Mujer, 'boomer' y en paro: crece el riesgo de la exclusión
Un informe detecta que el 20,6% de las valencianas en activo ya supera los 55 años (hace 10 años eran el 13,6%) y advierte de un peligroso fenómeno: el 82% de las desempleadas sénior siente discriminación en su acceso al mercado laboral
J.A.L.
Domingo, 24 de marzo 2024
Las mujeres mayores de 55 años representan una fuerza laboral «cada vez más significativa y vital en la Comunidad Valenciana». Es una de las conclusiones ... que detecta un informe de Adecco sobre el riesgo de que esa franja de población se vea abocada a un peligros futuro: la exclusión del mercado de trabajo. El estudio alerta de cómo, según Francisco Mesonero, director general de la entidad, «la generación baby boom se aproxima al final de su carrera laboral, y de ahí que las mujeres sénior en activo hayan experimentado un crecimiento tan significativo en la última década». Se trata, a su juicio, de un momento crítico: de acuerdo con proyecciones del INE, «nuestra sociedad, que hoy registra un índice de envejecimiento del 135% en la Comunitat, »seguirá envejeciendo hasta 2050, el año a partir del cual se experimentará un ligero descenso, cuando la generación de los boomers se encuentre en la etapa final de su vida«. »Estamos ante tres décadas cruciales, en las que hemos de seguir impulsando la afiliación y apostando por el talento sénior como vector crítico para la competitividad y sostenibilidad del país«, observa Mesonero.
Además de la cuestión demográfica, otros factores influyen en este peso cada vez mayor de la mujer sénior en el mercado laboral. Por ejemplo, la necesidad de apoyar a economías domésticas golpeadas por la sucesión de crisis en las últimas décadas. «Muchas de las mujeres sénior en desempleo se incorporan al mercado laboral pasados los 50 años, tras largos periodos de inactividad y una vida dedicadas a su familia. Suelen con trayectorias laborales más intermitentes que los hombres y su carrera profesional goza de un menor reconocimiento social, por lo que son las primeras en retirarse del mercado laboral cuando la situación familiar lo requiere«, explica Begoña Bravo, directora de Integración de la Fundación. »Buscan trabajo para apoyar economías domésticas resentidas por las sucesivas crisis o bien para asegurar un mejor futuro económico para ellas mismas y/o sus hijos, en un escenario en el que la brecha de género para la jubilación es significativa«, añade. Y advierte: »El proceso no es sencillo y encuentran dificultades mayúsculas para competir en el mercado laboral, con gran predisposición al desempleo de larga duración».
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Bravo también destaca que «históricamente, las normas y expectativas sociales han asignado a la mujer en el papel de cuidadoras principales de la familia, lo que incluye el cuidado de hijos, personas mayores o dependientes«. »Esto conduce«, prosigue, »a la asunción de que son ellas quienes deben renunciar a sus carreras, menos reconocidas, cuando se necesita apoyo en el hogar«. »De ahí que 7 de cada 10 mujeres sénior que hoy buscan empleo, haya renunciado o aparcado su carrera profesional para dedicarse a estas responsabilidades, en algún momento de su vida», afirma. Son unas opiniones avaladas por los datos recabados por Adecco para su informe: en función de las respuestas recogidas, la mayoría de las mujeres sénior en desempleo (82%) ha sentido discriminación en alguna de las diferentes fases de búsqueda de empleo y el 77,4% destaca que esta discriminación se ha producido en la entrevista de trabajo, donde se ha cuestionado su capacidad para manejar nuevas tecnologías, la posible sobre cualificación y/o mayores exigencias salariales, así como la disposición para trabajar bajo la dirección de personas jóvenes.
El informe arroja también otros datos sombríos. La mitad de las mujeres encuestadas asegura que, cuando ha incluido la edad en el currículum, nunca ha recibido respuesta por parte de ninguna empresa, una realidad que podría ser reflejo de los citados prejuicios que asocian su candidatura con capacidades reducidas, falta de adaptabilidad o conocimiento de las nuevas tecnologías. Por último, un 31,2% ha evidenciado esta discriminación en las propias ofertas de empleo, por dirigirse expresamente a personas de menos edad, a través de expresiones como «buscamos equipo joven» o incluir en los requisitos un rango de edad determinado (una práctica penalizada por la legislación actual, pero que en ocasiones sigue produciéndose).
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