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Europa Press
Martes, 4 de marzo 2025, 00:28
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico progresiva e irreversible que se caracteriza por una pérdida del campo de visión. Y si hay un caso en una familia, hay un porcentaje considerable de que se repita. La vocal de la Sociedad Española de Glaucoma (SEG), la doctora Elena Millá, ha resaltado la importancia de realizar un estudio genético tanto del paciente de glaucoma congénito como de sus familiares, pues existe un 25 por ciento de posibilidades de tener otro hijo con esta enfermedad, que causa un desequilibrio del humor acuoso y que es la principal causa de ceguera y discapacidad visual irreversible en el mundo.
«Para este tipo de enfermedad como lo es el glaucoma congénito, lo más importante es un estudio genético, y no sólo del afectado, también de la familia porque se puede ser portador y transmisor». La experta aconseja que los padres «deben de vigilarse, porque pueden ser portadores y no hay portador sano», ha afirmado la doctora Millá con motivo del Día de las Enfermedades Raras, que se celebra este viernes 28 de febrero.
La vocal de la SEG ha insistido en la importancia de realizar una vigilancia en los padres, resaltando que la enfermedad se manifiesta en los tres primeros años de vida y que afecta «en un alto porcentaje» a los dos ojos, aunque no con el mismo grado de intensidad.
En relación a ello, el presidente de la SEG, Francisco Muñoz Negrete, ha resaltado la importancia de lograr una detección precoz del glaucoma y de informar sobre los pacientes con más riesgo de desarrollarlo.
Numerosos especialistas tratarán la cuestión del glaucoma en el 19 Congreso de la SEG, que tendrá lugar entre el 6 y el 8 de marzo en el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal de San Sebastián.
El glaucoma congénito se divide en el primario, que es el más frecuente y donde la falta de tratamiento adecuado y a tiempo puede llevar a una pérdida total de la visión del ojo afectado; y el secundario, que afecta a aquellos casos asociados a malformaciones oculares congénitas o hereditarias, como la aniridia, el síndrome de Axenfel o la anomalía de Peters, además de asociarse a malformaciones de otros órganos.
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