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R. V.
Jueves, 9 de marzo 2017, 00:46
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valencia. Lo sucedido con el valenciano de los 2.000 tumores mantiene ciertas similitudes con el caso Nadia. La niña tiene once años y reside en Lleida. Sus padres llevan años recaudando fondos para sufragar un tratamiento que pueda salvarle vida, ya que decían que padecía de tricotiodistrofia.
El caso saltó a todos los periódicos y televisiones al trascender la presunta estafa: el dinero, gestionado por el padre a través de una fundación, está inmovilizado por el juez, a la espera de que se esclarezcan los hechos. La cantidad económica estafada por los padres de Nadia podría superar el millón de euros. De hecho, el juez les ha impuesto una fianza de 1,2 millones y el progenitor sigue preso. Los padres están también acusados de pornografía infantil por haberse encontrado fotos de la menor desnuda y de sus padres practicando sexo ante ella.
El pasado mes de diciembre ambos fueron detenidos por los Mossos d'Esquadra después de que el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la Seu d'Urgell acordase también la retirada el pasaporte de la menor. Este vuelco en el caso tuvo lugar días después de que Blanco reconociera que viajó por medio mundo (Guatemala, India, Panamá, Rusia, Brasil, Argentina, Finlandia, Cuba y Chile) con la niña para fichar a «los mejores especialistas» y después de que admitiera también que visitó a curanderos en Estados Unidos.
La investigación se dirige también a saber, además, si es cierto que la niña padece tricotiodistrofia, una enfermedad degenerativa muy grave, o si se trata de una de las muchas «exageraciones» que el padre ha reconocido que contó. Por ello, el juez insistió en reclamar a los padres que aporten toda la información médica de la pequeña, para que sea examinada por el forense.
Además, la Generalitat les ha retirado la patria potestad y formalizó ayer la entrega de la guarda cautelar de Nadia Nerea a sus tíos. Los Mossos creen que el dinero fue recogido con la excusa de varias operaciones que supuestamente no se llevaron a cabo. De esta cantidad presuntamente gastaron 600.000 en otros fines que nada tenían que ver con tratamientos médicos. Además, la policía encontró en la casa de Fígols i Alinyàlos 1.845 euros en efectivo, 32 relojes de alta gama valorados en 50.000 euros, una estilográfica, un ordenador, tres tabletas electrónicas y tres teléfonos móviles, todos de alta gama, y también marihuana. La madre, Margarita Garau, aseguró que el fallo que han cometido fue «exagerar la historia, ir a especialistas que hacen tratamientos experimentales y no pedir papeles» que lo demuestran y señaló que era su marido quien controlaba las cuentas de la asociación. «No hemos estafado nada a nadie», sentenció.
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