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Puigdemont interviene, ayer, en el acto fundacional de la Crida por videoconferencia. ENRIC FONTCUBERTA / EFE
Puigdemont lanza su Crida  para liderar el independentismo

Puigdemont lanza su Crida para liderar el independentismo

El nuevo partido amenaza con fagocitar al PDeCAT y nace con el objetivo de llegar a la república

CRISTIAN REINO

BARCELONA.

Domingo, 27 de enero 2019, 00:33

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Carles Puigdemont fue ayer coronado como líder supremo del centro derecha independentista catalán. El expresidente de la Generalitat abanderó la fundación de la Crida Nacional para la República, la nueva marca secesionista con la que aspira a integrar todo el independentismo, como una especie de Scotish National Party a la catalana, pero que tendrá que conformarse con ocupar el espacio que hasta ahora ocupaba el PDeCAT, el partido heredero de Convergència, ya que ni ERC ni la CUP están por la labor de integrarse con los exconvergentes.

En realidad, la Crida (Llamada) viene a institucionalizar JxCat, la marca que los nacionalistas catalanes crearon para concurrir a las pasadas elecciones catalanas del 21-D de 2017. Rechazan esa etiqueta, pero la nueva formación supone también la enésima refundación del espacio de Convergència, mezclado ahora con sectores de la ANC o antiguos dirigentes de la izquierda reconvertidos al secesionismo.

La Crida nace con Puigdemont como máximo referente y se presenta como la única marca que está 100% comprometida con el objetivo de hacer efectiva la república, según insistió el presidente de la Generalitat, Quim Torra, impulsor del movimiento. El expresident, en cualquier caso, no fue elegido ayer en la votación que las bases realizaron en el Congreso. El exalcalde de Girona se ha autoasignado el cargo de presidente impulsor, una especie de presidente de honor (como lo fue Pujol en CDC o Fraga en el PP), en este caso con capacidad para «liderar la acción política» de la formación.

Puigdemont ni siquiera pudo ayer votar en el cónclave nacionalista, ya que el voto telemático no estaba habilitado, a pesar de que JxCat insiste en reinvestirle como presidente de la Generalitat a distancia. Torra reiteró ayer que ese sigue siendo un objetivo prioritario de la legislatura.

Tampoco pudo votar Jordi Sànchez, que fue elegido presidente ejecutivo del partido, cargo que ejercerá desde la prisión, y tendrá como secretario general a Toni Morral, exalcalde de Iniciativa de Cerdanyola del Vallès. La consejera de la Presidencia, Elsa Artadi, es la otra figura clave del nuevo espacio soberanista.

La nueva organización política, que ayer celebró su congreso fundacional, nace en principio sin el objetivo de ser un partido político. Surge como «movimiento de acción política que busca la independencia». Y se compromete a desaparecer en cuanto consiga su objetivo. La Crida en cualquier caso ha sido inscrita como asociación en el registro de la Generalitat y como partido en el del Ministerio del Interior. Sus líderes anunciaron que la nueva marca no se presentará a las elecciones de mayo, aunque esa es su intención a medio o largo plazo. No se definen aún, porque la integración del PDeCAT, la antigua CDC, está aún muy verde y queda mucha negociación por delante, en el que puede ser uno de los asuntos más complicados para la nueva formación, pues dirigentes nacionalistas del PDeCAT, sobre todo los menos radicales, amenazan con una escisión. El PDeCAT trata de defenderse así ante lo que considera una OPA hostil que busca absorberle y hacerle desaparecer como partido, cuando apenas tiene tres años de vida.

La Crida aspira a ser el referente del soberanismo, y nace como «organización que tiene el objetivo de hacer efectivo el mandato del 1 de octubre como primera prioridad». Es decir, «queremos que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república», según establecen sus estatutos. «Nos definimos como movimiento político soberanista de amplio espectro y transversal, con voluntad de ser una herramienta de acción política que pueda también participar en las citas electorales», según la ponencia política aprobada ayer.

La Crida fija como única condición para llegar a la República que «así lo exprese democráticamente la mayoría de la ciudadanía». El referéndum acordado es el escenario ideal como para la secesión, pero los dirigentes soberanistas «no renuncian a ninguna vía. La desobediencia puede terminar siendo una acción necesaria», advierten.

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