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Hacienda mete el FLA en campaña

Hacienda mete el FLA en campaña

Oltra acerca al PSPV a la derecha y Bonig insiste con el trasvase

JC. F. M.* jcferriol@lasprovincias.es

Sábado, 13 de abril 2019

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Andan los socialistas valencianos preocupados con el exceso de euforia. Demasiadas encuestas que salen demasiado bien, lleno hasta la bandera en la visita de Pedro Sánchez a Castellón, lejos del escenario idóneo que para ese partido sería un resultado más ajustado, que hiciera obligatoria la movilización de su electorado. El modo presidente de Ximo Puig, el que hizo que en el debate del viernes apareciera ajeno a los capotes que le presentaron el resto de candidatos, alcanzó ayer su cenit con un anuncio de presidente, reservado para el segundo día de la campaña electoral. A la misma hora que Mónica Oltra animaba a los suyos con críticas a los socialistas -ni muy débiles como para que pasaran desapercibidas, ni muy contundentes como para que nadie se preguntara por qué ha mantenido cuatro años un acuerdo de Gobierno con esos socios-, el presidente de la Generalitat anunció que el FLA hacía su entrada en campaña. Las siglas del Fondo de Liquidez Autonómica irrumpen para cubrir el flanco más endeble de los socialistas, el que hace referencia al escaso tono reivindicativo mostrado ante Madrid desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. El FLA son 700 millones para pagar a proveedores, se anunció desde la Generalitat, aunque se seguirá reivindicando la financiación autonómica. Puig utiliza de escudo (electoral) un apoyo económico que llega con retraso para tratar de hacer olvidar el que ni ha llegado ni se le espera, la reforma del modelo.

Compromís, por contra, insistió en su estrategia de poner en cuestión el perfil progresista del PSPV. En materia educativa y en política fiscal, se vino a decir, los socialistas se asemejan en exceso a la derecha. El mensaje de los nacionalistas trata de acercar a los socialistas a un eventual acuerdo con Cs, aunque la contundencia con la que el candidato de la formación naranja a la presidencia de la Generalitat rechaza esa opción resta credibilidad a ese escenario. Toni Cantó viene jugando fuerte, tono duro, mensaje claro y agresivo, convencido de que en su carrera puede superar al PP en la Comunitat. Parte de la carrera se juega en la provincia de Alicante, y hasta allí se desplazó ayer para anunciar el compromiso de que una conselleria -la de Infraestructuras- y la Agencia de Turismo tendrán su sede en esa ciudad.

Isabel Bonig también viajó al sur de la Comunitat para recuperar un debate que en las últimas fechas le ha generado algún disgusto. La candidata del PP a la presidencia de la Generalitat alertó de que, con un gobierno socialista, el trasvase Tajo-Segura acabará. La dirigente popular se quedó ahí, y evitó pronunciarse respecto a otros trasvases. Aún están recientes esas declaraciones de Andrea Levy, vicesecretaria nacional de su partido, en las que remarcaba que el trasvase del Ebro no aparece en el programa electoral de los populares. Así que trasvases sí, pero en general, sin entrar en detalles. Bonig exhibe tono moderado, obligada por ese 'correctamente política' que utiliza de eslogan en campaña. Nada que ver, intenta mostrar, con las salidas de tono que exhiben los dirigentes nacionales de su partido. El problema de Vox (problema para el PP, se entiende) preocupa más en Madrid que en Valencia.

La formación que lidera Santiago Abascal no se mueve de un discurso que tiene en la izquierda al rival a batir. En la Comunitat, ayer con Ortega-Smith en Castellón, el Botánico se convierte en diana de un mensaje que utiliza el populismo y saca provecho de los desengañados de la política. En su día lo hizo Podemos, que ayer decidió invisibilizarse en brazos de los socialistas: «Sólo un gobierno de Unidas Podemos y el PSOE garantizará una financiación justa para la Comunitat», dijo Martínez Dalmau. Se entiende que se trata del Ejecutivo central, él mismo que habría decidido un sábado de campaña electoral dar luz verde al FLA para reforzar a Puig. Y eso que el conseller Soler, no hace tanto, cuestionaba que el Gobierno (del PP) le diera un uso partidista.

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