Así te pueden robar en casa

Con rapidez, destreza y sin violencia contra las personas. Así actúan la mayoría de los ladrones que roban en casas habitadas o deshabitadas. Cuando son descubiertos prefieren huir a emplear la violencia contra las personas. Conocen al dedillo nuestro Código Penal y saben muy bien cómo eludir la cárcel. Y por eso no llevan armas ni se enfrentan a los vecinos. Roban en silencio y huyen.

Por el método empleado, la mayoría de los delitos llevan el sello de las bandas de Europa del Este desarticuladas por la Guardia Civil y la Policía Nacional en los últimos años. Desde el 'bumping' hasta el resbalón, pasando por el 'impressioning' y el hilo de pegamento, los procedimientos delictivos se repiten tanto como las detenciones de malhechores especializados en este tipo de robos.

Herramientas de cerrajería

Algunos ladrones compran herramientas de cerrajería en internet para abrir hasta puertas. La facilidad y rapidez con la que desvalijan las casas preocupa a las víctimas y sus vecinos. En las últimos años, una banda cometió una oleada de robos con este método en viviendas cercanas a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El 'bumping' es una de las técnicas más empleada por los amigos de lo ajeno. Consiste en introducir una llave maestra en la cerradura y golpearla con un martillo hasta hacer saltar el bombín. La avalancha de denuncias mantiene en jaque a la Policía.

Los ladrones suelen adquirir los instrumentos de cerrajería a través de internet, y cada vez utilizan técnicas más expertas para abrir las puertas. Tras hacerse con herramientas que se supone que deberían ser de uso exclusivo del gremio de cerrajeros, los delincuentes cometen hasta cuatro o cinco robos en pocas horas y en el mismo edificio.

Hay bandas que incluso se especializan en un modelo concreto de cerradura y compran instrumentos específicos para abrirla. También tapan las mirillas para que los vecinos de los pisos contiguos no puedan ver sus maniobras sobre las cerraduras.

Ante tan alto grado de especialización delictiva, las asociaciones de cerrajeros reclaman mayor control de la venta de sus herramientas en internet, tal y como sucede con otros utensilios, y la Policía recomienda a los ciudadanos llamar al 091 ante cualquier sospecha de robo, hallazgo de marcas o hilos de pegamento en las puertas o presencia de desconocidos en el edificio.

Una lámina de plástico

El método del resbalón es otro de los más utilizados por los ladrones para entrar en las casas con rapidez y sin hacer ruido. Cuando no cerramos la puerta con varias vueltas de llave dejamos nuestro domicilio a merced de los amigos de lo ajeno.

Consiste en pasar una fina lámina de plástico (algunas hasta se venden por internet) por el hueco entre el marco y la cerradura para deslizar el pestillo. De este modo abren las puertas sin necesidad de forzarlas y de la manera más sigilosa posible.

La lámina puede ser un trozo de botella de plástico, una radiografía o una tarjeta de crédito. En la mayoría de las ocasiones, los ladrones entran en una finca por el descuido de un vecino, que ha dejado abierta la puerta, o se hacen pasar por un cartero comercial cuando tocan el timbre. Una vez dentro del edificio, suben hasta la última planta y van probando el método del resbalón hasta encontrar la casa más vulnerable.

Para evitar un robo con este método basta con cerrar la puerta con llave, de modo que el pestillo haga tope y no deje pasar la lámina de plástico. Muchas veces, el exceso de confianza (no dar una vuelta a la llave) es nuestro peor aliado cuando se trata de proteger nuestro domicilio.

El hilo de pegamento

Hay bandas itinerantes que utilizan hilos de pegamento para señalar los pisos que desvalijan. Los ladrones marcan las puertas de las viviendas con este método para saber si los moradores están de vacaciones o se encuentran dentro, y días después, vuelven para abrir las cerraduras con herramientas y ganzúas sin apenas causar daños.

Este procedimiento delictivo resulta muy difícil de detectar a simple vista. El método consiste en colocar un hilo de pegamento o silicona entre el marco y la puerta para comprobar al día siguiente si permanece intacto, lo que indicaría que la casa está vacía porque nadie ha entrado ni salido.

La rotura del hilo significa que alguien habría abierto la puerta y que entonces es muy probable que haya gente en el interior de la vivienda. En el verano de 2021, dos vecinos de la calle Maximiliano Thous de Valencia descubrieron que alguien había colocado hilos de pegamento en 14 de las 16 puertas de las casas de un edificio de ocho plantas.

Tras avisar a la Policía e informarse sobre el método delictivo, el presidente de la comunidad de propietarios colocó carteles en el zaguán y el ascensor para alertar a los vecinos. Los ladrones también taparon con una pegatina la mirilla de una puerta. Algunos delincuentes cubren con papeles adhesivos las pequeñas aberturas para que los moradores no puedan descubrirlos en el caso de que miren por la mirilla tras escuchar ruidos extraños en el rellano.

El método 'impressioning'

El sistema 'impressioning', que permite fabricar una réplica de la llave dentro del bombín, tiene su origen en el oficio de cerrajero y, por su efectividad y rapidez, lo suelen utilizar grupos organizados o delincuentes experimentados.

Con este método abren las cerraduras sin apenas dejar rastro. Tras introducir una llave falsa dentro del bombín, junto con una fina lámina de aluminio deformable, realizan un molde al instante y hacen una copia de la llave al quedar impresas las muescas que encajan en la cerradura.

Bandas organizadas

Las bandas organizadas actúan a diario en la provincia de Valencia. Prueba de ello es la oleada de robos que sufrieron a finales del año pasado los vecinos de las urbanizaciones de Paterna, San Antonio de Benagéber, l'Eliana, Bétera, Godella y Ribarroja.

El 112 recibía casi todos los días llamadas de personas que sorprendían a ladrones en sus casas o los veían saltar una valla. Tras analizar los métodos empleados en la mayoría de los robos, la Guardia Civil sospecha que dos bandas de Europa del Este, al menos, están detrás de estos delitos. Aunque no hay datos oficiales sobre el número de denuncias, la cifra supera el centenar en los últimos meses.

El año pasado, la Guardia Civil detuvo a siete albaneses acusados de robar en 40 domicilios. La banda robaba joyas, dinero y aparatos tecnológicos en las casas que habían vigilado días antes en pueblos de varias provincias españolas, y luego se trasladaban a un piso alquilado en Gandia para descansar. Delinquían «una semana sí y otra no», según la Guardia Civil, y lograron un botín de 800.000 euros en los 40 delitos que les atribuyeron los investigadores.

Los siete delincuentes, todos ellos procedentes de Albania, viajaron a España para hacer la temporada de invierno con un horario criminal más extenso al haber menos horas de luz solar. Algunos de los ladrones utilizaron hasta tres identidades diferentes.

Robaban en casas habitadas en zonas rurales tras vigilar a sus moradores, y aprovechaban la ausencia de las víctimas, especialmente por la noche, para entrar en las casas tras forzar una ventana o una puerta. Actuaban con gran sigilo y rapidez, no usaban teléfonos móviles para hablar entre ellos y se comunicaban con 'walkie-talkies' para abortar el robo en el caso de que regresaran los moradores o llegara una patrulla de la Guardia Civil.

Los investigadores de la Guardia Civil les atribuyen robos en Salamanca, Valladolid, León, Palencia, La Rioja, Navarra y Zaragoza, lo que da una idea del carácter itinerante de la banda. Los ladrones detenidos utilizaron el aeropuerto de Lisboa para volar desde Albania, y desde Portugal entraban y salían de España con vehículos alquilados.

Ventanas sin rejas y cerraduras obsoletas

Forzar una ventana o una puerta sigue siendo uno de los métodos más utilizados por los ladrones para robar en viviendas, por lo que los expertos en seguridad aconsejan la instalación de sistemas de alarma y la colocación de rejas en las ventanas y dobles cerraduras en las puertas, una de ellas con barreta cilíndrica de hierro.

Aunque la arquitectura de cada vivienda marca las debilidades de seguridad, los robos con el procedimiento del escalo requieren la habilidad de ladrones experimentados en este tipo de delito y pueden favorecerlos otras circunstancias, como la costumbre de dejar abiertas las ventanas en verano, los cableados en fachadas o la proximidad de un andamio.

Como el 70 por ciento de las cerraduras instaladas en los hogares españoles están obsoletas, según datos del sector, los analistas de robos recomiendan un 'plan renove', con un programa de concienciación, para que los ciudadanos cambien los mecanismos de apertura en las puertas de sus hogares.

También aconsejan retirar la propaganda del buzón en largas ausencias, no publicar en redes sociales fotos de nuestras vacaciones, no cerrar por completo las persianas si tienen rejas o programar un dispositivo de luces, una estratagema para hacer creer a los ladrones que la casa está habitada en verano, uno de los períodos en los que más robos en viviendas denuncian en las grandes ciudades.