gracia

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios