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Íñigo Errejón. EP
Podemos y el resto de socios aparcan sus diferencias y blindan a Sánchez

Podemos y el resto de socios aparcan sus diferencias y blindan a Sánchez

ERC y Bildu evitan la confrontación con el PSOE y centran el tiro en Vox y Tamames: «Pasado mañana nadie se acordará de usted»

Alberto Gómez

Madrid

Martes, 21 de marzo 2023, 21:58

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Con exquisita puntualidad, a las cuatro de la tarde, comenzaba el turno de los actores de reparto, piezas secundarias pero capaces de hundir o levantar una historia. Los grupos minoritarios tomaron la palabra para certificar la brevedad del recorrido de la moción de censura presentada por Vox. Los socios de investidura de Pedro Sánchez, como en un pacto de no agresión, aparcaron sus diferencias, especialmente evidentes durante estos últimos meses con ecos electorales, y blindaron al presidente. Unidas Podemos y ERC apuntaron con tirachinas al PSOE y reservaron la pólvora para el cuerpo a cuerpo contra la formación de Santiago Abascal y la candidatura de Ramón Tamames.

El entorno de ERC había difundido la idea de que los socialistas no saldrían ilesos de la intervención de Gabriel Rufián, pero lo cierto es que sus críticas se limitaron a una advertencia final sobre el cabreo generalizado que provoca la escalada de precios: «Hay muchos motivos para censurar a este Gobierno, al que no echará esta moción de censura sino la inflación». Pero el grueso de su discurso se centró en Vox, señalando a diputados como Ortega Smith, de quienes aseguró que militaron «en formaciones como Fuerza Nueva o Frente Nacional, que pedían una dictadura», y en partidos nazis. «¿Qué tiene esto de antifranquista, de constitucionalista, de espíritu de la Transición?», preguntó a Tamames, a quien reprochó su afición por la exposición pública: «Usted hoy ha venido literalmente a vendernos su libro».

Leyes de familias y vivienda

Más exigente con el PSOE se mostró Lucía Muñoz, diputada de Unidas Podemos. En la bancada socialista aún podía palparse el malestar que generó la reciente intervención de Muñoz en defensa de la ley del 'solo sí es sí', cuando acusó al PSOE de «aliarse con el PP y Vox para volver al Código Penal de La Manada y para que nos vuelvan a preguntar si cerramos bien las piernas». Por eso su turno de palabra despertó los comentarios entre dientes de muchos diputados socialistas como Patxi López, rumor que no pasó desapercibido para la parlamentaria de Podemos: «No he empezado a hablar y ya están enfadados». Muñoz reclamó la aprobación de las leyes de familias y vivienda.

Fue prácticamente el único desencuentro entre los socios de Gobierno, porque enseguida la diputada se centró en Abascal («No hace falta vestir de Armani, hay más dignidad en una camiseta de quienes estamos aquí que en todos los trajes de quienes votan contra las leyes que mejoran la vida de los españoles», dijo en referencia a la petición de «decoro» en la vestimenta desplegada horas antes por el líder de Vox) y en «el papelón» del PP y del propio Tamames, a quien recomendó «elegir bien a sus compañeros de viaje».

«Un vodevil»

Un viejo conocido de la coalición, Íñigo Errejón, avivó ese fuego calificando la moción de censura como «un vodevil» y reprochando a Abascal que ni siquiera asistiera al inicio de la sesión de tarde: «Hasta a él se le ha hecho larga esta ridiculez». Quien sí cargó las tintas contra Sánchez fue Inés Arrimadas: «Es el presidente del peor Gobierno de la historia de España y merece cualquier tipo de censura, pero siempre que sea útil».

Aitor Esteban fue el portavoz más critico contra Tamames y una moción que considera «ilegítima porque no busca una mayoría alternativa, sino portadas». El diputado del PNV definió al candidato como «un veleta partidista» con un talante «nulamente democrático»: «Usted cree que es la vedette, pero no es más que la corista que además no sabe bailar al compás. Pasado mañana nadie se acordará de usted, Vox tampoco». Mertxe Aizpurua, de Bildu, apuntó a la abstención del PP, que vincula con «la tradición política del régimen» de la que, en su opinión, provienen todos los partidos de derecha en España: «Un día se acostaron franquistas y al siguiente se despertaron demócratas». En un guiño electoral final, la portavoz de Bildu tendió la mano para revalidar el acuerdo de investidura. Pero para entonces Sánchez ya no estaba allí.

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