Innovación y mix energético: la Comunitat preparada para liderar la revolución energética
La feria EGEC25 convertirá a Valencia en epicentro europeo de la energía el próximo mes de noviembre
Sandra Paniagua
Sábado, 18 de octubre 2025
Valencia calienta motores para convertirse, del 11 al 13 de noviembre, en el gran escaparate nacional e internacional de la energía. EGEC25 (Energy Global Expo & Congress) reunirá en Feria Valencia a los principales agentes del sector energético nacional para debatir sobre electrificación, almacenamiento, hidrógeno verde, eficiencia, digitalización y comunidades energéticas. «El ecosistema energético necesita puntos de encuentro como este para acelerar el desarrollo de proyectos, fomentar la colaboración público-privada y facilitar que las empresas encuentren socios estratégicos», subraya Ricardo Romaguera, presidente del Clúster de la Energía de la Comunitat Valenciana.
La feria sirvió de excusa para reunir en La Rotativa de LAS PROVINCIAS y de la mano del Clúster de la Energía y junto a su presidente a Felipe Carrasco, secretario autonómico de Industria de la GVA; Maite Vela, delegada de la Región Este de Redeia, matriz de Red Eléctrica de España; Paco Gavilán, presidente de Nunsys Group y vicepresidente del Clúster de Energía de la Comunitat Valenciana; Ibán Molina, delegado institucional de Iberdrola en la Comunitat Valenciana y director de Hidrógeno Verde; e Ignacio Casado, director de marketing y comunicación de ITE (Centro Tecnológico de la Energía).
La cita ferial llega en un momento crucial. La energía ya no es solo un recurso, sino la base del desarrollo humano y económico. «La energía mueve el mundo», recordaba Romaguera al inicio del debate, afirmación que corroboraron el resto de expertos reunidos en la mesa: la transición energética no es solo un desafío tecnológico, sino una auténtica revolución industrial y social que puede situar a la Comunitat Valenciana en el centro del nuevo mapa energético europeo.
«Estamos en un momento clave en la transformación energética», coincidieron los ponentes. La electrificación, la descarbonización y la innovación tecnológica marcan la hoja de ruta. Para Felipe Carrasco «la descarbonización ya está siendo fuente de generación de empleo y lo será mucho más, porque está creando nuevos modelos económicos y perfiles profesionales. Es una oportunidad para generar liderazgo económico y bienestar para la Comunitat Valenciana».
En esta revolución, la electrificación se erige como columna vertebral. «Todos los representantes coincidimos en que la electrificación es una de las mayores fuentes de descarbonización de la economía y del consumo energético en general. Es la revolución industrial del siglo XXI», defendió Romaguera. A lo que Ibán Molina, añadió que «la electrificación tiene muchísimo que decir por qué es un vector autóctono y competitivo. Si lo hacemos bien, atraeremos a nuestro territorio más industria». Además, recordó que el sector eléctrico ya está descarbonizado en un 75%, y por ello el verdadero reto «es llevar esa transformación al resto del mix energético cubierto por los combustibles fósiles en la industria, el transporte y los hogares».
La transición energética valenciana no solo busca sustituir combustibles fósiles por fuentes renovables, sino generar una industria propia que impulse el empleo y la competitividad. En este sentido, Maite Vela destacó que «el vector eléctrico integra una energía limpia, barata y autóctona que da competitividad al territorio y abre el apetito inversor». A su juicio, «las redes eléctricas son la manera de vertebrar e integrar toda esta oportunidad energética».
Por este motivo, el debate también puso el foco en las infraestructuras y las redes eléctricas, imprescindibles para garantizar el suministro y el crecimiento industrial. «Red Eléctrica ha invertido más de 1.100 millones en el último año, un 34% más que el anterior, y el borrador de la nueva Planificación de la Red de Transporte a horizonte 2030 contempla inversiones por 13.600 millones de euros en nuevas redes», detalló Vela. Además, la delegada de la Región Este de Red Redeia explicó que esta planificación ya no se centra solo en la generación renovable, «sino en la demanda energética, que determinará el futuro industrial de nuestro país».
En esta línea, Paco Gavilán reclamó «más facilidad y agilidad para el ecosistema empresarial» y solicitó que «las grandes tractoras y la Administración peleen por la Comunitat Valenciana en Madrid, porque mejorar las redes significa más acceso para nuevas industrias, más bienestar social y más competitividad».
Por lo expresado en la mesa, el consenso fue claro: sin unidad entre empresas, administraciones y sociedad, será imposible alcanzar los objetivos. «La demanda energética se triplicará en los próximos diez años», advirtió Carrasco. «Necesitamos un mensaje común para defender en Madrid las inversiones que requiere nuestro territorio», señalaron.
La colaboración público-privada y la innovación fueron las palabras más repetidas a lo largo del debate. Para Ignacio Casado «la innovación tecnológica permite atraer inversión y posicionar a la Comunitat como polo de referencia». Puso ejemplos concretos: «Trabajamos en proyectos de hidrógeno, almacenamiento energético, digitalización y comunidades energéticas que ya nos sitúan como referente nacional». Un ejemplo de esa cooperación es la alianza entre Iberdrola, BP e ITE en Castellón para desarrollar un gran proyecto de hidrógeno verde. «Si no somos capaces de organizarlo para que esos proyectos ocurran en nuestra comunidad, ocurrirán en otros países. El momento es ahora», advirtió Molina.
Eficiencia y evangelización
Uno de los puntos que más debate generó fue el desconocimiento de las herramientas disponibles para avanzar en la descarbonización. «Hay que evangelizar más tanto a las empresas grandes y pequeñas, pero también a los particulares», insistió Gavilán. «Muchas empresas desconocen los beneficios de instrumentos como los CAES, los Certificados de Ahorro Energético». Romaguera matizó que «no son subvenciones, sino ahorros directos que generan retornos económicos para las empresas».
Llegado este punto, en la mesa de expertos, Felipe Carrasco aprovechó para señalar que el Consell también trabaja en esa línea. «Desde el IVACE hemos destinado 345 millones de euros en ayudas a la descarbonización y tramitado 33.000 expedientes. Pero más allá del dinero, nuestro papel es facilitar la transformación de las pymes con simplificación administrativa y apoyo técnico», explicó Carrasco. «La administración no solo impulsa, sino que acompaña». Casado subrayó el papel de los clústeres y asociaciones como altavoces. «La divulgación es clave para que las pymes pierdan el miedo a innovar y comprendan las ventajas de la transición energética».
La transición energética también exige nuevos perfiles profesionales. «Tenemos ahora unas perspectivas económicas muy fuertes y no hay mano de obra formada: faltan electricistas, soldadores, técnicos especializados», alertó Romaguera. Gavilán coincidió al señalar que «tenemos que revalorizar la Formación Profesional. Los egresados de FP aportan tanto valor como los universitarios y su incorporación es inmediata».
Por su parte, Ignacio Casado reforzó esta idea con un ejemplo cotidiano, ya que «hay infinidad de profesionales que no saben enfrentarse a una batería o a un coche eléctrico. La teoría es importante, pero la práctica lo es aún más». Desde Iberdrola, Molina añadió que muchos empleados combinan FP y estudios universitarios dentro de la empresa y «esa combinación de práctica y teoría es brutal».
El consenso fue unánime en la mesa: la formación técnica y la conexión entre universidad, FP y empresa son esenciales para consolidar el liderazgo valenciano en el nuevo modelo energético.
En la recta final, la mesa abordó el espinoso debate sobre el mix energético y el papel de la energía nuclear. «Hoy la Comunitat solo genera el 56,9% de la energía que consume. Si cerráramos Cofrentes, dependeríamos en un 73% del exterior», advirtió Carrasco. «No existe aún una solución real que sustituya esa capacidad de generación. La nuclear no compite con las renovables, es actualmente la única solución de respaldo».
Molina coincidió en que «el reto es lograr que la transición sea técnica y económicamente viable». En su opinión, «quizás sea necesario prolongar unos años más la vida de las centrales nucleares mientras se desarrollan plenamente los sistemas de almacenamiento».
La transición energética no solo es tecnológica. «Hay que evangelizar también a la sociedad», reclamó Maite Vela. «Las redes y las infraestructuras deben entenderse como motor de desarrollo y cohesión territorial. Si electrificamos los puertos, los corredores ferroviarios y la industria, generamos empleo, riqueza y conocimiento para todo el territorio».
Romaguera cerró el encuentro con una reflexión que resume el espíritu del debate: «Estamos en una transformación energética con todas las letras en mayúsculas. No solo estamos electrificando para descarbonizar, sino construyendo los cimientos de una nueva industria y de una sociedad más sostenible».