A la espera de los millones del contrato programa

El Ayuntamiento de Valencia espera con ansia el contrato programa, la ayuda que aporta el Estado para sufragar parte del billete del metro y del tranvía. Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga y Tenerife sí lo reciben. Serían entre 20 y 45 millones de euros que permitirán reducir el coste de los trayectos, aliviar las arcas de las entidades de transporte y ampliar el presupuesto de las mismas.

Para poder optar a ello se ha creado la autoridad única del transporte. Es uno de los motivos, aunque no el único, detrás de la intención de los ediles y del Consell de crear esta entidad: poder optar a las ayudas estatales, que en ciudades como Madrid superan los 129 millones de euros. El contrato programa siempre ha sido una vieja reivindicación del Ayuntamiento de Valencia, incluso cuando gobernaba en la ciudad Rita Barberá. Ciudades como Madrid disponen de él desde 1990, pero el cap i casal nunca ha recibido la ayuda estatal. Y es precisamente la falta de ayudas la razón que los posteriores gobiernos municipales han esgrimido para rechazar mejoras en la EMT o cambios en los recorridos para que lleguen a más puntos de la ciudad.

Según cálculos de 2013, la puesta en marcha del contrato programa, que tiene como objetivo fomentar el transporte público metropolitano, supondría una inyección anual de 54,8 millones de euros, aunque la entonces Conselleria de Infraestructuras barajaba unos 37 ó 40 millones en las distintas peticiones que trasladó al Ejecutivo de Mariano Rajoy. En el caso de Madrid, por ejemplo, entre los años 2009 y 2010 se asignaron 376 millones a la subvención del transporte regular de viajeros.

31 euros por habitante y año

Las ayudas del contrato programa se vinculan al número de habitantes de los municipios y ascienden a 31 euros por habitante y año. En el caso de Valencia el dinero serviría para paliar el déficit de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), que en 2011 fue de algo más de 40 millones. Esta cifra implica que es la Generalitat valenciana la que asume todo el coste del billete. Así las cosas, es cada valenciano quien sufraga con sus propios impuestos alrededor de un euro del déficit de cada viaje y usuario del metro en el área metropolitana de Valencia.

Si existiera el contrato programa en materia de transporte, el Estado sufragaría el billete y esa cantidad que ahora aporta el Consell quedaría libre, lo que permitiría asignarla a otras partidas presupuestarias. Por ejemplo, como apuntó cuando era consellera la ahora presidenta del PP de la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, ese dinero anual posibilitaría la finalización de algunas obras ahora paralizadas, como la línea 2 de metro (se necesitan 140 millones), o emprender otras nuevas.

Sin embargo, la EMT también podría optar a estas ayudas. Para eso se ha integrado la empresa en la nueva autoridad única del transporte. La idea es que el contrato-programa sirva, en última instancia, para poder reducir el precio del billete único, que actualmente está en 1,50 euros.

El concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, ha explicado en varias ocasiones que este tipo de billete es el único que paga todo el coste del trayecto. Con un bonobús, sin contar las tarifas especiales como Bonos Oro o Bonos Joven, el viaje cuesta 0,80 euros. Con el dinero proveniente del contrato programa, comentó el edil esta semana en un desayuno con los medios de comunicación estaría en la mano de la EMT cambiar el precio del billete sencillo.