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Una nave ilumina Valencia

La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Sábado, 29 de septiembre 2018, 00:37

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La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

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Pedro Namasté
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La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
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Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

Pedro Namasté
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

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La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.
La artista alicantina Olga Diego hizo volar ayer una escultura de aire, luz y piel plástica en el claustro gótico del Centro del Carmen. 'Artefacto XVIII' es así un experimento aerostático que fusiona arte y ciencia. «Una ascensión sin tripulante, un vuelo cautivo controlado desde tierra que iluminará el cielo y que podría ascender hasta los 100 metros de altura», aseguró la artista.

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