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Patricia describe sus desagradables viviencias en el salón de su casa de Valencia. save the children
«Mi tío abusó de mí y ahora mi hija está viviendo el mismo infierno»

«Mi tío abusó de mí y ahora mi hija está viviendo el mismo infierno»

Save The Children alerta del aumento de delitos sexuales contra menores en la Comunitat y revela que ocho de cada diez acaban sin sentencia

J. A. MARRAHÍ

VALENCIA.

Jueves, 21 de septiembre 2017, 20:04

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«Jamás imaginé que lo que pasé de niña iba a revivirlo con mi hija». La voz de Patricia tiembla al recordar. En su infancia fue víctima de abuso sexual por parte de un tío materno. Nunca se atrevió a denunciar. Ahora, ya convertida en madre, está enfrascada en un proceso judicial para demostrar que su hija de 6 años ha tenido la misma desgracia por culpa del hermano de su exmarido. «Mí tío abusó de mí y ahora mi hija está viviendo el mismo infierno», describe la valenciana convencida de que estas experiencias «dejan heridas imposibles de borrar».

La valenciana asegura que sufrió los abusos cuando tenía 9 años, a manos de su tío. «Qué bonita te estás poniendo», le dijo el hombre antes de que sus manos quebrantaran su intimidad. «Cuando me di cuenta me había tirado a la cama». La aparición de su abuela, madre del sospechoso, interrumpió los planes del pedófilo. «La única medida que tomó fue prohibirle estar conmigo. Era una niña. A esas edades no te planteas denunciar, obedeces lo que dicen los mayores».

Sin embargo, la Patricia niña acabó con un injusto y doloroso lastre en plena infancia: «pesadillas, miedo a los hombres... Me despertaba con sudores. No quería que me tocara nadie. Cuando estaba con un chico, me recordaba a mi tío».

Pasaron los años. Se hizo mayor, se enamoró de un hombre y fue madre de una hija. Y cuando esa pequeña tenía tres años, la situación se repitió. Un bucle maldito. «La niña se iba con su padre, mi ex pareja, y ella me contaba que su tío, el hermano de él, intentaba hacerle 'cosas feas'», revela Patricia. «Cuando la duchaba descubrí unas marcas muy raras en sus partes íntimas y ella me dijo que le escocía.» Años después, un nuevo indicio: «El tío me hace lo mismo que me hacía de pequeñita». Ahora tiene 6 años y a veces se despierta gritando: «¡tito, déjame!». Han pasado casi cuatro años y, tras una orden de alejamiento, el caso todavía colea en los tribunales.

El estudio 'Ojos que no quieren ver' de Save The Children revela que en la Comunitat se interponen 700 denuncias al año por delitos contra la libertad sexual en la infancia. Son casi un 70% más que hace seis años y van en aumento. Sin embargo, ocho de cada 10 casos de abusos a niños acaba sin sentencia «por falta de pruebas», describe el informe.

Los tocamientos o agresiones se prolongan una media de cuatro años, «lo que demuestra que faltan herramientas necesarias para prevenir y detectarlos o para que el niño denuncie». La organización lamenta «fallos y debilidades en la respuesta de las administraciones públicas».

«Más de la mitad de los delitos contra la libertad sexual se producen entre los 0 y 13 años», expone Rodrigo Hernández, responsable de la entidad en la Comunitat. El proceso judicial dura tres años de media y los niños tienen que repetir su declaración hasta cuatro veces. Se suma la dificultad de corroborar el abuso cuando no hay más testigos que víctima y agresor.

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