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B. Beyer
Manhattan | El nuevo Nueva York

El nuevo Nueva York

Miguel Quismondo, el arquitecto español que triunfa en Manhattan, nos guía por The Shed y Vessel, los próximos emblemas de la ciudad

icíar ochoa de olano

Viernes, 28 de junio 2019, 20:32

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Después de la catástrofe del 11-S, ¿quién querrá pensar en la estética de la arquitectura?», escribió, algún tiempo después del colapso de las Torres Gemelas, el entonces crítico especializado de 'The New York Times', Herbert Muschamp. Resultó que muchas personas. Los edificios habían sido el blanco de los ataques terroristas y la fantasía constructiva sin límites se erigiría en la mejor de las terapias y en señal inequívoca de resiliencia. Texturas novedosas, formas audaces y escalas, por primera vez, diferentes; en el renacimiento de la ciudad insomne, la conquista de los espacios ya no se disputa irremediablemente en las alturas. Con sus más de cincuenta proyectos incorporados en sus calles en estas dos últimas décadas, Manhattan hoy parece otra. Es otra. Ha acuñado una nueva iconografía, menos reflectante y más cohesionadora, y se prepara para inaugurar sus próximos emblemas: el centro cultural The Shed, llamado a ser el Lincoln Center del siglo XXI, y Vessel, una gigantesca escultura transitable a través de 154 tramos de escaleras interconectadas desde donde se sacarán las próximas foto-postales de la Gran Manzana.

Miguel Quismondo ha sido un testigo de excepción de la espectacular regeneración. Aterrizó en la ciudad de los rascacielos en 2002 y ahora, cuando habla de los neoyorquinos, lo hace en primera persona del plural. «Nueva York siempre ha sido una ciudad en continuo crecimiento y evolución. Incluso en los momentos más duros. Las obras de arquitectura y las infraestructuras de gran impacto han ayudado enormemente a forjar el carácter único de esta ciudad. En este sentido, las últimas dos décadas han sido muy positivas», valora para este periódico desde Lenox Hill, el barrio del Upper East Side en el que tiene su estudio y en donde recibió hace unos días la noticia de que su Magazzino Italian Art opta a convertirse en el 'Edificio del año', según la web World Architects. Hace un año, esa misma obra, un museo de arte contemporáneo italiano, fue distinguida por nada menos que el American Institute of Architects (AIA). «Por un lado, los inversores inmobiliarios han entendido que el diseño aporta valor a sus edificios y, por otro, el concepto de 'starchitects' (arquitectos estrella) se ha incorporado a los usos y gustos de los visitantes», agrega.

MIGUEL QUISMONDO

  • * Licenciado en Arquitectura por la madrileña ETSAM y especializado en Nueva York, Miguel Quismondo (Madrid, 1973) se instaló en Manhattan en 2002. Hace un año fue reconocido por el American Institute of Architects (AIA) por su Magazzino Italian Art, que ahora opta al 'Edificio del año' (2018) concedido por la web World Architects.

Todo eso explica, en su opinión, la avalancha de europeos que han logrado poner una pica en la Gran Manzana en los últimos tiempos. Todos, eso sí, de campanillas. Desde el valenciano Santiago Calatrava, que firma en la 'zona cero' Oculus, la estación de metro más cara del mundo; el francés Jean Nouvel, artífice de 53W53, el sexto rascacielos más alto de la megalópolis (empatado con toda una leyenda del Art Decó, el edificio Chrysler, ahora en complicada venta); el italiano Renzo Piano, autor del Museo Whitney de Arte Americano; los suizos Herzog & De Meuron; o el danés Bjarke Ingels, quien con VIA 57, un edificio residencial de fisionomía galáctica, «ha dotado de un impactante gesto arquitectónico al 'skyline' desde el río Hudson», valora Quismondo.

Obras faraónicas

Pero la expectación está ahora puesta en dos obras «faraónicas», bautizadas, paradójicamente, como bagatelas: The Shed (el cobertizo) y Vessel (vasija). La primera de ellas será inaugurada por la cantante islandesa Björk, que ha decidido presentar su nueva producción, 'Cornucopia', en el super equipamiento cultural de 19.000 metros cuadrados que se ultima en el West Side. Concebido como la nueva meca de las artes escénicas y visuales y de la cultura pop por los arquitectos locales Diller Scofidio + Renfro, con la colaboración de Rockwell Group, cuenta con un exoesqueleto que cubre un edificio de ocho niveles destinados a albergar conferencias, exhibiciones, obras teatrales, conciertos o 'performances'. La característica más innovadora del proyecto reside en que mientras una parte del edificio es fija, la otra puede expandirse y contraerse, mediante unos rieles y doce ruedas de casi dos metros de diámetro cada una, que enrollan la carcasa telescópica. Eso le permite cubrir o dejar a cielo abierto un plaza polivalente de 2.000 metros cuadrados. Sólo esa estructura externa pesa más de 3.500 toneladas.

Su apertura, prevista para el próximo 5 de abril, llega como los grandes hitos arquitectónicos, «cargada de polémica por su cualidad retráctil y, sobre todo, por su coste», señala Quismondo. Su astronómico presupuesto asciende a 437 millones de euros, de los que solo el empresario y exalcalde de la ciudad Michael Bloomberg ha apoquinado cerca de 110: 65,5 millones en calidad de patrono y 44 como primer edil. «Existe un gran interés por su entrada en funcionamiento. No tengo duda de que se va a unir a la nueva iconografía de la Gran Manzana», apunta el arquitecto madrileño.

1. El Cobertizo. El centro cultural The Shed dispone de una carcasa telescópica que, desplegada, cubre un área de 2.000 metros cuadrados. :: Brett Beyer ; 2. 'La torre Eiffel americana. 'Así se presentó Vessel, una formidable vasija de acero color cobre formada por 154 tramos de escaleras interconectadas, 2.500 peldaños y 80 rellanos. Ofrece un paseo de 1,6 kilómetros. También se ubica en el West Side. ::R.C.
Imagen principal - 1. El Cobertizo. El centro cultural The Shed dispone de una carcasa telescópica que, desplegada, cubre un área de 2.000 metros cuadrados.  :: Brett Beyer  ; 2. 'La torre Eiffel americana. 'Así se presentó Vessel, una formidable vasija de acero color cobre formada por 154 tramos de escaleras interconectadas, 2.500 peldaños y 80 rellanos. Ofrece un paseo de 1,6 kilómetros. También se ubica en el West Side.
Imagen secundaria 1 - 1. El Cobertizo. El centro cultural The Shed dispone de una carcasa telescópica que, desplegada, cubre un área de 2.000 metros cuadrados.  :: Brett Beyer  ; 2. 'La torre Eiffel americana. 'Así se presentó Vessel, una formidable vasija de acero color cobre formada por 154 tramos de escaleras interconectadas, 2.500 peldaños y 80 rellanos. Ofrece un paseo de 1,6 kilómetros. También se ubica en el West Side.
Imagen secundaria 2 - 1. El Cobertizo. El centro cultural The Shed dispone de una carcasa telescópica que, desplegada, cubre un área de 2.000 metros cuadrados.  :: Brett Beyer  ; 2. 'La torre Eiffel americana. 'Así se presentó Vessel, una formidable vasija de acero color cobre formada por 154 tramos de escaleras interconectadas, 2.500 peldaños y 80 rellanos. Ofrece un paseo de 1,6 kilómetros. También se ubica en el West Side.

Con hechuras de atracción multitudinaria, Vessel se postula para acaparar las portada antes que The Shed. En concreto, en marzo, cuando se permitirá el acceso. Con una altura equivalente a quince pisos, esta colosal estructura rojiza, con vocación de convertirse en 'la torre Eiffel de Nueva York', se inspira en los baorís de la India, aljibes escalonados. Está compuesta por 75 piezas de acero prefabricadas en Italia que, una vez encajadas, conforman una 'vasija' transitable. El interior consta de 154 tramos de escaleras interconectadas, 2.500 peldaños y 80 descansillos que permiten hacer un recorrido de 1,6 kilómetros en dirección ascendente. Lo firma el arquitecto británico Thomas Heatherwick y ha costado 117 millones de euros.

Quismondo lo contempla como una «escalera hacia el cielo, una escultura gigante llena de escaleras que se va a llenar de visitantes y curiosos, una buena excusa para salir de casa, pasear y ver un nuevo horizonte desde allá arriba. Su revestimiento cromado lo convertirá en 'trending topic' instantáneo en cualquier red social», vaticina.

El mercado Little Spain

Ambas obras son vecinas. Se localizan en el lado oeste de la isla, en el elitista distrito de Chelsea. En concreto, en un área que se extiende junto al río conocida como Hudson Yards, donde se acomete un descomunal plan de desarrollo inmobiliario, el mayor que contempla la ciudad desde que se levantó el que preside el Rockefeller Center: 112.000 metros cuadrados y 17,5 billones de euros. Su plazo de ejecución da aún mejor cuenta de su magnitud. El proyecto para anexionar esta vieja zona industrial al casco urbano de Manhattan se alumbró hace más de quince años y no se finalizará hasta 2025. «Hubo que empezar creando infraestructuras gracias a la extensión de la línea 7 de metro; cubriendo las vías de tren con grandes vigas para soportar las cargas de los futuros edificios; creando una normativa legal que permitiera una edificación provechosa para los inversores; extendiendo el ya famoso High Line Park y, por supuesto, incluyendo atracciones como The Shed o Vessel», glosa Quismondo.

Anexionar a la ciudad los viejos tinglados a orillas del Hudson ha supuesto una inversión descomunal

El nuevo punto caliente de la Gran Manzana «conllevará el movimiento diario de una gran masa humana», ya que contendrá 4.000 viviendas de alquiler o venta -incluyendo un 10% de pisos sociales-, varios hoteles, cientos de oficinas y un apabullante espacio comercial y restaurador que amenaza con modificar los hábitos de ocio de los neoyorquinos. «La apabullante oferta gastronómica que se anuncia incluirá el mercado Little Spain, de la mano de José Andrés y de los hermanos Adrià», desvela el autor de Magazzino Italian Art, que en la actualidad trabaja con su «mentor» Aberto Campo Baeza en un edificio cultural, precisamente, en el valle del río Hudson.

Tal y como la nueva campaña de marketing de la ciudad anuncia, la Gran Manzana encara un 2019 «monumental». También para su icono número uno, la Estatua de la Libertad, que a finales de mayo volverá a dar la bienvenida a los visitantes, esta vez con un museo a sus pies en el que se exhibirá la antorcha original. Nueva York vuelve a ser la capital del mundo.

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