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Laura Manresa
FEM BALANCE | 'POR ELLOS, POR TODOS' | SEXOLOGÍA

Laura Manresa: «Muchas mujeres no se han masturbado nunca porque creen que está mal»

Hablamos con la sexóloga sobre cómo ha cambiado la sexualidad en las últimas décadas y en qué punto estamos hoy

Lunes, 27 de octubre 2025

La sociedad de hoy ya no vive el sexo de la misma manera que antes. Sin ir más lejos, las mujeres pueden obtener placer sin sentirse culpables por cargas religiosas. Los tabúes, poco a poco, se van resquebrajando. No obstante, seguimos en pañales en muchísimos aspectos. La falta total de comunicación en la cama, la eyaculación precoz y la disfunción eréctil en hombres, la anorgasmia en mujeres, el porno y sus múltiples consecuencias en la manera de vivir el sexo…

El tema da bastante de sí, así que hemos hablado con Laura Manresa, psicóloga y sexóloga en FEMbalance, para arrojar algo de luz sobre los tabúes y los mitos que envuelven al sexo.

-¿Cuáles dirías que son las principales dificultades sexuales de los hombres hoy en día? ¿Cómo se pueden solucionar?

-Principalmente, dificultades en la erección y en la eyaculación. Es importante llamarlo así, «dificultad» y no «problema». Estas dificultades existen por varios motivos: hay muchísima ansiedad en torno a todo lo sexual. El sexo se ha magnificado muchísimo por culpa de la pornografía. Hay tantas falsas creencias… Buscamos la hombría del hombre en su sexualidad. La erección funciona con la contracción de los músculos isquiocavernosos. Si de repente hay una dificultad en la erección por cansancio o ansiedad, el hombre sobrepiensa y entra en bucle. La relación sexual se transforma en un examen y el hombre acaba sintiendo aversión y no se excita. Un círculo del que cuesta salir, sobre todo a los hombres maduros. Y, fíjate, con la eyaculación precoz ocurre lo siguiente: muchas veces nos damos cuenta de que esos hombres no tienen dificultades al usar una vagina artificial y luego, en las relaciones sexuales, sí. Eso quiere decir que el problema está en lo nervioso que se pone, que siente tanta presión que fisiológicamente no puede evitar eyacular.

-Háblame ahora de las dificultades de las mujeres. Entre un 15 y un 30% conviven con la anorgasmia [dificultad o imposibilidad de alcanzar el orgasmo].

-Yo creo que son muchas más, pero no lo dicen porque es un tema tabú, igual que los hombres no hablan de problemas de erección. Y volvemos a lo mismo. La mujer no llega al orgasmo, el hombre ve herida su hombría y la mujer acaba fingiendo el orgasmo para que el hombre no se sienta mal. Pasa bastante. Muchas veces, la anorgasmia viene de una falta de conocimiento del cuerpo. Aunque no lo creamos, en la masturbación femenina sigue habiendo mucho tabú. A mi consulta vienen mujeres que no se han tocado nunca porque siguen pensando que está mal. Los niños, por cultura y porque tienen el aparato reproductor hacia fuera, empiezan muy pronto a explorarse.

-Vivimos en un país en el que el impacto del catolicismo ha sido muy grande. Tradicionalmente, se condenaba la sexualidad en extremo, sobre todo la de las mujeres. ¿Hasta qué punto ha impactado la religión sobre nuestra forma de vivir el sexo?

-Se nota bastante cuando los pacientes se han criado en ambientes religiosos. Con ellas y ellos hay que desmitificar un montón de cosas. Te contaré algo: cuando hice el curso prematrimonial, lo hice con una asociación religiosa, de los kikos. Tenían claro que la gente que acudía a ese curso tenía relaciones sexuales, pero al empezar, nos dijeron: «Cualquier relación sexual que no tenga como objetivo procrear, es hacer el egoísmo. Si lo haces para procrear, es hacer el amor».

-Eso es criminalizar las relaciones sexuales, ¿no?

-Sí. Al final es cierto que las relaciones sexuales siempre tienen algo de egoísta, eso hay que asumirlo, porque estamos buscando nuestro placer. Afortunadamente, esto ha evolucionado y ahora buscamos también el placer de la otra persona. Antes, solo se buscaba el del hombre. Luego empezó a buscarse el placer de la mujer, pero solo se lo podía dar el hombre. Y ahora se busca por ambas partes. Las cosas han cambiado mucho, pero sigue habiendo tabú. Lo veo a diario con mis pacientes.

-Mi generación aprendió lo que es el sexo exclusivamente del porno. Esto hace que muchos jóvenes aprehendan dinámicas sexuales muy tóxicas que pueden llegar a ser abusivas, porque el porno al final pone en el centro ese abuso, ese poder del hombre sobre la mujer, ese falocentrismo. ¿Cómo están las cosas en ese sentido?

-Están peor que antes. Muchos están sobreestimulados. Acceden al porno sin ningún problema, está muy a mano. Antes solo existía el porno codificado de Canal+. A la mínima que veían una imagen, se excitaban. Ahora les cuesta mucho más excitarse. Por ese motivo, hay más problemas con la erección. Una de las cosas que siempre pido a mis pacientes es que se masturben sin porno, solo con su imaginación. Y al principio les cuesta mucho. Y le pasa a todas las generaciones. Tengo hombres de treinta y pico, de cincuenta y pico y de sesenta. Ves que no saben masturbarse sin porno, y además intentan llevar lo que ven en internet a su relación sexual, y eso es un desastre. Acostumbran a sus mentes a un tipo de excitación determinada y luego, en la vida real no se cumplen sus expectativas. Y, además de eso, el porno les excita a base de la sumisión total. Hemos tenido casos que han acabado en los tribunales. Hace poco, una chica joven. A la tercera sesión, detecté que había un abuso físico y sexual. Le dije que denunciaba ella o lo haría yo, porque tenemos esa obligación legal. Puso la denuncia y el juez de guardia me pidió que acudiera. Nos dijeron muy claro que el abuso sexual no se podía demostrar, porque ella, tras cada abuso, no se había ido al hospital. Mi paciente, finalmente, quiso acabar con el proceso, por el malestar que le suponía. Solo condenaron a su novio por abuso físico (del que había pruebas), pero no del abuso sexual. A día de hoy, ese hombre va con pulsera en el tobillo. Hay muchos abusos sexuales en parejas que no se ven, pero están ahí.

FISIOTERAPIA DE SUELO PÉLVICO EN FEM BALANCE

-¿Crees que este hecho está relacionado con el ascenso de ideologías conservadoras?

-No. Al menos en los casos que yo me he encontrado. Veo más relación con otros factores como la religión y la educación que hayan recibido. Sí que es verdad que, en estos casos, cuando lo trabajan en pareja, ellos aprenden lo que no pueden hacer. Parece una tontería, pero hay muchos hombres a quienes no se les ha explicado qué es lo que pueden o no pueden hacer. Esos, cuando se les hace psicoeducación, no vuelven a actuar así.

-El placer de la mujer siempre ha sido un tabú, o directamente algo secundario. Hemos pasado siglos y siglos quitándole todo su valor. Y las cosas han cambiado desde hace poco, unos cincuenta años, más o menos. Son siglos de ignorancia frente a tan solo unas cuantas décadas de reconocimiento progresivo. ¿En qué punto estamos con respecto al placer femenino?

-Hay algo que va más allá del hecho de que a los hombres se les haya permitido tanto y a las mujeres tan poco. Ese algo es que las mujeres tenemos todo el órgano sexual interno, al contrario que los hombres. Para encontrar el placer, primero hay que trabajarse, explorarse. Y recientemente ha ocurrido algo muy importante: el auge de los succionadores. Todo lo que la masturbación masculina está enfocada al porno, la femenina, ahora, está enfocada a los succionadores. Con un satisfyer no se trabaja ni el deseo sexual, ni la excitación. En veinte segundos llegas al orgasmo. No se trabajan estímulos internos. Y los hombres no son succionadores. Eso hace que muchas mujeres no puedan tener orgasmos de manera sana y saludable en sus relaciones.

Laura Manresa

-Se habla mucho de la comunicación en el sexo y de que ahora está, por primera vez, en auge por fin. ¿Es cierto? ¿Hay una verdadera comunicación en el sexo por tu experiencia?

-Bajo mi punto de vista, no hemos avanzado mucho. Quizás lo veo así porque a mi consulta vienen las parejas que no están bien. Pero, a nivel sexual, la comunicación suele ser nula. No se comunica qué les gusta y qué no, sus necesidades, sus frustraciones… Si algo sale mal, se dramatiza y aparece la culpa. «No te corres porque no te excito», por ejemplo. En las mujeres hay un ciclo de la respuesta sexual en el que, muchas veces, se quedan en una meseta de mucho placer y no llegan al orgasmo. Muchas veces esto va unido al proceso de ovulación. Para mí, esa meseta es maravillosa, porque estás en un punto de placer super alto que se extiende bastante. Si yo no le explico a mi pareja que esto nos ocurre a las mujeres, entonces mi pareja se frustra.

-¿Qué le dirías a una persona insatisfecha sexualmente que no se atreve a dar el paso por vergüenza si es hombre o por culpabilidad si es mujer?

-Que entender las cosas supone tranquilidad. Si tú te comunicas, entiendes lo que te pasa y lo que le pasa a tu pareja, eso te va a dar tranquilidad y vais a crecer como pareja a nivel sexual. Todo lo que sea no comunicar es empezar a cavar un hoyo.

-También se nos ha vendido la idea desde Hollywood de que el sexo es algo que, con tu media naranja, debe ser perfecto desde el minuto uno. ¿Hay un problema de expectativas?

-Veo que quizás en el futuro haya un problema porque, hoy en día, los jóvenes lo descubren todo muy pronto. Normalmente, conforme vas creciendo, vas evolucionando. Pero si lo conoces absolutamente todo con veinticuatro años, ¿qué vas a hacer cuando tengas cuarenta? Quizás, los jóvenes de ahora se encuentren cuando tengan cincuenta con que no les satisface nada. Y por otro lado, eso de que las relaciones funcionen desde el minuto uno es una mentira que se nos ha vendido. Cuando tú conoces a una persona, empiezas a explorar, a profundizar y, poco a poco, la relación va mejorando porque hay una maduración sexual. Pero quizás venís de mundos sexuales completamente diferentes. Hay que equilibrar eso.

-¿Hasta qué punto están relacionadas la autoestima con la sexualidad? ¿Una persona con baja autoestima suele tener una mala sexualidad y viceversa?

-Sí. Todo está super relacionado. Tengo casos, por ejemplo, de anorgasmias donde también hay fobia social o donde hay un miedo a que las personas me vean perder el control. Muchas mujeres tienen miedo a tener un orgasmo por si pierden el control. Esto, al final, es un tema de autoestima. ¿Si tengo un orgasmo y pierdo el control, cómo me va a juzgar la otra persona? Acabas coartando el orgasmo.

-Fruto del porno, en los últimos años ha crecido la adicción a la masturbación, que además afecta a personas desde los ocho hasta los ochenta años. ¿En qué punto estamos?

-Esto ocurre por lo siguiente: ¿cómo descargo mi ansiedad? Masturbándome. ¿Cómo gestiono mis emociones? Masturbándome. Es un placer rápido que puedo obtener en mi cerebro. Pero no creo que haya un problema severo en la población general. Hay gente adicta, eso sí. Y esa adicción es por una mala gestión emocional. La sanidad pública no tiene medios para esto. No somos conscientes de que la sanidad necesita un psicólogo por cada médico de cabecera.

-La menopausia, la vejez y las enfermedades. ¿Hay sexo después de estas tres cosas?

-Claro que sí. Pero es un sexo diferente. A día de hoy sigue habiendo muchísimo coitocentrismo. Seguimos basando las relaciones sexuales en la penetración, y eso es un error de base. Después de esas tres cosas que dices, puede seguir habiendo sexo, claro que sí, pero no necesariamente será sexo con coito. El sexo no es solo penetración, sino también abrazos, caricias, masturbación, contacto, respiración… Todo esto es sexo.

-¿Algún consejo universal para todos y todas en el sexo?

-Que lo disfruten. El sexo es obtención de placer. Hay un millón de maneras de obtener placer en pareja, solos y de manera sana y respetuosa.

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