Borrar
Urgente Detienen a una abuela y a su nieto menor de edad por traficar con drogas en la Ribera Baixa
Begoña Gómez y Pedro Sánchez, en una playa de Ibiza durante sus vacaciones de 2016. Gtres
Los planes vacacionales de los líderes políticos

Los planes vacacionales de los líderes políticos

Pedro Sánchez estrena vacaciones como presidente y es probable que se quede sin ellas. El país no es el mismo que dejaron los líderes políticos el último agosto

Javier Guillenea

Sábado, 21 de julio 2018, 14:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Quién se lo iba a decir a Pedro Sánchez hace un año, cuando apuraba las últimas aceitunas del verano en el chiringuito Aku-Aku de Mojácar. Meses antes, en mayo, había sido reelegido secretario general del PSOE, pero su popularidad no acababa de cuajar, no terminaba de remontar en las encuestas. Pocos apostaban por ese socialista con aires de Kennedy y habla impostada que tan bien daba en televisión.

Nadie se imaginaba entonces que aquel sería el último verano de una etapa histórica en España y que las vacaciones no volverían a ser las mismas para sus principales protagonistas. Sin la pesada carga del poder a sus espaldas, el hasta hace nada líder del PP, Mariano Rajoy, disfrutará este año de sus primeros días de reposo en libertad en mucho tiempo. Ya no tendrá que poner cara de estadista mientras come una tortilla para quedar bien en las fotos, eso se lo deja a Pedro Sánchez, que desde el primer minuto se ha puesto manos a la obra. El nuevo presidente lo va a tener muy difícil si quiere volver a tomar aceitunas con tranquilidad en un chiringuito.

Eso es al menos lo que opinan no solo sus colaboradores sino también su esposa, Begoña Gómez. «Lleva un mes en la presidencia, no ha tenido tiempo de plantearse las vacaciones de verano, eso no está sobre la mesa», aseguran desde La Moncloa. «Este año pasaremos el verano en La Moncloa, ya que todo ha sido muy rápido», ha declarado la primera dama.

Queda sin embargo una leve esperanza, si no de vacaciones, sí al menos de alguna escapada. «A lo mejor a finales de julio lo tiene más claro», señalan en La Moncloa. Será entonces cuando quede fijada la agenda de los consejos de ministros de agosto, que marcará el futuro veraniego de los miembros del gabinete. Todo depende del número de reuniones que se convoquen.

A finales de junio Pedro Sánchez acudió a la cumbre de la Unión Europea que discutió en Bruselas el problema de las migraciones. Esta semana ha vuelto a viajar a la misma ciudad para participar en su primer encuentro de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN. El presidente español ya forma parte del exclusivo círculo de los líderes mundiales, ha estrechado la mano al poder, es uno más de ellos. Y eso significa que lo de volver al chiringuito está en el aire.

«Es lo de siempre», dicen en La Moncloa. Cuando un nuevo presidente piensa en sus vacaciones lo primero que se le ocurre es veranear en el mismo lugar de toda la vida, que por algo controla los lugares donde sirven las mejores tapas, pero pronto se topa con la realidad. Mariano Rajoy tuvo que dejar Sanxenxo para pasar sus días de descanso en una casa rural de Ribadumia, mucho más fácil de vigilar para sus escoltas. «Aún no lo sabemos, pero cuando Pedro Sánchez se coja vacaciones igual quiere ir a Mojácar y es posible que no pueda por problemas de seguridad. No depende de él sino de su equipo, que le puede decir que vaya a otro sitio», afirman en La Moncloa.

Sánchez compró en 2001 un apartamento en la localidad almeriense de Mojácar, en la que había pasado varios veranos en compañía de su tío. El piso, que le costó 120.000 euros, está situado en un antiguo hotel reconvertido en viviendas enclavado en la ladera de una montaña. Es un inmueble modesto, sin grandes pretensiones estéticas pero con vistas al pueblo y a la playa, al que el matrimonio presidencial suele acudir a descansar con sus dos hijas, Ainhoa y Carlota.

Cuando se desplaza a Mojácar, la pareja frecuenta el Aku-Aku, donde suele dar cuenta de unas buenas paellas. En ese chiringuito fueron sorprendidos a principios de agosto de 2016, después de varios días en los que a Sánchez se le dio por desaparecido en combate tras su derrota en las elecciones generales del 26 de junio. Luego se supo que el entonces líder socialista había tratado de limpiar sus heridas con una larga gira vacacional por Mojácar, Ibiza y Benicasim.

Todo eso ha cambiado. Pedro Sánchez no es el mismo de aquel último agosto ni España tampoco. Ahora es el presidente y mientras lo sea, sus veranos no volverán a ser lo mismo. Es una de las pegas del poder, no se puede tomar aceitunas en un chiringuito sin que te miren.

Mariano Rajoy, durante uno de sus paseos con José Benito.
Mariano Rajoy, durante uno de sus paseos con José Benito. R. C.

Mariano Rajoy. Partido Popular

El descanso gallego de un hombre por fin libre

El expresidente del Gobierno y actual registrador de la propiedad en Santa Pola, Mariano Rajoy, se prepara para hacer frente a su primer estío sin responsabilidades en el Ejecutivo en 22 años.

Ni en sus peores pesadillas Rajoy llegó a imaginar en agosto de 2017 que sus paseos por el municipio pontevedrés de Sanxenxo, el lugar al que había regresado a veranear después de cinco años de ausencia, serían los últimos que daría como presidente bajo el sol del verano. Aquel mes tan solo se atisbaba por la lejanía el nublado del desafío independentista en Cataluña, que acabó por romper en tormenta en otoño. Sin duda era un grave problema, pero nada hacía presagiar que después de la tormenta llegaría la tempestad. La sentencia del caso Gürtel desató un vendaval que en junio se llevó por delante al Gobierno.

Mariano Rajoy es hoy un ciudadano de a pie desligado de su partido, lo que significa que es un hombre libre. El expresidente se reincorporó a su plaza como registrador de la propiedad el pasado 20 de junio y dos semanas más tarde ya estaba disfrutando de unas jornadas de descanso en Sanxenxo. Más o menos por las mismas fechas en las que su partido celebraba la primera vuelta de las primarias para sustituirle.

Como buen hombre de costumbres, Rajoy hizo en su oasis gallego lo de siempre. Vestido con pantalón corto, polo y zapatilla, recorrió a paso rápido la ruta da Pedra e da Auga de Ribadumia. A su lado caminaba el marido de Ana Pastor, José Benito Suárez, presidente de la Autoridad Portuaria de Marín y Ría de Pontevedra, que durante años ha sido uno de sus compañeros de paseo habituales.

Ahora que Rajoy está fuera de la política, desde su partido no dan detalles acerca de su vida privada. El expresidente tiene en Sanxenxo un piso a pie de playa que compró antes de casarse con Elvira Rodríguez y del que apenas disfrutó mientras fue presidente, pero nadie confirma si pasará en él las vacaciones. Dentro de un año a nadie le importará. Es lo bueno de perder el poder.

Albert Rivera se saca un selfie en unas vacaciones.
Albert Rivera se saca un selfie en unas vacaciones. R.C.

Albert Rivera. Ciudadanos

Unos días con la hija, otros fuera de España

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, es poco amigo de revelar su lugar de vacaciones. Lleva su vida privada con una discreción monacal que ha roto en muy contadas ocasiones, como cuando el verano pasado publicó en instagram una fotografía suya. En la imagen se veía a un hombre buceando en una piscina, apenas una silueta con bañador azul que al parecer era la del propio Rivera pero también podría corresponder a cualquier otro. Era una cuestión de fe. Se supone que se trataba del líder de la formación naranja porque él mismo lo indicaba con su firma en un mensaje en el que decía: 'Para mí agua es paz'.

La piscina fue identificada por un internauta, que la situó en un hotel rural de Candeleda, en la Sierra de Gredos, a unos 50 kilómetros de Casavieja, el pueblo donde el líder de Podemos, Pablo Iglesias, acostumbra a reponerse de sus luchas tanto internas como externas.

No se sabe si Rivera regresará este verano al mismo lugar. Habrá que esperar a que las redes sociales nos ilustren sobre su paradero con alguna foto propia o ajena, como la que publicaron las personas que el año pasado se cruzaron con él en un restaurante de Badajoz. La información que ha ofrecido su partido sobre los planes de su presidente es breve y algo etérea, quizá incluso minimalista. «Parte de sus vacaciones las pasará junto a su hija y otros días estará fuera de España», explican fuentes de Ciudadanos.

Albert Rivera está separado desde 2013 y tiene una hija de siete años, Daniela, que vive en Barcelona con su madre. Siempre que puede, reserva unos días para pasarlos junto a la niña. Es una costumbre que pocas veces perdona y que volverá a repetir este verano si nada se tuerce a última hora en la política española. No tiene por qué ocurrir, pero en este país nunca se sabe.

Que al antiguo campeón de waterpolo Albert Rivera le gusta el agua no es ningún secreto. El líder de Ciudadanos es un amante confeso de las playas de Cádiz, donde se ha dejado ver otros años. También suele acudir a Sanlúcar de Barrameda, junto a las puertas del parque de Doñana, pero en esta ocasión ha preferido el extranjero, al que viajará con Beatriz Tajuelo, su actual pareja. A veces es saludable descansar de España.

Irene Montero y Pablo Iglesias, antes de tener a los mellizos.
Irene Montero y Pablo Iglesias, antes de tener a los mellizos.

Pablo Iglesias. Podemos

Con Leo y Manuel en el hospital

«¿Qué crees?», contestan desde Podemos. Es la respuesta lógica a una pregunta retórica que aún así hay que formular más que nada por cortesía y por si alguien ofrece alguna pista sobre el estado de ánimo del líder, Pablo Iglesias. «¿Que dónde va a pasar las vacaciones? Pues en Madrid todo el verano, en el hospital, ¿dónde si no?».

Desde que el pasado día 3 Irene Montero, la pareja de Iglesias, diera a luz de forma prematura a sus mellizos, tras solo seis meses de gestación, los dos padres hacen vida en el hospital materno infantil La Paz. Es allí donde los pequeños, Leo y Manuel, permanecen ingresados en la unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. Sus salas y pasillos serán durante las próximas semanas el paisaje que marcará el verano del secretario general de Podemos y su portavoz en el Congreso.

Pablo Iglesias e Irene Montero, que podrán permanecer cuanto quieran junto a sus hijos, han cancelado los actos de su agenda para tener disponible todo el tiempo libre del mundo. Ambos sobrellevan estos días estresantes con una absoluta discreción que esta vez han respetado los medios de comunicación, algo que no siempre ha ocurrido. Las palabras y hechos de los dos políticos han sido objeto de un detallado escrutinio que tuvo su momento culminante con la polémica que se generó cuando se supo que habían comprado en Galapagar una casa con piscina por un valor superior a los 600.000 euros.

La única declaración pública de la pareja tras el nacimiento de Leo y Manuel fue un comunicado en las redes sociales en el que anunciaron que «los dos pequeños han nacido mucho antes de lo esperado» y mostraron su esperanza de que «salgan adelante». Tras ese mensaje, el mutismo de ambos ha sido total.

El líder de Podemos veranea habitualmente -o lo hacía hasta ahora- en Casavieja. A unos dos kilómetros de esta pequeña localidad de Ávila, en un lugar aislado rodeado de naturaleza, Iglesias posee una pequeña cabaña de madera de unos cincuenta metros cuadrados en la que le gusta aislarse los fines de semana y recibir a sus amistades. La vivienda, que está enclavada en una parcela de unos 1.500 metros cuadrados, se autoabastece de energía con placas solares y posee su propio depósito de agua.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios