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Urgente Detenido un hombre por intentar matar a cuchilladas a otro en Llíria
Pau Gómez.
En la pomada con Pau Gómez

En la pomada con Pau Gómez

Su agenda es un tesoro como los que descubre Indiana Jones. Conoce la intrahistoria de cada rodaje y nos ayuda a colmar el morbo de cotillas recalcitrantes. El inminente estreno de otra entrega de Star Wars pone en guardia al hombre a quien sólo la paternidad ha hecho cambiar los templos del celuloide por el deuvedé

Ramón Palomar

Martes, 27 de diciembre 2016, 19:45

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En Sagunto se mueven. Desde hace años organizan el Noviembre Negro y coincidiendo con ese mes invitan a escritores de género negro, fomentan debates, plantifican exposiciones y proyectan clásicos de esos donde irrumpen mujeres fatales que nos conmueven y enamoran y tipos duros a los que querríamos de amigos. Pero como no sólo de cine y literatura negra vive el hombre, la próxima semana, los días 9 y 10 de diciembre, también en la capital del Camp de Morvedre han desplegado una importante y maravillosa cuchipanda en torno a Star Wars con motivo del inminente estreno de Rogue One, la pieza que encajaría entre la tercera y la cuarta entrega del serial. El asunto saguntino promete, porque la tribu frikilondia podrá disfrazarse de soldado imperial o de robot con voz aflautada. La gente dará rienda suelta a su pasión y compartirá momentazos. Visionará cortometrajes inspirados en la saga creada por George Lucas y el periodista Pau Gómez ofrecerá una charla sobre el fenómeno galáctico, pues este paisano nuestro es una eminencia en el tema. No en vano uno de sus once libros lleva por título Star Wars: Memorias de una galaxia muy lejana, toda una referencia para los fans de las películas y uno de los ensayos más completos al respecto.

Vaya por delante que a mí el trasiego de las galaxias me debió de pillar a contrapié porque soy de los pocos de mi generación que no participa del éxtasis colectivo y sideral. La primera trilogía, que además no me he molestado en verla ni cuando la echan por la tele, me parece francamente mala, sobre todo la primera y la tercera película. Los buenos, los malos, la luz, la oscuridad, los chismes futuristas, las naves espaciales, los alienígenas atontolinados, los pésimos moños de la princesa Leia, los autómatas repipis, la tontería esa de la fuerza con el doble de Jordi Pujol de sumo sacerdote desgranando consejillos de pequeño saltamontes, uhhh, ahhh, qué cansancio, pero respeto al máximo el cuelgue de la mayoría de mis amigos porque entiendo que el rayo láser les traspasó con ese inevitable infantilismo hasta dejarlos turulatos.

La Guerra de las Galaxias, en efecto, me traslada hacia terrenos gélidos, pero en cambio me fascina toda la corriente que impulsa hasta convertirla en imprescindible y auténtica cultura, o subcultura, popular. Darth Vader ya forma parte de los formidables villanos de nuestra vida junto a Drácula, Frankenstein y Hannibal Lecter. Toda la chaladura que persigue La Guerra de las Galaxias me seduce barbaridades, y sus fans, unos frailes de la estrella de la muerte, me encantan. Por eso devoré y admiré el libro de Pau. Por eso felicito a los que han montado el evento en Sagunto.

Pero, si hablamos de Pau Gómez, resulta injusto ceñirnos a su aventura cósmica. El celuloide en todas sus variantes recorre las venas de este periodista que cultiva la novela, el ensayo y la biografía. Trabajó en Radio Nou y en Canal Nou, siempre vinculado a programas relacionados con el séptimo arte. Se doctoró con una tesis donde investigaba los hogares rotos por una separación en las pelis de Spielberg, el genial y astuto cineasta marcado por el divorcio de sus padres, y además también ha buceado en Ridley Scott, David Fincher o Christopher Nolan. Sabe elegir cuando acomete un nuevo libro y le atrae Ridley Scott precisamente porque es un director capaz de lo sublime y lo catastrófico.

La agenda de Pau Gómez es un tesoro como los que descubre Indiana Jones (también tiene libro al respecto), pues a lo largo de estos años, tacita a tacita, entrevista a entrevista, ha logrado entablar relaciones de amistad con buena parte de nuestro cine patrio. Colaboró en Cinema Jove, en movidas de cine celebradas en Cullera y en un millón de sitios más. Lo sabe todo. Le encanta todo. Es un verdadero wikipedio andante y no sólo te disecciona los largometrajes mediante ojo de cirujano, sino que averigua lo que sucedió en las bambalinas de ese rodaje para luego deleitar a sus lectores.

Conoce la historia, la intrahistoria y la otra historia de cara oculta que tanto nos rechifla porque colma nuestros morbos de cotillas recalcitrantes. Con los actores y las actrices le sucede lo mismo: les radiografía y casi diría que se adueña de sus almas. Ya ha puesto en su objetivo piezas tan codiciadas como Clint Eastwood o Martin Scorsese y los aficionados aguardamos esas nuevas obras. También prepara un jolgorio que lleva de nombre (no sé si provisional) Día del ciñe (sí, con eñe), donde se vindicará el cine español. Pero, ironías del destino, dulces servidumbres, nuestro querido Pau lleva un par de años pisando poco las salas donde exhiben pelis. ¿El motivo? Pues que es todo un padrazo y sus dos criaturas no le dejan demasiado tiempo libre para fertilizar su confesable vicio. Eso sí, en cambio los deuvedés los tritura cuando sus nanos duermen. Porque Pau, sin su familia y sin tragar su ración fílmica cada día, no podría vivir. Pau Gómez, he aquí otro paisano que trabaja y produce de una manera fecunda montones de páginas que nos descubren los sueños, los fracasos y las obsesiones que manan de ese polvo de estrellas que tanto amamos. Enhorabuena, Pau, y sigue escribiendo para que nosotros continuemos saciando nuestro apetito.

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