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Recetas para sobrellevar el cáncer

Recetas para sobrellevar el cáncer

Pacientes oncológicos escriben un recetario con esos platos que a ellos les ayudan a aliviar los efectos secundarios de los tratamientos contra su enfermedad

PILAR MANZANARES

Sábado, 24 de septiembre 2016, 22:32

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Lentejas con arroz y verduras para controlar la diarrea, puré de verduras contra la disfagia, patatas con sepia para un aporte proteico importante que ayude a contrarrestar la atrofia muscular o bizcocho de manzana y canela si lo que se necesita es coger unos kilos. Estos son algunos de los ricos platillos propuestos para el libro de recetas para personas con cáncer, editado por los propios pacientes oncológicos de la Unidad de Cuidado y Consejo Oncológico (UCCO) del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela (Madrid).

Todas las recetas han sido supervisadas por el equipo del doctor Pedro Salinas, jefe del Servicio de Oncología y la UCCO del centro madrileño, dentro de su programa de nutrición oncológica. «Hay que matizar que si bien hemos revisado todas las recetas que se han escrito, también hemos respetado un poco lo que los pacientes han querido decir. Esto significa que hay recetas que han servido a un paciente en concreto para encontrarse mejor, pero pueden no ser tan útiles para otro». Así nos encontramos con un curioso zumo de aloe vera y levadura de cerveza como postre en una dieta astringente que, tomado a diario mientras duran las sesiones de quimioterapia, ha servido contra la diarrea y como refuerzo para las defensas del paciente que lo propone. «Es cierto que el aloe vera es un potente antiinflamatorio y, desde el punto de vista intestinal, a algunas personas les puede ayudar», señala el doctor Salinas.

Como en tantas otras ocasiones, la alimentación es un factor clave que ayuda a las personas a incrementar su calidad de vida. «Durante el tratamiento oncológico pueden darse situaciones en las que las personas pierdan el apetito, les cueste más ingerir alimentos o necesiten un mayor aporte calórico. Este recetario contempla todas esas situaciones a través de consejos específicos para cada problema», explica el oncólogo a la par que señala que no existen alimentos milagro: «El impacto de la nutrición ha sido terreno abonado para los bulos y los productos falsamente milagrosos. Cíclicamente aparece algún nuevo alimento milagroso, como las bayas de goyi o frutas tropicales como el noni, cuyas supuestas propiedades carecen de fundamento científico alguno», incide el experto.

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) también preocupada por el impacto que pueden tener las pseudociencias, sustancias, terapias y estos productos milagro en los pacientes con cáncer ha querido advertir de sus riesgos y subraya que para considerar que cualquier estrategia de tratamiento sea eficaz, debe pasar unas etapas de desarrollo que establecen las evidencias científicas, tanto de eficacia como de seguridad, y calidad de vida, necesarias e imprescindibles para su uso en la práctica clínica. «Algunas plantas medicinales, minerales y algunas terapias cuerpo-mente pueden suponer una ayuda para que los pacientes con cáncer afronten mejor su enfermedad. Sin embargo no todo lo natural es inocuo porque puede interactuar con los tratamientos oncológicos», agrega la SEOM. A gran parte de los pacientes, los efectos del cáncer y, sobre todo, del tratamiento para combatirlo, les hacen difícil disfrutar de una buena alimentación. La cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la inmunoterapia y el trasplantes de células madre son los procedimientos que afectan a la nutrición.

Efectos secundarios

Los efectos secundarios, en general, son: anorexia o pérdida del apetito, llagas en la boca, boca seca, dificultad para tragar, náuseas y vómitos, diarrea, estreñimiento, dolor, depresión y ansiedad. Además, los pacientes oncológicos pueden ver alterado su gusto -el famoso sabor a hierro que en gran parte se produce por los tratamientos con metales como el cisplatino-. Cuando el tratamiento del cáncer afecta la cabeza, el cuello, el esófago, el estómago o los intestinos, es muy difícil obtener los nutrientes suficientes para mantenerse sano. Todo esto puede causar desnutrición y provocar en el paciente debilidad, cansancio e incapacidad de combatir las infecciones o superar el tratamiento del cáncer. Por ello, consumir suficientes proteínas y calorías es importante para curar, combatir infecciones y tener la energía necesaria.

Para paliar estos problemas, existen algunos trucos. Si bien la dieta del paciente oncológico, de forma global, es normal, hay que adaptarla cuando se padece alguno de los efectos secundarios mencionados. «Hay que saber que muchas de las medidas que se tienen por buenas popularmente cuando alguien padece cáncer, como que el paciente deje de comer carnes rojas, no son útiles en este momento. Disminuir el consumo de estas carnes, o de las procesadas, es algo que debemos hacer en nuestra dieta, pero a lo largo de la vida, ya que el efecto sobre la salud es a medio y largo plazo. Por eso, a los pacientes les aconsejamos seguir con una dieta mediterránea variada, prescindiendo del alcohol, y sin pedirles que hagan nada especial. Preferimos que coman de todo porque es un momento difícil en el que además cambian los sabores, hay dificultades para deglutir... No es el momento para cambios dietéticos, es mucho más interesante que los pacientes coman correctamente y estén bien nutridos y no pierdan peso», afirma el doctor Salinas.

Que la comida sepa mal, a metal, es uno de los problemas más importantes en el paciente oncológico. Tanto es así que ese mal sabor les lleva a no tener apetito. Por eso, el experto anima a que sus platos se preparen de forma independiente al de los demás miembros de la casa. Por ejemplo, si alguien ha desarrollado una hipersensibilidad a los olores es mejor que tome la comida templada o fría, y un mayor sazonamiento puede hacer que un plato sea más atractivo y sepa mejor. «Recomendamos que se usen especias un tanto exóticas y poco habituales, como el curry o la cúrcuma, porque al no estar acostumbrados a su sabor pueden aumentar el gusto y así incrementar el apetito. Todo este tipo de cosas son las que debemos potenciar, hay que lograr que el paciente tenga interés por las comidas y con sabores que no son los del pasado se puede lograr», explica el oncólogo. En este punto, es interesante que los platos estén bien presentados, ya que por la vista también se pueden provocar las ganas de comer.

Y hay un remedio que ayuda antes de las comidas a que su sabor sea mejor. Se trata de los enjuagues de tomillo, de manzanilla o de bicarbonato con sal, que además de limpiar la cavidad bucal y de eliminar el regusto amargo y la sensación de saturación, pueden ayudar con la mucositis (que causa llagas y dolor en la boca) y con la disfagia (dificultad para tragar).

En este último caso, los purés y las cremas de verduras se presentan como la mejor alternativa para facilitar la deglución. Enriquecidos con carne o verdura, incrementan además su valor proteico y calórico, con lo que también contrarrestan la pérdida de apetito y ayudan a alimentarse bien con pocas cucharadas. Las personas con cáncer suelen requerir una dieta alta en calorías para evitar la pérdida de peso y mejorar los resultados del tratamiento. En ete punto, los carbohidratos -con el pan, las patatas, el arroz y las pastas como principales fuentes - son la base de recetas con alto valor calórico como los espagueti con berberechos; la pasta con shitakes o las patatas con carne encebollada. «A estos pacientes también les recomendamos una ingesta mayor de líquidos, tomar caramelos sin azúcar de limón o de menta que pueden estimular la salivación, o cortar en gajos una naranja y meterla en el congelador para refrescarnos luego con esos cubitos», agrega el oncólogo.

La idea del recetario

Con el objetivo de reducir la desinformación sobre la nutrición y su impacto sobre los procesos oncológicos, los profesionales de la Unidad de Cuidado y Consejo Oncológico del Hospital Universitario La Zarzuela, liderados por el doctor Salinas, trazaron a comienzos de 2015 el Programa Nutrición y Cáncer, centrado en promover una alimentación sana como vía para prevenir y tratar enfermedades oncológicas. «En primer lugar, decidimos poner en marcha un huerto ecológico en el propio hospital, con la participación tanto del personal de la unidad y el hospital como de las personas con cáncer y sus familiares. De este modo conseguíamos que se responsabilizaran del cuidado del huerto y ayudarles a reflexionar sobre la nutrición y sus beneficios», explica el doctor.

En la segunda fase, el equipo de la UCCO puso en marcha un programa de conferencias y talleres sobre nutrición y sus efectos con la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer. «Hicimos una revisión sistemática de la literatura sobre epidemiología del cáncer e incorporamos la visión del paciente, así como los problemas con los que se encuentran en su vida normal. De este modo las charlas daban respuesta a las necesidades y las inquietudes de las personas con cáncer: qué comer, cómo cocinarlo, qué alimentos eran más beneficiosos para su organismo, etc. En algunas charlas colaboró también el chef de Casa José, en Aranjuez, Fernando del Cerro, que cuenta con una estrella Michelín», detalla el oncólogo.

Estas charlas, que se celebran quincenalmente, están abiertas a cualquier persona, y sirvieron como embrión para la iniciativa del recetario editado por los pacientes, pero también como punto de partida de una tercera fase en el Programa Nutrición y Cáncer del centro: la publicación de artículos científicos en los que participan pacientes, familiares y profesionales.

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