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DANIEL GUINDO
Martes, 16 de septiembre 2014, 00:01
Hacer que la paja de arroz desaparezca sin contaminar y que, además, se obtenga gas metano y un rico compost ideal para suelos poco fértiles. Lo que en un primer momento parece un utópico deseo se convertirá en realidad el próximo mes de abril, momento escogido para poner en marcha en las proximidades de la Albufera un prototipo piloto de una planta denominada «de digestión anaerobia» configurada especialmente para el tratamiento de la paja de arroz de los campos valencianos.
Objetivos
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del cultivo de arroz y mejorar la gestión de la paja en términos ambientales y económicos.
Plazos
36 meses. De julio a septiembre se han analizado los requisitos técnicos y administrativos para su cerca de la Albufera. Ahora arranca la construcción de la planta que estará en marcha en abril.
Resultados
Supervisión Realizarán un seguimiento ambiental y socio-económico de varias cosechas.
El proyecto, denominado Sostrice y financiado con fondos europeo, está siendo posible gracias a la colaboración entre el valenciano centro tecnológico Ainia y el Instituto Andaluz de Tecnología (IAT), por lo que la iniciativa tendrá como escenario tanto la Albufera como el parque nacional de Doñana y, concretamente, las marismas del río Guadalquivir.
La actuación surge a raíz de las investigaciones que Ainia viene desarrollando en este campo durante los últimos años. «Constatamos la viabilidad de que los proyectos de utilizar la paja de arroz como sustrato podían dar para más», comentó Gracia Silvestre, técnico del departamento de Medio Ambiente, Bioenergía e Higiene Industrial de Ainia, «aunque no se terminaba de resolver el problema», añadió. Hasta ahora, el tratamiento de la paja del arroz pasa bien por su quema o por su enterramiento, procesos que acarrean problemas medioambientales asociados el efecto invernadero y con los que no se obtienen beneficios de importancia.
Sin embargo, con esta nueva planta piloto estos problemas se resuelven. «La paja de arroz se somete a un proceso biológico que, en ausencia de oxígeno, unas bacterias la degradan y producen biogás, principalmente metano, que o puede depurarse o utilizarlo para generar electricidad o calor», resume Gracia, quien añade que el proceso también genera unos residuos ricos en nutrientes similares al compost y que son «ideales para suelos con poca materia orgánica».
Esta tecnología permitirá además de reducir el consumo de energía, ahorrar agua y fertilizantes asociados al cultivo del arroz, precisamente a través de esa revalorización de los residuos.
El proyecto, de entrada, tiene un carácter demostrativo, es decir, la instalación no tendrá una gran capacidad industrial, pero sentará las bases para la generación de nuevas y más amplias plantas que lleven a cabo este tipo de procesos. En estas línea, los especialistas, calculan que en la Albufera, con una superficie cultivable de 14.700 hectáreas. se pueden producir anualmente hasta ocho toneladas de paja por hectárea de cultivo de arroz.
Ludan, empresa israelí afincada en Valencia, construirá la nueva planta supervisada por Ainia.
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