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Varios envases con productos homeopáticos italianos. R.C.
La homeopatía pierde consumidores a pesar del respaldo de la UE

La homeopatía pierde consumidores a pesar del respaldo de la UE

Una nueva y polémica normativa de la UE permite llamar 'medicamentos' a los productos 'alternativos'

Doménico Chiappe

Madrid

Lunes, 1 de octubre 2018, 02:12

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Ninguna normativa regulaba en España las terapias alternativas, que están fuera del Sistema Nacional de Salud. Sólo desde abril de este año, y por requerimiento expreso de la Unión Europea, se fijó una para la homeopatía, cuyos productos hasta entonces carecían de licencia legal para ser vendidos como 'medicamentos'. Ese mes, la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) autorizó su comercialización a regañadientes del Ministerio de Sanidad, que alerta de su escasa eficacia. Europa fue clara en la necesidad de regular, tanto en lo comercial como en lo que concierne a la salud pública, una práctica «reconocida oficialmente en determinados Estados miembros, mientras que en otros sólo está tolerada» y cuyos productos, «aunque no siempre estén reconocidos oficialmente, se prescriben y utilizan en todos los Estados miembros».

En España, el uso de la 'medicina alternativa', como se denomina oficialmente a lo naturista, homeópata y acupuntor, registra una tendencia decreciente, con una pérdida de consumidores de casi el 30% en los cinco últimos años, según el Instituto Nacional de Estadísticas. No es poca cosa, pues sólo a la terapia homeopática acudieron 494.000 españoles el año pasado. «La gente debe estar informada de que no hay evidencia científica de que la homeopatía funciona, mientras que los medicamentos pasan por ensayos clínicos para demostrar su eficacia y seguridad», asegura el doctor Koldo Callado, profesor de Farmacología en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). «Cuanto más se extiende la información y lo que contienen los productos homeopáticos, cuya composición es agua y azúcar, las personas son más capaces de tomar decisiones y abandonarlos».

Entre 242.840 médicos -último censo de 2015- sólo 1.200 están agrupados en organizaciones que defienden la homeopatía, calcula la Asamblea Nacional de Homeopatía (ANH). «El medicamento homeopático está regulado por una directiva europea», refuta el doctor Alberto Sacristán, presidente de la ANH. «En mi consulta, a mis pacientes les doy homeopatía, pero no exclusivamente».

En femenino

El perfil de estos pacientes responde al de una mujer de 46 años con estudios superiores, de clase media y alta y que busca una «vida sana y equilibrada», según una encuesta del CIS publicada este mes y que sitúa su uso habitual u ocasional en el 5% de la población. Un porcentaje algo menor al de Estados Unidos, con el 7% el año pasado (el 17% dijo haberlo probado alguna vez, en un sondeo de Statista), o Inglaterra (el 6% asegura que los tratamientos son efectivos, frente al 19% que lo niega rotundamente). Las dolencias más comunes que buscan ser aliviadas por los productos naturistas son síntomas premenstruales, cefaleas, dificultad para conciliar el sueño, varices, obesidad y reumas, según un estudio elaborado por la doctora Concepción Calleja.

Desde hace unos años, el debate se traslada a la opinión pública, en donde a la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas le responde la plataforma Asociaciones de Pacientes de la Homeopatía. Dos puntos irreconciliables. «Cada uno tiene las creencias que quiere, pero cualquier tratamiento que no haya demostrado su eficacia probada en humanos no debe ser sufragado con la caja común de la seguridad social», mantiene Callado. Se trata de 7.840 millones de euros que gastan las familias españolas en «medicamentos y otros productos farmacéuticos», con tendencia alcista del 8% entre 2012 y 2015, más los 10.730 millones que invierten los gobiernos en productos con recetas médicas y los 4.468 sin receta, según el INE. En total, más de 23.000 millones.

«No hay evidencia científica de que la homeopatía, que es agua y azúcar, funciona», dice el doctor Koldo Callado

Junto a la fuga de pacientes, la 'medicina alternativa' también ha perdido mercado. La empresa de medicamentos homeopáticos más grande de España, Boiron, mantiene que en 2017 su facturación fue de 17,83 millones de euros, con un descenso de 13,2% con respecto al ejercicio anterior. «Es difícil de entender la objeción del Gobierno dado que la homeopatía es parte de la medicina y es una terapia más a disposición de los profesionales de la salud», mantiene Eduardo Barriga, director general de Boiron España. «No es cierto que no existan publicaciones científicas al respecto. La última, sin ir más lejos, ha sido publicada por la prestigiosa revista 'Nature' este mismo mes de septiembre» (el artículo, en efecto, aborda el dolor neuropático), esgrime.

La caída en España es similar a la de Estados Unidos, donde se vendieron 26 millones de unidades de productos de medicina alternativa (data de Nielsen) con una caída desde 2013, cuando alcanzó los 32 millones de unidades. Mientras la normativa española se abre para lo «alternativo» o «complementario», la salud -y el gasto- entran en un juego de muchos millones.

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