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REDACCIÓN
Sábado, 26 de septiembre 2015, 00:34
Aunque Almussafes rompe esquemas en cuanto al índice de paro femenino, puesto que en la actualidad y según los datos registrados en la Base de Datos de la Agencia de Desarrollo Local, de los 273 parados, 141 son mujeres, es decir, un 51,6%, el desempleo femenino es una cuestión que preocupa en gran medida al ejecutivo local. De hecho, la cifra oficial de vecinos desempleados inscritos en el Servef arroja cifras superiores. Así, el Servicio Valenciano de Empleo y formación mantiene inscritas a 573 personas empadronadas en Almussafes, de las que 372 son mujeres, lo que se traduce en un 64,9%.
«Somos conscientes de los factores que, en la actualidad, todavía interfieren para que las mujeres se inserten laboralmente y puedan desarrollar su labor profesional sin segmentaciones en función del sexo y en las mismas condiciones de retribución y promoción que los hombres y por ello vamos a impulsar todas aquellas iniciativas tendentes a eliminar este tipo de discriminación», explica el alcalde y concejal de Empleo, Toni González.
Una de las acciones emprendidas desde el consistorio radica en la discriminación positiva que se aplica en el Plan Estratégico de Fomento del Empleo y más concretamente en las ayudas directas concedidas a las empresas de Almussafes que contratan mujeres. De hecho, los 300 euros mensuales que concede el Ayuntamiento a cada empresa por la contratación de un operario un mínimo de tres meses, se fijan en 350 euros, en el caso de que el citado trabajador insertado en el mercado laboral sea mujer.
El análisis de estas cuestiones se realizó por parte del abogado del Programa de Formación de la Mujer de la Diputación, Manuel Corredor, frente a las 15 mujeres de Almussafes que asistieron a la charla informativa en el Centro Cultural.
Organizada conjuntamente por las Concejalías de Empleo y Mujer, la conferencia puso sobre la mesa el hecho de que en la cultura occidental uno de los actuales factores de discriminación se aplique en el ámbito laboral y por cuestión de sexo, pese a que Europa sea considerada la cuna de la libertad y la democracia y que España sea el país europeo con menor tasa de actividad femenina y en el que todavía se aplica una segregación ocupacional, con empleos feminizados y considerados «de cuello rosa», que se caracterizan por la inestabilidad y la escasa retribución y con trabajos de dirección o que requieren de una mayor cualificación, destinados en su mayor parte a los hombres.
El legista recalcó que «todavía existe una gran incomprensión por parte de las organizaciones empresariales del sector privado, esencialmente gobernadas por hombres, a la hora de contratar a mujeres como consecuencia de las graves dificultades a las que estas se enfrentan a la hora de conciliar la vida laboral y familiar, un rechazo que es inmediato si se plantea la cuestión de la maternidad».
La necesidad de que el ordenamiento jurídico laboral tome medidas en contra de la discriminación, estableciendo incentivos y aplicando sanciones para que la mujer consiga integrarse en el mercado laboral desde una concepción de igualdad, fue otro de los puntos sobre los que se centró la charla que generó gran interés entre las asistentes.
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