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La física cuántica y divulgadora Sonia Fernández-Vidal. MITXEL ATRIO
Física cuántica para todos los públicos

Física cuántica para todos los públicos

La divulgadora Sonia Fernández-Vidal ve necesario que los científicos bajen de la torre de marfil y se abran a la sociedad

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Domingo, 5 de agosto 2018, 00:56

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Sonia Fernández-Vidal (Barcelona, 1978) descubrió que había otra forma de hacer ciencia en el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN), cuando estaba enrolada en el nuevo acelerador de partículas Large Hadron Collider. Empezó a participar como conferenciante y guía oficial y confirmó que el campo de la divulgación para toda la sociedad necesitaba de algo más. «Los científicos debemos abandonar nuestras torres de marfil y acercar los laboratorios a todo el mundo», apunta la investigadora y divulgadora catalana, que también trabajó en el Laboratorio Nacional de Los Álamos (Estados Unidos) antes de regresar a la ciudad condal.

Esta física cuántica descendió esa torre de marfil hace casi una década para adentrar a los más pequeños en las peculiaridades de su especialidad a través de la novela. Así nació 'La puerta de los tres cerrojos' (Destino), que vendió más de 85.000 ejemplares en España y 250.000 libros en todo el mundo y fue traducido a más de treinta idiomas. «Cuando lo escribí, me di cuenta de que había muchos libros de divulgación muy buenos, pero de un nivel muy elevado, y decidí hacer algo diferente. Así nació la idea de hacer una novela para niños y para adultos, hacer una cosa al estilo de Harry Potter, pero en vez de con magia, con física cuántica», explica la autora.

El protagonista de esta aventura es Niko Mir, un chico solitario de catorce años que, un día, cambia su ruta habitual para acudir al instituto. En su nuevo trayecto descubre una casa que no había visto antes. Le pica la curiosidad y decide adentrarse en ella. Allí descubre el Mundo Cuántico, un lugar donde ocurren cosas sorprendentes, desde una guerra entre la materia y la antimateria hasta las desapariciones del gato de Schrödinger -el ejemplo de superposición cuántica en el que el animal, según este paradigma teórico, puede estar vivo y muerto-, pasando por el taller de relojería en el que se pone a prueba la relatividad del tiempo.

Una historia que Fernández-Vidal daba por terminada como libro, aunque seguía creciendo en su cabeza, «aumentando mundos y posibilidades». Así que cuando la editorial le pidió retocar el primer libro y escribir otros dos para hacer una trilogía cuántica, no lo dudó. Además de 'La puerta de los tres cerrojos' ya ha publicado 'La senda de las cuatro fuerzas', donde Niko tendrá que buscar la entrada al Mundo Cuántico para poder ayudar a la hada Quiona y restablecer el equilibrio porque las leyes cuánticas se han vuelto locas. El tercer volumen se publicará en 2019 para enseñar a «niños de entre diez y 99 años» la física cuántica a través de la fantasía.

Sin complejos

Una forma de acercarse a esta disciplina que los más pequeños entienden sin complejos. «Los niños, cuanto más pequeños, son más abiertos. Están acostumbrados a vivir con más fantasía e imaginación que los adultos. Por ejemplo, las partículas elementales se pueden teletransportar. Tienen esas conexiones fantasmagóricas, como decía Albert Einstein. Y a los niños, cuando doy charlas, no les cuesta nada entenderlo», apunta Fernández-Vidal. «Son capaces de ir un poco más allá. Te hacen unas preguntas que entran ganas de llevarlos al laboratorio», dice entre risas. «La lógica, en cambio, choca con los adultos. Que un gato pueda estar vivo y muerto a la vez nos parece un oxímoron. A los peques les da igual», remata.

Pero además de intentar picar la curiosidad sobre el mundo científico, la divulgadora destaca la importancia de la física cuántica en la actualidad. «Más de un tercio de nuestra economía está basada en la física cuántica», afirma con rotundidad. «Deberíamos volver a principios de 1900 para ver esta revolución digital. Un transistor no hubiera existido sin la física cuántica y estos teléfonos de ahora tampoco, o una televisión. La era digital no hubiera aparecido jamás», añade la científica.

«La NASA mandó al hombre a la Luna con la capacidad de computación de cualquier 'smartphone' actual. Esto demuestra lo rápido que va todo», señala. Y el futuro pasa por los ordenadores cuánticos, que van a revolucionarlo todo. «En vez de unos y ceros como hacen los ordenadores actuales, podremos utilizar unos y ceros a la vez. Ahora, si sales a la calle puedes ir a la izquierda o a la derecha. Con estos ordenadores puedes ir a la izquierda y a la derecha al mismo tiempo. Las posibilidades que se abren son infinitas y eso está preocupando a muchos sectores. Por ejemplo, a los bancos, porque sus encriptaciones pueden ser superadas con facilidad», explica.

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