Un niño muere ahogado al caer a un bidón en unos viveros de Picanya
El menor de 16 meses se encaramó al depósito de agua tras apoyarse en una silla durante un pequeño descuido
J. A. MARRAHÍ/J. MARTÍNEZ
Martes, 31 de mayo 2016, 11:46
«Ha fallecido y estamos destrozados. Fue un descuido. Sólo un momento... Es todo lo que podemos decir». Son palabras de Zacarías, una persona próxima a los padres de un niño de 16 meses que el lunes perdió la vida horas después de caer accidentalmente a un bidón con agua en unos viveros de Picanya. El menor ingresó con vida gracias a tres agentes y médicos del SAMU que lograron revivirlo. Sin embargo, las lesiones eran gravísimas y su corazón se detuvo en la UCI Pediátrica de La Fe, como confirmaron los familiares.
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Sucedió sobre las 19 horas, en el interior de los Viveros Horts, una empresa dedicada al cultivo de flores y plantas de la Partida La Foia de Picanya. Al parecer, el negocio estaba cerrado en ese momento. En su interior había algo más de diez personas, entre ellas los caseros (encargados de la vigilancia y cuidado de las instalaciones) y algunos familiares de origen marroquí, tanto adultos como niños.
Durante un momento de reunión y tertulia tras la comida perdieron de vista al menor, sobrino de los caseros. El niño ya sabía andar y podía haberse ocultado para jugar en cualquier punto de las amplas instalaciones. Comenzó así una angustiosa búsqueda por todo el recinto. Finalmente, al cabo de varios minutos sin dar con él, al casero se le ocurrió mirar dentro de uno de los bidones que los trabajadores usan para lavarse o limpiar pequeñas herramientas. Y allí estaba el niño. Con la cabeza sumergida, inconsciente y amoratado.
La principal hipótesis es que se encaramó a una silla situada justo al lado, inclinó su cuerpo hacia dentro y cayó de cabeza. Según las investigaciones, el bidón no estaba lleno hasta arriba. De hecho, la altura del pequeño era superior a la del nivel del agua, pero al caer boca abajo todo se complicó y quedó atrapado.
Con rapidez llegaron dos patrullas de la Guardia Civil de Alfafar y de Aldaya, además de otro equipo de la Policía Local de Picanya. Los agentes se turnaron durante más de 40 minutos para practicar al menor masaje cardiaco mientras el SAMU trataba de recuperar su respiración.
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Las maniobras continuaron durante otros 15 minutos de camino al Hospital La Fe. Justo antes de llegar, ante las lágrimas del veterano médico de la ambulancia, el corazón del niño volvió a latir, lo que trajo esperanza a la familia del pequeño, cuyos padres residen en Torrent.
Pero el tiempo sin respiración fue demasiado prolongado. Según estimaciones médicas, superior a diez minutos. La peor noticia llegó a las 13.30 horas del lunes. El personal de La Fe comunicó a los padres la muerte de su hijo.
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La Guardia Civil no tiene ningún indicio de negligencia por parte de los progenitores en el cuidado del menor. Con las diligencias practicadas, todo apunta a un descuido tan corto y puntual como trágico.
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