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Vilaplana sobre Mazón: «Me llamó la noche de la dana. Me dijo que era muy grave y que no supo nada durante la comida. Le pedí que no sacara mi nombre. Fui cobarde»
La periodista se muestra dispuesta a buscar el pago del parking en su banco y aclara que Mazón «no estaba incomunicado porque atendía al teléfono: Escribía y llamaba»
Maribel Vilaplana, la periodista que comió con Carlos Mazón el día de la dana, afronta desde primera hora de este lunes uno de los episodios ... personales más duros de los últimos años. Su comparecencia ante la jueza puede suponer un punto de inflexión en el relato que ha defendido hasta ahora el máximo dirigente del Gobierno valenciano. Algunas circunstancias de la jornada, no obstante, contribuyen a restarle protagonismo. Sin duda, la comparecencia de Mazón anunciando su dimisión ha rebajado la intensidad, al menos política, sobre la informadora.
Vilaplana, una experta oradora, no puede ocultar este lunes sus nervios. Ha sido un año de enorme intensidad. El sábado fue atendida en un hospital por una fuerte crisis de ansiedad. Pero su voluntad era comparecer hoy, superar esto y pasar página. Ese era su principal propósito. La jueza le preguntó, de entrada, acerca de su relación de amistad con Mazón. «No tengo amistad ni enemistad», respondió.
Sobre el ticket del parking
La primera cuestión ha sido abordar el hecho del ticket del aparcamiento. «No lo tengo porque fue hace un año. Le dije a mi amiga que fuera al parking a conseguirlo, pero no se lo dieron». Vilaplana ha adelantado que no tiene problema en dar la matrícula de su coche para que la jueza lo pida de manera oficial a la empresa. Y ha mostrado disponibilidad en consultarlo en su banco porque el importe fue abonado con tarjeta de crédito.
La cita del Ventorro, el día de la dana, se concertó el día 14 de octubre tras un acto que presentó la propia informadora. Es allí donde el presidente le comunica que quiere que ella colabore con él. Vilaplana se fue directamente al Ventorro tras salir de la Ford en Almussafes. «Creo que llegué sobre las 14.30, me lo tomé con calma porque me había dicho que tenía una reunión con sindicatos».
Al llegar al establecimiento, una persona le acompañó a un piso superior. «Me pasaron a una sala grande donde estaba Mazón». En un momento, el dueño de El Ventorro, le subió un sobre que el presidente se puso a leer y posteriormente firmó. Pero Vilaplana no sabe qué contenía. En ese reservado no había nadie más. Tampoco era consciente de si estaban los escoltas en otro lugar del local.
La informadora recordó que el presidente estaba siempre con el móvil. «Yo silencié el mío y lo guardé». Pero el aparato de Mazón permanecía en la mesa. «No estaba incomunicado porque atendía al teléfono. Escribía y llamaba. Tengo la percepción de que hablaba poco. Me hacía gestos, en plan, un minuto... Iba y venía«, describió. Pero todo ocurrió dentro de esa misma sala, un reservado bastante amplio con una ventana. No había televisión. Todo sucedió con «normalidad». «No recuerdo si rechazó llamadas», indicó a preguntas de la magistrada.
La informadora contó, a modo de anécdota, que hubo un «rifirrafe» por un discurso en valenciano que estuvieron analizando. «Nunca me comentó que habló con Pradas. No oí nada de dana, ni de lluvias, ni del Cecopi...». Solo mencionó una referencia o comentario respecto a estas comunicaciones que mantenía el presidente. «Es por lo de la foto», dijo en un momento dado el presidente. Ella le reprochó, en líneas generales, que los políticos se habían vuelto influencers, siempre pendientes de estas cuestiones, en teoría, menores para un dirigente político.
La polémica sobre el vídeo del móvil
La periodista explicó que ese día ella no tenía una especial percepción del riesgo. Pese a ser informadora explicó que no lee prensa ni ve la televisión salvo un rato la radio por las mañanas. Vilaplana ha abordado una de las polémicas de los últimos días. El supuesto hecho de que mostró un vídeo de las inundaciones a Carlos Mazón durante la sobremesa del Ventorro. «Eso es de un chat familiar. No es un vídeo sino un link. Yo el móvil lo tengo guardado, lo saco en uno de esos momentos que sale Mazón. Y pongo un emoticono. Ni lo abro. No vi el vídeo. Me atormenta no haberlo abierto, de hecho».
La profesional ha mostrado el contenido de ese chat a la letrada de la Administración de Justicia. «Todo lo que hago se manipula o se tergiversa. Todo esto es una maldita casualidad. ¿Por qué tuvo que ser ese día? He perdido un amigo en la dana. No pude ni despedirme porque estaba en el hospital. No consigo perdonarme estar ese día allí». Ha sido uno de los momentos más tensos de la comparecencia, con la testigo muy nerviosa. «Me estalla la cabeza. ¿Cómo pudo seguir hablándome con normalidad. Pienso que no sabía nada porque si no no es posible», terminó.
Vilaplana, que ha dicho sentirse utilizada políticamente, indicó que el presidente le acompañó hasta el parking del Parterre y ella bajó sola hacia el vehículo, estacionado en una de las plantas inferiores. El presidente no le dijo dónde se iba a dirigir. Antes de despedirse sí le estuvo pidiendo a Mazón que acudiera a ver un partido del Levante, un derbi con el Elche, porque le interesaba, por una cuestión de promoción, al club deportivo donde ella es consejera y ejerce labores de comunicación.
El presidente le ofreció a lo largo del encuentro la posibilidad de regresar a la televisión autonómica a lo que la periodista se negó. También se analizó el consumo de televisión en la actualidad y el uso del valenciano entre los altos cargos del Gobierno. Mazón sugirió la idea de que impartiera cursos al personal de la Administración. Lo rechazó. «No quiero meterme en política».
Extorsión
El comienzo del interrogatorio por parte de las acusaciones ha sido otro momento de enorme intensidad. «¿Pero usted cree que yo tengo algún interés en tapar o destapar. Lo que quiero es salir de esta ecuación». La jueza ha precisado que en ningún caso se le está causando indefensión a Mazón por determinadas cuestiones como, por ejemplo, qué llevaba de ropa. «Se le ha invitado hasta en tres ocasiones a Mazón para que venga a declarar y no ha querido».
«Me han llegado a extorsionar diciendo que habían imágenes mías saliendo de casa de Mazón a las 18 horas de la tarde y que si no hablaba lo iban a publicar.» Este ha sido otro de los momentos del interrogatorio cuando, de nuevo, Vilaplana se ha hundido. El relato se ha interrumpido en diferentes ocasiones debido a los nervios de la periodista y la incapacidad de contener el llanto, en especial, cuando hablaba
La jueza, al observar esa situación de máximo sufrimiento de la testigo, la tranquilizó con un mensaje algo polémico: «La responsabilidad de que usted estuviera a esa hora allí es del señor Mazón. Usted no tienen ningún cargo».
La comida fue abonada por Carlos Mazón se ignora si de forma personal o por Presidencia. «No me gusta que me inviten y cuando dije que había que pagar, me respondió: 'Ya está'. La periodista ha señalado que no había un menú establecido. Se dejaron guiar por las recomendaciones del dueño. También bebieron vino, ha admitido. No hubo copas. La comida se cerró en un momento dado con una frase de Mazón: »Bueno, si te parece lo dejamos aquí«. Pero no había muestras de preocupación.
Vilaplana ha recordado el momento de la publicación de la última carta. «Solo mis hijos sabían que la iba a publicar», precisó. Y ha rechazado que recibiera presiones posteriores a la difusión de esa misiva. En esta parte del relato se ha emocionado al recordar un momento que le hundió psicológicamente. «Iba a ayudar a los afectados con mi hija y en el reloj me aparece un mensaje: 'Puta'».
De igual modo, cuando la periodista llegó a casa y comprobó la dimensión de lo que había pasado, escribió al presidente para que contactara con ella. «Cuando me llamó ya estaba durmiendo». El presidente le dijo: «Esto es muy gordo. Es muy grave. Cómo iba a saber esto...». Y Vilaplana le pidió, por favor, que no hiciera público su nombre. Fui una cobarde por no asumir aquello. Me arrepiento de habérselo dicho. Hubiera sido todo de forma diferente«. Más adelante, unos dos días después, Mazón vuelve a contactar con ella. Se disculpa, pero le avisa que tiene que contar que estaba con ella. Le pide, además, cortar toda comunicación. «Entré en pánico y lo borré todo«, en referencia a los WhatsApp con el presidente.
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