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J. MOLANO
Jueves, 5 de octubre 2017, 00:52
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valencia. La toma de posesión del cargo de los tres miembros del Consell Jurídic Consultiu (CJC) que faltaban por ser elegidos por Les Corts tuvo lugar ayer en el Palau de la Generalitat. Así, una semana más tarde de que los grupos aprobaran su elección en la Cámara tras casi un año de bloqueo, Enrique Fliquete, Mari Carmen Pérez Cascales y Joan Carles Carbonell, propuestos por PP, Ciudadanos y Podemos, respectivamente, juraron su nuevo puesto en el órgano consultivo en un acto al que acudió el jefe del Consell, Ximo Puig; el presidente de Les Corts, Enric Morera, y los portavoces de los cinco grupos parlamentarios, además de consejeros del órgano consultivo y varios letrados.
La misma cita sirvió para que Puig nombrara como presidenta del Jurídic a Margarita Soler, que se convertía en la primera mujer en la historia de la institución que ostenta el cargo. Soler aseguró tras jurar su cargo que sentía «un inmenso honor» y agradeció la confianza depositada en su persona por el presidente de la Generalitat. Recordó a sus antecesores en el puesto y manifestó que espera «estar a la altura» de la responsabilidad que le ha sido encomendada en un órgano consultivo como el CJC que «debe ayudar a preservar nuestro Estado de Derecho» y garantizar la democracia. La nueva presidenta del CJC es licenciada en Derecho y doctora por la Universitat de València, ha trabajado en el Ministerio de Educación y ya formaba parte del órgano antes de ser nombrada consejera por el Consell, aunque lo era por designación de Les Corts. Soler sustituye a José Díez Cuquerella, quien ha ejercido como presidente en funciones desde hace once meses, después de que acabara el mandato de Vicente Garrido.
Puig, por su parte, destacó durante su discurso el valor «fundamental» del CJC para consolidar el Estatuto de Autonomía y que «sería un retroceso absolutamente erróneo y negativo para el interés del autogobierno» la desaparición del órgano y otras instituciones estatutarias. Una cuestió que se ha barajado en momentos de «tensión». El líder socialista valoró positivamente los 800 dictámenes del Jurídic durante este año y advirtió de que de no haber existido el CJC los informes los hubiera redactado el Consejo de Estado, mostrándose en contra de una recentralización.
«Espero que todos juntos seamos capaces de dar la mejor calidad legal» a las normas, dijo Puig, que también mostró su orgullo ante la primera mujer que preside el CJC, lo que contribuye a «hacer efectiva la igualdad», porque no hay peor desigualdad, señaló, que «la que parte de la diferencia de género».
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