Secciones
Servicios
Destacamos
ÁLEX SERRANO
Lunes, 11 de julio 2016, 20:57
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Como en Londres o en Nueva York. O incluso como en Madrid y Barcelona, donde la conexión en transporte público permite unir el área metropolitana con la capital. Así quiere Compromís que sea Valencia. Cuando Joan Ribó llegó a la alcaldía hace poco más de un año, su proyecto de «Gran Valencia» pretendía recuperar la EMT en las localidades de l'Horta limítrofes con Valencia, unir los servicios de alquiler de bicis de distintos municipios ya fuera mediante intercambiadores o mediante un servicio conjunto, o llevar a cabo la tan ansiada integración tarifaria entre los autobuses que van a l'Horta y la EMT. Un año después, la situación permanece prácticamente igual que antes de la llegada del tripartito al Consistorio.
Se han hecho avances. La EMT llegará a Paterna, Moncada, Alboraya y Vinalesa, afectados por la supresión de las líneas de la EMT que discurrían por sus municipios en 2012, tal como los ediles y Ribó afirmaron en abril. Serán la Diputación y la Generalitat quienes asumirán el coste del regreso del servicio de autobús. Sin embargo, los convenios siguen pendientes de aprobación por la Conselleria de Infraestructuras y por el momento no hay ningún avance, pese a que se habló de antes de verano de 2016 para que los autobuses volvieran a las localidades de l'Horta.
La situación está encallada, sobre todo, en Mislata. El Ayuntamiento que preside el socialista Carlos Fernández Bielsa ha rechazado las propuestas presentadas por el Consistorio del cap i casal, que llegaba a reclamar más de un millón de euros para recuperar el servicio que antes de 2012 ofrecía la línea 7 de la EMT. En Mislata, por tanto, están a la espera de que la Generalitat dé una alternativa, que podría pasar por los conocidos autobuses amarillos de Fernanbus, aunque el concejal de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Valencia, Giuseppe Grezzi, ya alertó en su momento de que la solución no era de su agrado. Los vecinos de Nou Moles, el barrio más cercano a Mislata, también reclaman de manera incansable el retorno de la línea 7. Prolongar el sevicio de Metro Bus que presta Fernan Bus costará los 200.000 euros que la Conselleria estaba dispuesta a gastarse en llevar el servicio de la EMT a Mislata.
Se ha dado la circunstancia, además, de que los alcaldes de las localidades de l'Horta cercanas a Valencia han censurado a Ribó que no cumpla sus promesas de devolver la EMT a los pueblos. En 2012, cuando aún estaba en la oposición, el primer edil, entonces portavoz municipal de Compromís, lamentó que no sea la EMT la empresa que asuma estos servicios, «que deberían estar financiados». Ahora, desde el despacho de Alcaldía del Ayuntamiento, defiende que pagar el servicio de transporte de la EMT a municipios como Mislata o Paterna sería «un fraude» para los valencianos porque Valencia debe «pagar los servicios de sus ciudadanos» y las otras ciudades los de los suyos.
Por cierto que la EMT tiene otro frente abierto con las pedanías de Valencia, que forman parte de la ciudad en teoría pero que en la práctica se encuentran, en ocasiones, más lejos que Mislata o Paterna. Es el caso de El Saler, Pinedo o El Palmar, pedanías a las que ya llega la EMT pero cuyos vecinos han lamentado en varias ocasiones que la frecuencia no es la más adecuada. En concreto, los vecinos del Saler critican que la línea 25 está demasiado llena de viajeros los días de más afluencia en el parque natural de la Albufera, sobre todo los fines de semana de verano. El autobús que une las pedanías y el centro pasa por El Saler cada 20 ó 30 minutos.
La bicicleta sigue esperando
El mundo de la bicicleta en el área metropolitana, estandarte de la política de movilidad de Compromís, también está a la espera. Ahora mismo, los usuarios del servicio de alquiler de bicicletas de Burjassot, por ejemplo, no pueden dejar la bici en Valencia y coger una de Valenbisi porque las estaciones no son compatibles. La concejalía de Movilidad Sostenible trabaja con las empresas que gestionan los servicios en las localidades de la «Gran Valencia» y esperan que a principios de 2017 haya intercambiadores en determinadas zonas como por ejemplo Nuevo Centro, pero de momento la cuestión sigue parada.
Ribó también quería recuperar la agencia de movilidad y para ello la Generalitat y los ayuntamientos del área metropolitana de Valencia firmaron en diciembre del pasado año un acuerdo para crear una autoridad única de transporte. Se acordó entonces crear dos comisiones. Una de ellas es de carácter institucional que compuesta por la consellera de Vivienda y Obras Públicas, María José Salvador, por los alcaldes del área que estén obligados a disponer de transporte urbano, por un representante de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), por el director de la conselleria pertinente y por un representante de Conselleria de Hacienda. La otra es de tipo técnico y está formada por tres trabajadores de la Generalitat, dos del Ayuntamiento de Valencia, uno de cada operador de transporte (EMT y FGV) y un técnico. Esta comisión se acaba de crear y han comenzado las reuniones.
Esta autoridad única tendrá que encargarse, entre otros aspectos, de la integración tarifaria para todo el transporte público del área metropolitana de Valencia. Sin embargo, la cuestión se adivina complicada porque los presupuestos de las distintas entidades son muy diferentes y los costes de las líneas difieren entre ellas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.