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Martes, 10 de octubre 2017, 00:19
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«La tenencia de este tipo de artefactos y su manipulación constituyen una infracción penal, recogida y definida en el Reglamento de Armas y en el Código Penal», recuerdan responsables de la Ertzaintza. Agentes de este cuerpo detuvieron hace tres años al vizcaíno Alfredo Irusta, al que le tuvieron que amputar media pierna tras la explosión de un obús que manipulaba en su caserío de Muskiz. Irusta fue juzgado por ello y absuelto el año pasado. Para ser lícito, este tipo de coleccionismo requiere que el Ministerio de Defensa inutilice y certifique documentalmente el material.
También está prohibida la venta irregular de armamento de guerra, lo que no impide cierta proliferación de esta práctica a través de páginas web de uso rutinario.
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