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B. ORTOLÀ
PEGO.
Martes, 9 de enero 2018, 00:07
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Los agricultores de Pego afrontarán el 2018 con garantías hídricas, lo que beneficiará al Marjal de Oliva y a su flora y su fauna. A pesar de la sequía imperante a lo largo del pasado ejercicio en toda la Comunitat, las lluvias puntuales dejaron los acuíferos del municipio pegolino con un 70% de reservas.
Unas cifras que desde el consistorio aseguran que son «suficientes» para afrontar la campaña de cultivos en la marjal, «siempre que este año no sea muy seco», remarcan. Para el concejal de Agricultura y Agua Potable, Andreu Dominguis, las lluvias torrenciales que se produjeron en enero de 2017, «fueron fundamentales para conseguir llenar las reservas, además no fueron las únicas, a lo largo del año se han producido chaparrones que han beneficiado a mejorar las cifras».
Aunque el edil espera que el tipo de precipitaciones no sean como las del pasado año: «Fueron torrenciales y en muy poco espacio de tiempo, como ha pasado en muchas ocasiones, deberían estar más repartidas».
El director de la Marjal, Joseba Rodríguez, también destaca los buenos registros de agua acumulada en la zona y de la comarca en general, «mucho mejores que en otros puntos de zonas de la Comunitat». Según Rodríguez, la diferencia con años como 2016, 2015 y «especialmente 2014, ha sido notable».
El responsable asegura que los buenos resultados también se pueden extrapolar al parque natural del Montgó: «la zona tiene suficiente agua, por lo que no hay que preocuparse por problemas derivados con la sequía, como el Tomicus, que hizo estragos con los pinos de la zona en 2014».
El buen nivel de los depósitos naturales se refleja en los manantiales, en alguno de ellos, comenta Dominguis, «el agua no emanaba con tanta fuerza desde hacía más de cinco años».
Para el responsable de Agricultura de Pego las reservas hídricas benefician a la fauna y flora, tanto del parque como del resto del término municipal: «En años anteriores, la escasez de agua facilitaba que la vegetación se secase más rápido y fuese más fácil que se originase un incendio», comenta.
El edil destaca que los cultivos de la localidad, «cítricos y el arroz» también se verán beneficiados. A este respecto, los productores apuntan que a finales de este mes se abrirán las compuertas para dejar pasar el agua embalsada en la zona de cultivo para que se seque la tierra. Será a partir del próximo mes cuando se inicien los trabajos de labranza.
Mientras que los productores de cítricos locales comentan que las temperaturas que se alcanzaron en algunos meses de 2017 les obligaron a utilizar más agua para el riego. Aunque «no hubo problemas porque había suficientes reservas».
Ahora esperan que en los próximos meses vuelvan a repetirse las lluvias, «si no es así, puede que este año sea más complicado para el sector».
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