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La despoblación en España afecta a las zonas rurales, que suman un 90% del territorio Justo Rodríguez
La España rural une fuerzas contra la despoblación y el cambio climático

La España rural une fuerzas contra la despoblación y el cambio climático

Diversas asociaciones del campo crean Alianza Rural para frenar la huida de sus gentes y minimizar la emisión de carbono

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Lunes, 28 de octubre 2019, 18:23

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Hablar de una España vacía resulta inexacto, aunque el término ha calado en la conciencia colectiva. Ese territorio de escasa población está «lleno» de actividades productivas y propiedades, y conforma un sector que -agrupado- es el primer motor económico de España, asegura Pedro Barato, presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) y de la recién nacida Alianza Rural, que incorpora a las principales asociaciones del campo para lograr objetivos como el freno al cambio climático y la migración de los habitantes.

Porque ese territorio que ocupa el 90% del Estado y donde vive un 20% de la población nacional, según datos de la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR), se «desangra», advierte Lola Merino, presidenta AMFAR, una organización que representa a las 6 millones de españolas que viven en zonas rurales. «Hay que frenar la España vaciada que se desangra demográficamente. Fijar la mirada en los jóvenes y mujeres que viven y trabajan ahí, y que son los primeros que la abandonan», afirma Merino. «Donde no hay mujeres, no hay vida».

España despoblada o vaciada, entonces, serían términos más acordes a las regiones que enfrentan dos grandes retos: uno, adecuarse y combatir el cambio climático y, dos, frenar y, si es posible revertir, la huida de sus gentes. «Se habla mucho de una España vaciada pero se dan pocas soluciones. Nosotros pretendemos que todo el entramado socioeconómico y medio ambiental sea eficiente», dice Barato. En esta alianza encuentran lugar los sectores agrarios, ganaderos, forestales, cinegéticos, entre otras, incluida la de espectáculos con animales. «Hay un abuso del concepto de la España vaciada, y la cultura del campo es desconocida por los urbanitas. Sin nosotros, el campo arde», mantiene Carlos Núñez, vicepresidente de Alianza Rural y presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL)

Pueblos y vida

El declive de la zona rural comenzó a mediados de los años 50 del siglo XX y no se ha detenido, debido a una «incompatibilidad del sistema rural» con las «expectativas de bienestar», analiza Domingo Gómez Orea, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid. El campo se volcó a la modernización de la agricultura para una mayor producción, pero «expulsó empleo». «Una de las claves de la despoblación ha sido la dificultad de otras actividades productivas para compensar esa pérdida».

La gente se va. «¿Por qué la gente no puede vivir en el campo con servicios dignos?», se pregunta Juan Herrera, representante de la Federación de Caza, que defiende la actividad cinegética que genera unos 180.000 empleos, según sus cálculos. Los que se mantienen en los poblados rurales enumeran sus necesidades. Además de servicios hace falta extender la digitalización a núcleos rurales que ahora no tienen internet. Hablan de «dignidad». «Es un mundo muy sacrificado. No se tiene tiempo de ir a manifestaciones porque el ganado come todos los días», dice José Luis Urquijo, director de la Federación Española de Asociaciones de Ganado Selecto.

Dehesas contra CO2

El campo se ve afectado por el cambio climático: aumento de las temperaturas, eventos extremos, elevación del nivel del mar y acumulación del CO2. El estrés ambiental ya afecta los cultivos y la ganadería. «Hay cambios en la floración, en la calidad de los pastos», dice Joaquín Rodríguez Chaparro, asesor del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En el debate para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, con el objetivo de reducirlos en un 40% dentro de una década, se ha apuntado directamente al estómago del ganado, por la cantidad de metano que desprenden sus desechos. «Otros sectores pueden descarbonizarse, como el del transporte, el mayor emisor con un 26% del total y que puede reconvertirse en eléctrico. Pero en la ganadería no es posible. Pero sí tenemos que compensar en sumideros para ser neutros», señala Rodríguez Chaparro.

La neutralidad se podría lograr con la conservación de las áreas verdes. «Las dehesas bien conservadas son sumideros de CO2. Queremos promover el desarrollo del mundo rural y el empleo verde. Fijar el tejido rural y que se mantengan las familias contra la despoblación», asegura Carlos Núñez, vicepresidente de Alianza Rural y presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL). El conjunto de estas áreas verdes hace de España el tercer país europeo en biomasa forestal, según datos del ministerio. «Hay que recordar que el 80% de los bosques están en manos privadas», señala Barato. La adaptación es cuestión de supervivencia.

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