Casado conversa con Martínez-Almeida y Díaz Ayuso el pasado octubre durante un acto en Madrid. E. P.

Malestar en el PP por la guerra sin cuartel entre Casado y Ayuso

Dirigentes del partido alertan del alto coste que puede tener este enfrentamiento que «no beneficia a nadie» pero «daña a todos»

Domingo, 7 de noviembre 2021, 01:48

Si en algo coinciden los dos bandos enfrentados en la guerra abierta por el control del PP de Madrid, es en la necesidad de que todo llegue a su fin. Y, a ser posible, cuanto antes. Las posiciones siguen enconadas y en las filas populares se respira tal tensión que la pretendida imagen de unidad que Pablo Casado consiguió tras la convención de Valencia ha saltado por los aires. Mientras la dirección nacional estalla contra las «filtraciones» procedentes de la Puerta del Sol e insiste en que el líder del PP «no cederá a las presiones», en el equipo de Díaz Ayuso remarcan que ella no se va a mover «ni un milímetro» y lanzará su candidatura aunque su adversario sea el alcalde José Luis Martínez-Almeida. «Ir a las urnas a uno siempre le hace libre», desafió la presidenta regional hace unos días.

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El ruido generado, sin embargo, empieza a cansar a barones y cargos de la formación, que han transmitido su malestar a la cúpula por una guerra que «no beneficia a nadie» y «daña a todo el partido». El sentir generalizado es que mientras el PP se desangra en esta lucha fratricida se pierde la perspectiva de lo que hay más allá de Génova. «El ruido no beneficia a nadie, mucho menos a los que lo generan. No beneficia al partido y me gustaría no participar de él», aseveró el pasado jueves el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

El dirigente gallego dijo una vez más que ve «normal» que Díaz Ayuso quiera presidir el partido en Madrid, ya que es habitual que el jefe del Ejecutivo autonómico sea también quien lidere la formación. Le ocurre a él, a Juanma Moreno en Andalucía, a Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y Léon o a Fernando López Miras en Murcia. Aun así, ninguno de estos líderes territoriales entiende tanto jaleo ni semejante pulso, cuando ni siquiera se ha fijado el congreso en Madrid y quedan unos cuantos procesos autonómicos que van por delante. «Lo inteligente», apuntó Feijóo, es esperar a que se convoque y evitar estos rifirrafes previos.

Nadie en el PP duda a estas alturas de que las aspiraciones de Díaz Ayuso sean «legítimas» pero son muchas las voces que creen que instigando el «enfrentamiento» no hace más que complicar su candidatura. En la dirección nacional están dispuestos a aguantar el pulso pero no cierran la puerta a sentarse a negociar una lista conjunta, como ha ocurrido en otros congresos provinciales, si la presidenta madrileña «frena y bajan las aguas».

Casado no quiere una nueva versión de Esperanza Aguirre que amenace su liderazgo, y mucho menos antes de las próximas generales, unas elecciones en las que se juega mudarse a la Moncloa. El líder de los populares ha desarrollado su carrera política en Madrid y ha sido testigo directo de cómo la expresidenta del PP en la Comunidad buscó ser un contrapeso a Mariano Rajoy.

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Enfrentados por las normas

La pugna actual muestra el temor a que algo así pueda reeditarse. De ahí que la cúpula haya pasado de promover la llamada «tercera vía» a barajar lanzar Martínez-Almeida, con músculo también en las bases, con otra lista contra la presidenta. El alcalde de la capital guarda de momento sus cartas y tomará la decisión cuando se convoque el cónclave autonómico, sin fecha todavía. «Las decisiones a tomar serán en el momento que correspondan», insiste cada vez que se le pregunta.

Con un rival de tanto peso como Martínez-Almeida, la segunda vuelta de las primarias estaría garantizada y dejaría la elección del nuevo líder del PP en Madrid en manos de los compromisarios, controlados en su mayoría por Génova. Ante esa posibilidad, el equipo de Díaz Ayuso intentará forzar para que se emplee el modelo que se aplicó en el último congreso autonómico, del que salió elegida Cristina Cifuentes, y que permitió que los afiliados votaran en todas las fases del proceso. Sin embargo, en la dirección entienden que los estatutos no permiten esa posibilidad, y que deben aplicarse las mismas reglas que en el congreso de la sucesión de Mariano Rajoy.

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En todo caso, las normas del cónclave las establecerá la comisión organizadora, que en principio estará controlada por la dirección regional del PP de Madrid, fiel a Casado.

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