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Teresa Ribera. Afp
Teresa Ribera: «La COP25 ha dejado un sabor agridulce»

Teresa Ribera: «La COP25 ha dejado un sabor agridulce»

La ministra de Transición Ecológica y otros actores hacen un balance sobre los acuerdos alcanzados en la Cumbre del Clima

Domingo, 15 de diciembre 2019, 21:28

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A juicio de la ministra de Transición Ecológica, la Cumbre del Clima deja «un sabor agridulce». Con estas palabras hacía ayer balance Teresa Ribera de una COP25 en la que, «aunque pesa lo positivo, hay algunos elementos que hemos echado en falta».

En el lado de los haberes, la ministra destacó el «poder imponer ese compromiso con la agenda multilateral, a pesar de las dificultades». Se refería Ribera a aquellos grandes países «que no querían acelerar la acción climática». «Y aunque es verdad que no tocaba formalmente este año», reconocía la ministra, «se ha conseguido reforzar la acción climática y hacerlo formalmente a partir de 2020». En este punto hizo hincapié en que todas esas medidas para luchar contra el cambio climático se tomarán «guiados por la ciencia y por los informes del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)». «Es –sostuvo– la victoria más importante». Además explicó que ha sido una cita de «socialización», ya que ha existido una demanda social como nunca, con presencia de la sociedad civil.

En el lado de los debe, comentó que le hubiera gustado completar el trabajo en torno a mercados y que el libro de reglas del Acuerdo de París hubiera quedado definitivamente cerrado. La ministra también dijo que esperaba escuchar «compromisos más contundentes y serios» por parte de las grandes economías.

  1. Mar Asunción, responsable de Clima en WWF

    «No hay una llamada clara para que los países reduzcan sus emisiones»

Mar Asunción.
Mar Asunción. Óscar Solorzano

Tras los resultados de la Cumbre del Clima Mar Asunción, responsable del programa Clima y Energía de WWF España, mostraba su «decepción». «Es la cumbre de la ambición y de aquí no ha salido una llamada clara para que los países tengan que presentar objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos el próximo año, en la de Glasgow. Hay menciones muy vagas, que no son suficientes para garantizar objetivos de acuerdo con la senda del IPCCde un grado y medio», analizó. A su juicio, estos resultados desalentadores son un síntoma de que «los Gobiernos no están escuchando suficientemente ni a la ciencia ni el clamor popular. Pedimos mucha más ambición y urgencia para afrontar esta crisis climática». Pese a todo, sí reconoció algunos aspectos positivos. «Se ha mantenido la inclusión de los oceanos y los ecosistemas terrestres con la mención de las soluciones basadas en la naturaleza». Y, continuó, «también hay una mención a la transición justa y a la agenda de género».

Con respecto al artículo 6, Asunción cree que hubiera sido más peligroso cerrarlo en falso, sin salvaguardas ambientales y sociales. «Cerrarlo mal hubiera supuesto meter en el mercado muchísimos derechos con lo que el precio del carbono habría bajado y no hubiera cumplido el objetivo fundamental, que es acelerar y hacer posible esa transición energética desde los combustibles fósiles a un modelo energético 100% renovable, eficiente y justo».

  1. Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace

    «¿Cómo es posible que tras 15 días todo se deje para la última noche?»

Mario Rodríguez, en el centro de la imagen.
Mario Rodríguez, en el centro de la imagen. Efe

Las asociaciones ecologistas recibieron con frustración la falta de resultados prácticos de la COP25. «Se han puesto por delante los intereses de los oligopolios de los combustibles fósiles», lamenta Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace España. A su juicio, los políticos han mostrado durante toda la cumbre una actitud «indecente y vergonzosa». «Están en una burbuja, discutiendo en los despachos, ignorando a la juventud y al conjunto de la sociedad», explica.

Porque precisamente esta es, según Rodríguez, la única noticia positiva de la cumbre. «Por primera vez hemos visto que el discurso científico y el de la sociedad civil van de la mano», subraya el dirigente ecologista. Pero en el lado contrario, insiste Rodríguez, vuelven a situarse los políticos. «Yo agradezco el esfuerzo de las autoridades españolas por organizar la cumbre, pero tenemos que cuestionarnos este modelo de COP. ¿Cómo es posible que dure 15 días, pero todos los acuerdos tengan que negociarse la última noche y a contrarreloj? Hay que exigir que los países vengan con los deberes hechos», añade el director ejecutivo de Greenpeace España.

Ahora, afirma, hay que mirar hacia la próxima COP, en Glasgow. «Si allí no se revisan al alza los acuerdos de reducción de emisiones y si no hay compromisos adicionales por parte de los países, no resolveremos el gran problema», asevera Rodríguez, que pide que el Gobierno español dé ejemplo y apruebe medidas urgentes contra la emergencia climática.

  1. Javier Arístegui, científico

    «Algunos países no están por la labor de llegar a acuerdos»

Javier Arístegui.
Javier Arístegui. R. C.

«Desde hace tiempo, lo único que se esperaba de esta COP era un acuerdo de mínimos», explica el científico Javier Arístegui, que reconoce la dificultad de llegar a un pacto más ambicioso cuando se trata de poner de acuerdo a casi 200 países. «Algunos de ellos, los que más contaminan, como China o India, no están por la labor, frente a la actitud de la Unión Europea, que quiere que se avance más rápido», cuenta este catedrático de Ecología de la Universidad de Las Palmas, que ha participado en la elaboración del informe sobre los océanos del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) de la ONU, el grupo de expertos que analiza el calentamiento global.

Observando las negociaciones desde la distancia, parece un sinsentido que los países no se pongan de acuerdo en alcanzar acuerdos de calado, pero desde su privilegiada atalaya, Arístegui explica que no es lo mismo una visión global que otra país por país. «En algunos casos, la transición energética es muy complicada, así que lo que tienen que hacer los países que lo tienen más fácil es ayudar a aquellos que lo tienen difícil», afirma el científico, que reclama «solidaridad» porque «no todos los países pueden hacer la transición energética a igual velocidad». Y reflexiona: «Hay poca ética y moral en todo esto. Reclamamos a Asia, con razón, que contamine menos, pero no pensamos en que para que el mundo privilegiado, que es sólo el 10%, pueda seguir viviendo tan bien como lo hace ahora, necesita que Asia siga siendo la fábrica global. Y eso contamina».

  1. Alejandro Martínez, miembro de Fridays For Future

    «Si 2019 ha sido el año del despertar, 2020 tiene que ser el de la acción»

Alejandro Martínez, a la derecha.
Alejandro Martínez, a la derecha. Efe

Alejandro Martínez no esconde la decepción que ha supuesto la COP25. «Estaba llamada a ser la cumbre de la ambición, después de todas las movilizaciones que se han llevado a cabo a lo largo de este año y en las que la sociedad civil exigía a los políticos medidas mucho más concretas y ambiciosas para hacer frente a la emergencia», recuerda el representante internacional de Fridays For Future en España. No en vano, conscientes de que la opinión pública estaba vigilando, muchos países, entre ellos España, declararon el estado de emergencia climática al inicio de la cita, «así que entendíamos que las posturas que iban a llevar a la Cumbre del Clima abordarían este problema como si realmente considerasen que estamos en medio de una crisis».

Pero la realidad se ha impuesto. «Lo que hemos visto son grandes bloqueos que han impedido que muchas cuestiones pudieran seguir adelante y tampoco hemos conseguido que los países aumenten su ambición», afirma, al tiempo que minimiza la importancia de los textos que se han aprobado, «de muy bajo calado». «La mayoría de los textos se han pospuesto para la siguiente COP a falta de tiempo para llegar a acuerdos. Yeso que ha sido la cumbre más larga de la historia», se lamenta.

Dice este joven de 25 años que el problema es que «nos estamos quedando sin tiempo» y afronta la COP de Glasgow con «esperanza». «Si 2019 ha sido el año del despertar de la gente, 2020 tiene que ser el de la acción».

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