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Carles Puigdemont. Reuters
JuntsxSí y la CUP plantean un «pleno extraordinario excepcional» el próximo lunes

JuntsxSí y la CUP plantean un «pleno extraordinario excepcional» el próximo lunes

JxSí y la CUP han propuesto que Puigdemont comparezca el 9 de octubre para explicar las consecuencias de la votación del referéndum del 1-O

Cristian Reino y Ramón Gorriarán

Barcelona

Miércoles, 4 de octubre 2017, 12:09

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Los grupos de Junts pel Sí y la CUP han reclamado esta mañana en la reunión de la mesa de la Cámara catalana la comparecencia el próximo lunes del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, en un "pleno ordinario excepcional" para valorar los resultados y los efectos del referéndum del pasado domingo.

La petición no se ha registrado aún de manera formal en el Parlamento catalán, pero se espera que se haga a lo largo de la mañana, porque Junts pel Sí y la CUP deben consensuar todavía el formato de la sesión parlamentaria. La voluntad de los independentistas es trasladar al pleno los resultados de la consulta del 1-O y valorar una eventual proclamación de la secesión.

Puigdemont anunció ayer en la BBC que Cataluña declarará la independencia en "cuestión de días". Podría ser en el pleno del lunes, pero no está confirmado. Podría ser a través de una declaración institucional leída por la presidenta de la Cámara, a partir de los resultados del presunto referéndum, o tras una votación que, de momento, no se ha confirmado a los grupos de la oposición que vaya a producirse en el pleno. En cualquier caso, los grupos de Junts pel Sí y la CUP pueden introducir la votación hasta el último momento del pleno, como ya hicieron hace un mes en las sesiones parlamentarias para aprobar la ley del referéndum o la de transitoriedad. Puigdemont comparecerá hoy a las 21:00 horas, por TV-3, para hacer una declaración institucional, desde el Palau de la Generalitat

Un respiro

Por primera vez en meses, el proceso soberanista en su vertiente política se tomó ayer un respiro de 24 horas. El escenario y los dirigentes políticos estaban en la calle, en el "paro de país" en protesta por "la represión" policial del pasado domingo. Pero hubo contactos discretos entre el PDeCAT, Esquerra y la CUP para llegar a un acuerdo sobre la fecha para convocar el pleno del Parlamento de Cataluña que proclamará la independencia.

El Gobierno de Carles Puigdemont hizo huelga y no se reunió como hace todos los martes. Todas las Consejerías e instancias oficiales estuvieron vacías. La Cámara legislativa era casi un páramo mientras una multitud se congregaba a sus puertas para pedir que la secesión se consume ya. El mensaje era muy claro y el líder de Omnium Cultural, Jordi Cruixart, lo sintetizó en una de las múltiples manifestaciones: "declaración de independencia sin más dilación".

El consejo nacional del PDeCAT, presidido por Artur Mas y Puigdemont, se reunió el lunes por la tarde y acabó por la noche. No hubo información de lo tratado, pero fuentes de la dirección del partido señalaron que no hay dudas sobre qué hacer, todos los que intervinieron apoyaron la declaración de ruptura con España. "No podemos dar un paso atrás porque nos destrozarán", señaló uno de los asistentes. "Hay que llegar hasta el final, pero hay que hacerlo bien", apostilló otro dirigente del PDeCAT.

Un importante grupo de dirigentes del partido de Mas y Puigdemont abogan por hacer una declaración de independencia rebajada o matizada para aprovechar los seis meses de "proceso participativo" que se abrirán a continuación para recabar apoyos internacionales y conseguir una mediación externa. Después de ese medio año se haría la proclamación oficial de la separación de España. Es la tesis de la declaración independentista en diferido, que Esquerra y la CUP no comparten.

Jornada festiva

En los contactos entre las fuerzas de Junts pel Sí y los anticapitalistas ganaba fuerza ayer la idea de convocar el pleno el fin de semana, en jornadas no laborables para que la declaración se vea arropada por una multitud que se convocará para que acudan al parque de la Ciudadela, donde se ubica el edificio del Parlament, aunque finalmente parece que no será así.

La CUP se sumó a las plataformas cívicas soberanistas y también exigió no perder más tiempo y no enredarse con los formalismos de la ley del referéndum. Norma anulada por el Constitucional, pero que establece que a las 48 horas de la proclamación de los resultados de la votación del domingo debe reunirse el Parlamento para formalizar la independencia. El problema es que ni hay junta electoral ni organismo que pueda certificar el escrutinio oficial. El Gobierno de Puigdemont anunció la creación de una comisión de notables, académicos y catedráticos de prestigio, que ejercerían esa labor, pero de su existencia no hay noticias. Además, como recordaron desde el Gobierno catalán, hoy había huelga y tampoco hubo recuento de papeletas.

Un paro patrocinado desde la Generalitat, porque si bien estaba convocado en protesta por la actuación de las fuerzas de seguridad, es un eslabón más del proceso para hacer una nueva demostración de músculo en la calle. El Gobierno catalán anunció que no descontaría el día de sueldo a sus funcionarios que hicieran huelga y, por supuesto, ningún trabajador público de la Generalitat fue a trabajar. El Ministerio de Hacienda salió al quite y advirtió que de eso nada, que no pagaría. El departamento de Cristóbal Montoro tiene intervenidas las cuentas del Ejecutivo catalán desde hace dos semanas y asumió el pago de las nóminas, pero para retener el desembolso debería tener controlados a los trabajadores que no acudieron a sus puestos de trabajo.

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