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Un recluso camina por un pasillo de la cárcel valenciana. :: javier peiró
Cinco reclusos de Picassent se fugan en el primer semestre

Cinco reclusos de Picassent se fugan en el primer semestre

La cárcel de Valencia es una de las más conflictivas con 739 incidentes graves, entre ellos un homicidio, registrados este año

JAVIER MARTÍNEZ

Jueves, 17 de julio 2014, 23:54

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El centro penitenciario de Picassent es un polvorín a punto de estallar. La mecha está ya encendida tras los 739 incidentes graves registrados en el primer semestre, de los que destacan cinco fugas durante permisos penitenciarios, un homicidio, una pelea entre grupos de presos de diferentes nacionalidades, árabes contra lituanos, y cinco ataques a funcionarios.

La agresión mortal tuvo lugar en el gimnasio de la cárcel, cuando un recluso del módulo número 2 -que alberga a los internos más conflictivos- golpeó a otro con una pesa y lo dejó inconsciente. Los hechos ocurrieron el pasado 22 de abril, aunque trascendieron ayer en la presentación de un informe de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip), sindicato mayoritario en el ámbito de prisiones. La víctima fue trasladada en una ambulancia al Hospital General de Valencia, donde falleció un mes después, mientras que el agresor ingresó en el módulo de aislamiento hasta que lo llevaron a otra cárcel.

El delegado de Acaip en Valencia y miembro del comité ejecutivo nacional, Alberto Téllez, aseguró que el centro penitenciario de Valencia es uno de los «más conflictivos de España», y criticó la reducción del número de funcionarios en la cárcel de Picassent. «La relación de puestos de trabajo del centro recoge que debería haber un mínimo de 949 funcionarios, pero sólo hay 906, es decir faltan 43 trabajadores», precisa Téllez. «Esto se traduce en una realidad de unos 140 internos para dos o tres funcionarios en los módulos más peligrosos», añade el delegado de Acaip.

Entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2014 se produjeron cinco fugas de presos que quebrantaron sus condenas al no regresar de un permiso penitenciario. También se contabilizaron 67 agresiones entre reclusos, 166 incautaciones de objetos prohibidos -pinchos, teléfonos móviles y diversos tipos de drogas-, 123 casos de amenazas, coacciones o insultos graves a funcionarios, 32 partes por daños en mobiliario, 31 autolesiones, 12 incidentes por resistencia activa de internos muy violentos, ocho huelgas de hambre, siete intoxicaciones graves por consumo de drogas, cuatro desórdenes colectivos y tres intentos de suicidio.

Sin embargo, desde la dirección del centro penitenciario de Valencia afirman que la cifra de 739 incidentes graves no corresponde con la realidad, ya que engloba «situaciones de escasa conflictividad que se castigan con medidas correctoras leves». Además, los módulos de aislamiento de la prisión de Picassent tienen una ocupación muy baja, y la mayoría de los internos que quebrantan su condena durante un permiso penitenciario «regresan días después», según fuentes de la gerencia de la cárcel valenciana.

Una de las situaciones de mayor peligro para los presos y funcionarios tuvo lugar el 3 de enero, cuando más de 20 presos árabes se enfrentaron a otro grupo de reclusos de nacionalidad lituana que esa misma mañana habían agredido a un interno árabe en su celda. Los funcionarios tuvieron que utilizar porras para controlar la situación.

Población reclusa

El dirigente sindical de Acaip asegura que en otras cárceles de España se ha reducido el número de internos en un 30 por ciento, mientras que en Valencia, uno de los centros con mayor número de reclusos de toda España, con unos 2.300 en la actualidad, la disminución sólo ha sido del tres por ciento.

En agosto de 2009 había un total de 66.132 internos en las prisiones dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (excepto Cataluña), y 2.245 presos en el establecimiento penitenciario de Valencia. Cinco años después, la población reclusa a nivel nacional se ha reducido a 57.228 reclusos, pero en Valencia se ha incrementado hasta los 2.303 internos.

Hace dos años, dos presos del módulo de preventivos de Picassent iniciaron una discusión por unas pesas en el gimnasio que terminó con uno de ellos apuñalado. Uno de los dos internos sacó un pincho y agredió al otro en el pecho, cuello y costado. En 2008, otro recluso de la prisión de Valencia con numerosos incidentes a sus espaldas golpeó a un funcionario con una pesa de 10 kilos de las utilizadas en el gimnasio. Los hechos ocurrieron cuando la víctima trataba de convencerlo para que aceptara su traslado a la prisión de Albocàsser.

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