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Ignacio Cabanes
Valencia
Martes, 10 de junio 2025, 17:16
Una mujer de 70 años se enfrenta a una pena de tres años de cárcel por un delito de apropiación indebida tras haber desvalijado presuntamente las cuentas de su marido, con un tumor cerebral, durante los últimos meses de vida del hombre, fallecido a los 66 años en noviembre de 2019, aprovechando la enfermedad y vulnerabilidad de este. La acusada realizó un total de 16 trasferencias de la cuenta de su marido a las suyas personales, a través de banca electrónica, por un valor de 149.400 euros.
«Él era consciente de todo, me dijo que ese dinero era de los dos y no quería que sus hijos metieran la mano», alega la acusada sobre los citados movimientos bancarios. La procesada, juzgada hoy en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, niega haber realizado las citadas transferencias y sostiene que fue su marido, con un derrame cerebral, el que lo gestionó todo. «Le gustaba llevar las cuentas de la casa», argumenta. «A mí me pareció todo fenomenal, nunca pensé que pudiera perjudicar a nadie porque el dinero era nuestro», ha concluido la acusada.
La procesada, que se ha negado a contestar a las preguntas de la acusación particular, ejercida por la letrada Patricia Cogollos, contrajo matrimonio en régimen de separación de bienes con la víctima, con el que convivió desde el año 2017. A su marido le detectaron un tumor cerebral en junio de 2019, que se fue agravando hasta que falleció el 1 de noviembre de ese mismo año. Tan solo tres días antes de su muerte, cuando ya estaba encamado, se realizó la última de las transferencias, de 2.000 euros, a la cuenta de la procesada.
Según el relato de la fiscalía, la enfermedad que padecía la víctima desde finales de junio de 2019, hasta su fallecimiento, le impedía conocer y comprender adecuadamente la realización de operaciones de disposición de administración de dinero y por lo tanto, consentir libre y válidamente sobre las mismas.
De esta forma, aprovechando la situación de vulnerabilidad de su esposo y sin conocimiento ni consentimiento válido de este a causa de su enfermedad, según mantienen las acusaciones, la mujer realizó sin estar autorizada de manera telemática, a través de banca a distancia, 16 transferencias por un total de unos 150.000 € desde la cuenta privativa, de titularidad exclusiva de su marido, a cuentas particulares de la misma.
La hija del fallecido asegura que después de que le diagnosticaran la enfermedad, su padre no tenía la capacidad mental para mantener una conversación, «no había entendido ni el diagnóstico, le empezabas a hablar y no seguía la conversación». Olvidaba cosas elementales como los apellidos de sus hijos y no reconocía a las personas, afirma esta testigo.
Por su parte, la hija de la acusada apoya la versión de su madre al asegurar que su padrastro se expresaba de forma normal pese al derrame cerebral y que tenía sus capacidades de raciocinio intactas y era consciente de todo hasta el final. De igual modo, también ha insistido en la mala relación que tenía José con sus hijos. Mientras que los dos hijos, que reclaman el dinero a la acusada, aseguran que la relación con su padre era «excelente».
Especialmente esclarecedor ha sido el testimonio del director de la oficina bancaria y gestor personal del fallecido, quien vio que algo no iba bien al detectar los movimientos bancarios y tratar de contactar vía telefónica con el cliente sin conseguir hablar con él. En una de las llamadas se lo cogió una mujer y le dijo que el dinero era para comprarse una casa de campo en Riba-roja.
Una de las cuestiones que le llamó la atención es que José Cortés jamás hacía operaciones online, e incluso estuvo muchos años sin tener claves. «Siempre venía a la oficina físicamente y no hacía ningún movimiento sin consultar mi opinión», recuerda.
En la causa figuran detalladas las 16 transferencias. Una del 19 de julio de 2019 de 900 €, tan solo tres días después realizó tres extracciones de 15.000 euros cada una. Asimismo, el 19 de agosto otras dos extracciones de 8.000 € cada una. El 23 de agosto tres de 15.000 € cada una, y tres días después otra extracción de 15.000 €, y al día siguiente una nueva por el mismo importe. De igual modo, el 3 de septiembre otra transferencia de 15.000 €, y una más de 6.000 € el 11 de septiembre. Y las últimas cuatro transferencias son tres del 25 de septiembre de 1.500 € cada una y una de 2.000 euros el 29 de octubre, tan solo tres días antes del fallecimiento de este vecino del valenciano barrio de Natzaret.
El Ministerio Fiscal considera que la acusada dispuso en beneficio propio del dinero conseguido en perjuicio del caudal hereditario de los dos hijos y herederos únicos de su marido. Por ello, le acusa de un delito de apropiación indebida, cometido con el abuso de las relaciones personales, y le solicita tres años de prisión y una multa de 3.000 euros. Además tendría que indemnizar y devolver a los hijos y legales herederos los 150.000 € que extrajo de las cuentas de su marido fallecido.
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