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Sánchez y Díaz saludan ayer a los asistentes al mitin del PSOE en Sevilla. Raúl Caro Cadenas / efe
Sánchez toca a rebato en el PSOE

Sánchez toca a rebato en el PSOE

El líder socialista pide unidad en el partido y la movilización de todos sus votantes en el primer mitin para las elecciones generales del 28 de abril

RAMÓN GORRIARÁN

Domingo, 17 de febrero 2019, 00:08

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Pedro Sánchez fía buena parte de sus posibilidades de éxito en las elecciones generales del 28 de abril a la movilización de los votantes de izquierda, muy renuentes a acudir a las urnas en las últimas convocatorias. El azar quiso que su primer mitin de la campaña tuviera lugar ayer en Sevilla, junto a su más reconocida rival interna, Susana Díaz, con la que se esforzó en dar una imagen de unidad que los colaboradores de ambos reconocen que es forzada por las circunstancias políticas. Pero los dos siguieron ayer las mismas pautas y no se cansaron de hacer llamamientos unitarios y lanzar arengas a los suyos para que se convenzan de que la abstención no es buena opción frente «a las tres derechas de Colón».

«Tenemos que movilizarnos todos». Sánchez dejó claro de entrada que ese va a ser el mensaje central del PSOE en la larga campaña de diez semanas hasta el 28 de abril. «Si no vamos a votar, ellos volverán», completó la idea la expresidenta andaluza. El lema que empleó Díaz ya fue utilizado en la campaña electoral de los socialistas catalanes de 2008 para azuzar el miedo al regreso del PP de José María Aznar. El del PSC fue: 'Si tú no vas, ellos vuelven'.

El PSOE calcula que en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre pasado 400.000 votantes suyos se quedaron en sus casas. Esta abstención, junto a la polarización de la campaña en torno al proceso independentistas catalán, fueron, según el análisis postelectoral socialista, las razones de que Susana Díaz no pudiera revalidar su mandato, pusiera fin a casi cuatro décadas de gobiernos de su partido en Andalucía, y abriera la puerta a Juan Manuel Moreno aupado en la alianza de PP, Ciudadanos y Vox.

Sánchez y Díaz hicieron un ostentoso ejercicio de unidad en aras del éxito en las elecciones

Sánchez reclamó una movilización «serena y firme» de los socialistas, pero también «de toda la izquierda». Es consciente de que si el PSOE obtiene un buen resultado pero Unidos Podemos se hunde, el éxito habrá sido en vano a efectos de gobernar. La abstención en las elecciones andaluzas no solo castigó a los socialistas ya que del orden de 300.000 electores de la formación morada también se negaron a ir a votar.

Susana Díaz no regateó esta vez su apoyo al líder del PSOE y secundó sus llamadas a la movilización que a ella le faltó. «Si no hay una mayoría grande, sólida» de la izquierda, alertó, «desgraciadamente las derechas y la extrema derecha se unirán» para gobernar en España después del 28 de abril. «Hay que ir con fortaleza, con ganas, con ilusión y con mucha unidad, hombres y mujeres comprometidos con el socialismo», abundó entusiasta la secretaria general del PSOE de Andalucía.

Reunión en Ferraz

Sánchez presidirá mañana la reunión de la ejecutiva federal del PSOE para incidir en el mensaje de la «imprescindible» movilización de su partido. No solo de los simpatizantes, también, y antes que nada, del aparato organizativo. El secretario de Organización, José Luis Ábalos, ha convocado el martes en la sede de la calle Ferraz de Madrid a los responsables territoriales del aparato para activar la maquinaria electoral. «Toda elección es importante y ésta sin duda mucho más», avisó el presidente del Gobierno al anunciar el viernes en la Moncloa la fecha de las elecciones.

Un concepto básico en política es que la unidad de los dirigentes de un partido es un elemento dinamizador para la movilización de los simpatizantes. En el PSOE, la unidad quedó muy tocada tras los convulsos episodios de hace tres años, con la renuncia de Sánchez al cargo presionado por los barones y el posterior regreso tras unas primarias que partieron el partido en canal. Sánchez y Díaz trataron de mostrar que la división es un asunto del pasado, y ambos dirigentes llegaron juntos al escenario del mitin en un hotel sevillano. Antes, según dijeron en sus equipos, se habían tomado un café.

Los asistentes alternaban los gritos de «Pedro, Pedro» y «Susana, Susana», y ellos mostraban cierta complicidad con comentarios al oído. «Que sepa todo el mundo que estamos juntos, Susana», proclamó Sánchez en su intervención. «Pedro lo va a hacer con honor, con orgullo, con ilusión, con ganas», había dicho minutos antes la expresidente de la Junta de Andalucía. Aunque no pudo evitar alguna pulla, como la de decir sin venir a cuento que la mejor etapa del PSOE en el Gobierno fue con... Felipe González. Pero en Sevilla ayer reinaba la cordialidad y la unidad, y así será, al menos, hasta el 28 de abril y las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.

El 'procés'

En el PSOE saben que uno de los argumentos que más fractura a su electorado es la gestión del proceso soberanista de Cataluña, y Sánchez pasó casi de puntillas sobre el asunto. La dialéctica izquierda-derecha, en cambio, motiva y carga las pilas de los socialistas. Por eso el líder socialista puso sobre la mesa dos anuncios de calado social. Antes de dejar la Moncloa, dijo, aprobará el subsidio para los parados de larga duración mayores de 52 años y la recuperación de las cotizaciones a la Seguridad Social para los cuidadores no profesionales de personas dependientes, suprimida por Rajoy.

Pero si algo dispara la euforia a los habituales de los mítines socialistas es las críticas al PP y a la derecha, en especial las menciones a la foto de la plaza de Colón de Madrid tras la manifestación del pasado domingo. Los conservadores, denunció, «tratan de dar lecciones de patriotismo diciendo que patriotismo es gritar todos los días 'viva España'. Su patriotismo se reduce a gritar todos los días 'viva España' y acudir al problema catalán para escudarse».

El líder socialista se quejó asimismo que «las tres derechas» hayan anunciado que impondrán «un cordón sanitario» sobre el PSOE en los pactos postelectorales. Pero será, según Sánchez, un ejercicio inútil porque «lo vamos a romper con los resultados del 28 de abril».

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