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Una campeona de la leche

Una campeona de la leche

La corredora de ultramaratones de alta montaña Sophie Power enorgullece a las madres deportistas al competir y amamantar a su bebé en los descansos

A. CORBILLÓN

Sábado, 15 de septiembre 2018, 00:29

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Llegó la 99 de su categoría a la meta, a 20 horas de la ganadora. Pero Sophie Power, una londinense de 36 años, hizo honor a su apellido ('fuerza', en castellano). Su tesón de madre amantísima y una oportuna foto en la red social Strava, biblia digital para corredores y ciclistas, han hecho el resto. Rodeada de atletas desfallecidos que tratan de reponerse después de 78 kilómetros de ultra trail de montaña, Sophie da el pecho al pequeño Cormarc, de tres meses, mientras con un sacalaches ordeña su otro pecho para que el bebé pueda seguir alimentándose mientras ella reanuda la marcha para completar los 171 kilómetros y diez mil metros de desnivel positivo de la Ultra Trail del Mont Blanc.

La imagen de cansancio pero también de alivio de Power es lógica. «Cormac come cada tres horas, pero tardé 16 en llegar a Courmayeur» (el área de descanso donde se tomó la imagen), explicó después. Sophie empleó 43 horas y 33 minutos en culminar el reto. Pero tenía muchos motivos para terminar. «Tras 20 minutos de sueño en dos días tenía la motivación de ver la mirada que tendría Donanacha (su hijo mayor, de tres años) corriendo conmigo hacia la meta».

Doble reto conseguido

Cumplir como madre y competidora exigió a su equipo una estrategia propia de una líder, no de una gregaria de la ruta como ella. Hablar de equipo supone referirse únicamente a su marido, John. Antes de empezar y refugiándose de la lluvia, Sophie dio una primera toma a Cormac. El niño tendría que ayunar hasta que su madre alcanzase el punto intermedio de Courmayeur. «Cuando llegué tenía los pechos llenos, aunque me mataban de dolor. Así que fue un alivio ver a Cormac hambriento», explicó después la deportista.

El resto de la prueba fue un maratón para todos. Power fue parando en los puestos de ayuda, donde le esperaba su pareja con el sacaleches manual... y el pequeño Cormac bramando por su toma.

El matrimonio había establecido un plan B que incluía leche maternizada por si no llegaba la natural a tiempo. Y la retirada de la prueba si este auténtico desafío, que ha llevado la conciliación familiar a otro nivel, ponía en peligro a la madre o a su criatura.

Al final logró su objetivo. Lo de menos fue que acabara en el puesto 1.219 de un total de 1.778 participantes. Sophie aseguró después que disfrutó de la carrera. «Tenía que ir despacio para proteger mi cuerpo, pero disfruté del paisaje, hablé con la gente y descansé». Los señuelos que tiraron de ella hasta el final la esperaban a pocos metros de la línea de llegada. Y pudo ver la mirada orgullosa de Donanacha, que cruzó de su mano la meta; y, en su otro brazo, el batallador Cormac.

Un reflejo de la sociedad

Lograr un dorsal para estar en la salida ya fue un reto para esta cofundadora de la 'start up' Airlabs, que se dedica a promover el aire limpio en las ciudades. La semana de trails del Mont Blanc concentra cada año a cerca de 10.000 fondistas para competir en su variada oferta de pruebas. Pero son más del doble los que aspiran a tomar parte en alguna de ellas.

Ultracorredora desde 2009, a Sophie Power le costó tres años obtener su plaza, pero la organización la rechazó cuando estaba embarazada de su primer hijo. A la segunda logró su objetivo. Dejó de correr en la montaña los últimos cinco meses de gestación pero siguió entrenando en la cinta del gimnasio hasta dos semanas antes de dar a luz.

Su esfuerzo ha situado en primer plano el derecho de las gestantes y recién paridas a seguir practicando deporte. Ellas se quejan de que las ultratrail «son un reflejo de la sociedad»: solo el 15% de los participantes en las pruebas del Mont Blanc eran mujeres. Su marido, John, es uno de los contados hombres que atienden a la familia para que su pareja pueda competir.

Frente a quienes consideran que la alta competición es perjudicial para la maternidad, los expertos Julio Basulto y Juanjo Cáceres recuerdan en su libro 'Comer y correr' que «no hay evidencias de que el ejercicio disminuya la ganancia de peso de los bebés amamantados por madres deportistas».

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