Un psiquiatra se enfrenta a 10 años de cárcel por abusar de una niña con trastorno alimentario
El acusado aprovechó la vulnerabilidad de la menor y los enfrentamientos que tenía con sus padres para ganarse su confianza y satisfacer su apetito sexual
Un médico especialista en psiquiatría, cuya identidad responde a las iniciales J. V., se enfrenta a una condena de 10 de cárcel tras ser procesado por un delito continuado de abusos sexuales a una menor entre los años 2012 y 2015 en Valencia. La víctima tenía 13 años y una alta vulnerabilidad psíquica cuando el acusado la asistió por primera vez después de que le diagnosticaran un trastorno alimentario con rasgos depresivos de personalidad.
Según el escrito de acusación de la fiscalía, la relación entre el psiquiatra y la menor se hizo más cercana tras varias semanas de tratamiento, y como la niña tenía fuertes enfrentamientos con sus padres, el procesado aprovechó esta circunstancia y la vulnerabilidad de la menor para ganarse su confianza y convencerla de que él podría ayudarla si intimaban más.
El acercamiento emocional llevó también al físico porque la intención del acusado era satisfacer su apetito sexual en los encuentros que tenía con la menor. Aunque el pretexto para que ella accediera era la terapia, el acusado le decía que el cuerpo de la menor era de él y que solo podía tocarlo él. En junio de 2014, los padres de la niña, que desconocían totalmente las acciones libidinosas que realizaba el psiquiatra, interrumpieron el tratamiento porque no veían resultados y acudieron a otros profesionales.
No obstante, el procesado aprovechó la dependencia emocional de la niña y mantuvo contacto con ella por teléfono y por wasap, concertando encuentros con la menor en los que abusó sexualmente de ella. Un día del mes de octubre de 2015, cuando la víctima tenía 16 años, fue a visitar al psiquiatra a su consulta y se sentaron los dos en el sofá. Según la fiscalía, el acusado pidió a la joven que le hiciera un dibujo en la espalda como manera de simbolizar que él la cuidaba y «era un especie de ángel de la guarda», pero luego se quitó la camiseta y realizó tocamientos a la menor en sus partes íntimas.
En noviembre de 2015, los psicólogos que estaban tratando a la joven detectaron la anómala relación y le prohibieron volver a contactar con él, pero esto no impidió que la menor se fugara en alguna ocasión para verle, pues tenía una enorme dependencia emocional del procesado.
Un gabinete psicológico denunció los abusos sexuales en diciembre de 2015 ante la Fiscalía Provincial de Valencia, que tras la correspondiente investigación hizo lo propio varios meses después ante el Decanato de los Juzgados de Valencia. Además de los 10 años de cárcel para el acusado, la fiscalía solicita también la inhabilitación para el psiquiatra por el mismo período de tiempo.
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