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Blanca Suárez y Eduardo Lloveras, en plena acción.
«Los boinas verdes no somos 'cowboys'»

«Los boinas verdes no somos 'cowboys'»

Blanca Suárez maneja «de maravilla» el fusil de 10 kilos y Hugo Silva es íntimo de los soldados. El Ejército se ha volcado como nunca en 'Los nuestros', el exitazo de Telecinco

daniel vidal

Viernes, 13 de marzo 2015, 14:09

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Al principio, todo eran risas. "Nos pusimos los uniformes, después los chalecos antibalas, las mochilas, los cascos, cogimos los fusiles... ¡Y casi no podíamos movernos! ¡Vaya pandilla! ¡Vaya posturas! Parecíamos sacados de una película de Leslie Nielsen". El actor Luis Fernández no puede contener la carcajada cuando recuerda la estampa que formaba el reparto de Los nuestros (Telecinco, lunes, 22.30) al empezar la convivencia con los Grupos de Operaciones Especiales , la élite. Después llegó el trabajo duro, la instrucción, el adiestramiento, "aunque no al nivel de los militares que nos acompañaron. Yo soy muy vago y no podría correr todos los días diez kilómetros con esa mochila a la espalda", reconoce Fernández, que interpreta al conflictivo teniente Daniel Solá. Ganó cuatro kilos de músculo para la ocasión: "Esto es lo que se llama ser un actor de método".

El entrenamiento castrense de los actores antes del rodaje, una suerte de minimili que se desarrolló en el Cuartel de Artillería de Fuencarral (a sólo unos metros de la sede de Telecinco), en Zaragoza y en Alicante, buscaba precisamente "depurar esos movimientos de novatos y lograr que se movieran con soltura, como los soldados profesionales que encarnan en la serie", resume el comandante Alfonso Blas, responsable de Comunicación del Mando de Operaciones Especiales. "Tener claros ciertos conocimientos: que se saluda con la mano derecha y no con la izquierda, conocer los galones, las relaciones entre compañeros... En definitiva, mostrarles quiénes somos para que la gente en casa conozca nuestro trabajo".

Aunque hubo intentos previos que no llegaron a la pequeña pantalla, Los nuestros, que la semana pasada se estrenó con cuatro millones de espectadores, es "la primera serie española que cuenta con asesoramiento militar durante toda la producción", detalla el Ministerio de Defensa. En la miniserie, un grupo de yihadistas secuestra a los dos hijos de un matrimonio, destinado por trabajo en el mismo país africano. Los boinas verdes, en conexión directa con La Moncloa, se ocupan del rescate. Entre medias, un tormentoso romance entre la francotiradora Isabel Santana (Blanca Suárez) y el capitán Alberto Sánchez (Hugo Silva). "En el tema sentimental no nos metimos, aunque cada uno tenemos nuestras historias", bromea Alfonso Blas. "Eso sí, nuestro asesor devolvió el guion corregido y ampliado con toda la salsa militar". El resultado, casi el doble de páginas que el texto inicial.

Los requisitos de las Fuerzas Armadas son los mismos de siempre: "Respetar los valores del Ejército, no interferir en el trabajo de las unidades y que la colaboración no suponga gasto alguno para la institución". De este modo, el rodaje de las secuencias en el helicóptero tuvo que adaptarse al horario de vuelo del aparato y la gasolina de los vehículos militares URO, cuando había que echar horas extras en las dunas de Fuerteventura, "la ponía de mi bolsillo", cuenta Tedy Villalba, productor ejecutivo.

A Blanca Suárez, "que se manejaba de maravilla con el fusil Accuracy de diez kilos durante la instrucción", recuerda Alfonso Blas, la pusieron a entrenar con una francotiradora real, y Hugo Silva, que no hizo la mili, se hizo íntimo de los soldados. "Era importante adecuarse lo más posible a la realidad", apunta el teniente coronel Ginés. En este sentido, su empeño tenía un objetivo claro: "Hemos querido explicar que los miembros de los Grupos de Operaciones Especiales, los boinas verdes, no son cowboys. Que las relaciones personales no son despóticas, el oficial no pisa al subordinado. Hay humor. El tratamiento es rígido, pero muy cordial".

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