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El guionista que cogió la cámara

El guionista que cogió la cámara

El talento también se mide por la capacidad para reinventarse. A veces basta con tener una idea. Como 'Paella Today', proyecto valenciano que este director levanta sudando sangre, tinta de calamar y caldo de arroz

RAMÓN PALOMAR

Miércoles, 23 de noviembre 2016, 19:46

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Buena parte de los guionistas anhelan dar el salto que les trasladará desde el papel a la pantalla. Es ley de vida. El guionista es la hermanita pobre que nunca recoge la cosecha glamurosa de los estrenos con alfombra roja porque en esos casos sólo chupan el fulgor de los flashes los actores y los directores, que para eso tienen estatus de estrellonas. Algunos guionistas se quejan de esos arrogantes directores de cine que se cargan sus tramas cuando sus palabras se plasman en imágenes; otros también se lamentan, pero dan un paso al frente, deciden emprender el proyecto bajo su control y, al menos, de ese modo se responsabilizan, para bien o para peor, del producto final. Puestos a fastidiar el invento, prefieren correr el riesgo y asumir las consecuencias.

César Sabater es un guionista curtido de probado talento y, que yo recuerde, ya participó guionizando en una productora valenciana anclada en Alfafar, Hampa Studio, una serie de dibujos animados con motivo de la Expo de Zaragoza allá por 2007 o 2008. Ha llovido desde entonces, pero a lo largo de estos años ha desarrollado su olfato de guionista todoterreno e imagino que, ante las paupérrimas perspectivas de nuestra raquítica industria audiovisual, agarró el toro por los cuernos y emprendió el camino de la dirección peliculera como modo de lógica evolución tintada de mera supervivencia.

Subsistir, reinventarse, enfocar el trabajo hacia otros ámbitos, he ahí la clave. Pero antes de rodar se necesita una idea, a ser posible una buena idea capaz de arracimar las energías... Y aquí entra en liza nuestra paella, santo y seña de nuestra Comunitat, estandarte familiar de los domingos y bandera que nos vertebra pero que también nos disloca pues, como ya sabemos, en cada terruño la paella se elabora de una determinada manera y todos creen que el canon de la ortodoxia se ajusta a sus principios.En los primeros días de octubre César acometió el rodaje de Paella Today. El título ya nos convence, sin duda. Supongo que deberían de finalizar el rodaje justo ahora sí los retrasos no les han sorprendido. Se trata de una produción valenciana que, amén del director, cuenta con un equipo técnico cien por cien de la tierra; por fin los valencianos al frente de la paella para certificar autenticidad desde nuestro prisma único, acaso descabellado pero siempre mediterráneo, y no cómo ese cocinillas sajón que compuso un pastiche de arroz blanco bajo el epígrafe de paella. Un hereje, en fin.

La peli adquiere contorno de comedia con triángulo amoroso incorporado y el guión ha contado con once versiones, que se dice pronto, pues los guiones en realidad no se cierran nunca. Se basa esta historia urbana y arrocera en algún desamor del propio César aunque, por supuesto, el hilo conductor es la paella. Pero se equivoca usted al pensar que nuestros paisanos cineastas van al rebufo de los célebres Ocho apellidos vascos. El proyecto Paella Today acumula tres años de gestación y por fin fructifica estos días. Y, tratándose de personas que aman y rompen corazones bajo el fuego de la paella, nuestra ciudad, Valencia, quedará retratada hasta convertirse en un protagonista fundamental. La Malvarrosa, el Mercado Central, La Lonja, la Almoina, el Miguelete y la plaza de la Virgen serán algunos de los escenarios por donde discurrirá esta obra que ojalá invite a otras producciones en esto de inmortalizar nuestra urbe.

Paella Today cuenta con nuestra simpatía y César con nuestra admiración. Frente a los que se quejan encontramos a los que actúan, a los que se mueven, a los que levantan proyectos sudando sangre, tinta de calamar y caldo de arroz. César es de estos y ya podría cundir el ejemplo. El presupuesto es angosto como la membranosa ala de un murciélago, apenas 400.000 euros. Con esta cifra excuso decirles que han tenido que urdir maravillas para lograr un largometraje. La Generalitat subvenciona la aventura con 150.000 pavos, y a uno esto no le parece excesivo porque si aciertan el retorno puede considerarse golosón. ¿Acaso no acuden los ociosos a visitar los parajes de la peli vasca trufada de tópicos y apellidos? ¿Es que nuestra ciudad no puede promocionarse gracias al cine? Pues claro que sí. Y no sólo puede, sino que debe.En cualquier caso, desde luego, asistimos a una resurrección de la paella impresionante. Eugeni Alemany ha logrado que se convierta en un emoji de esos para telefonillo celular y ahora una película, Paella Today, con su nombre en letras grandes, fortalece este resurgir con costuras internacionales. Y es que ya iba siendo hora de rentabilizar nuestra querencia hacia la paella. Por fin espabilamos... Amunt la paella y el cine made in Valencia.

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