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La romántica y emotiva boda del hijo de José Vicente Morata
Paula Puig, la novia, elige un vestido de Cecilie Bahnsen para su enlace con Carlos Morata, que ha tenido como madrina a su madre, Pilar Pons
Si hay un vestido que refleja la personalidad de una mujer, es su vestido de novia. Cuando tomas la Primera Comunión, refleja la personalidad de ... tu madre; cuando te casas, si consigues imponer tu opinión sobre las mujeres de tu familia, al final conseguirás que lo que llevas puesto diga mucho de ti. El vestido se tiene que adaptar al físico, pero sobre todo a la personalidad y eso no siempre es fácil.
Hay novias aristocráticas como reinas, otras princesas de cuentos, las hay que parecen niñas de comunión y otras seductoras actrices; a algunas les gusta sentirse ligeras para poder bailar hasta el amanecer y otras prefieren tejidos sólidos y armados que les den seguridad y aplomo. Lo importante que ese día no vayas disfrazada de algo que no eres. Paula Puig y Carlos Morata se casaron hace unos días en la Iglesia de San Juan del Hospital y la novia eligió un vestido de tan natural y romántico que casi podías adivinar su carácter sin apenas conocerla.
El vestido era de Cecilie Bahnsen, una diseñadora de moda danesa que fusiona el minimalismo escandinavo con siluetas románticas y voluminosas, usando delicados textiles, bordados y una artesanía refinada. Paula compró su vestido por internet. «No me apetecía ir a probarme nada, quería un diseño que encajase exactamente con lo que buscaba y recordé un desfile en blanco y negro de esta diseñadora, lo busqué, vi el vestido, se lo enseñé a mis hermanas y a ellas les gustó, aunque sin mucho convencimiento. Cuando llegó y me lo vieron puesto una semana después, dijeron: si, ¡es éste!» El ramo de la novia fue un recuerdo a su abuela. «Ella tenía un huerto y parte de él tenía plantadas calas, siempre han estado en mi casa y las elegí por ella».
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El novio, hijo del empresario y presidente de la Cámara de Comercio, José Vicente Morata, llevó un chaqué a medida de Blackcape en azul noche, muy de tendencia, de la lanería italiana Vitale Barberis. La madrina, Pilar Pons, confió de nuevo en Presen Rodríguez -también vistió de ella en la boda de su hija Pilar-, quién le diseñó un vestido en crepe verde, bajo un tul verdoso bordado de flores y pedrería con acabados en blonda y una estola de organza tornasolada. Los zapatos eran de la Just Ene, una firma artesanal que permite personalizar desde el tacón hasta las pieles.
María Jesús Marco, madre de la novia y también muy elegante, eligió un vestido de satén de seda color verde lima de Vicky Martín Berrocal, mientras que las hermanas de la novia, Clara y Mar Puig, fueron vestidas de Sophie and Lu.
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