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Nuevo Consell. Damián Torres
Un Gobierno con dos almas

Un Gobierno con dos almas

El nuevo Botánico arranca con perfiles desiguales en ideología y volúmen de gestión

Martes, 18 de junio 2019, 01:48

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El nuevo Gobierno del Botánico echó ayer a andar con cinco caras nuevas y siete repetidores entre sus filas. Junto a los partidos del presidente Ximo Puig y la vicepresidenta Mónica Oltra, estarán ahora otras dos formaciones que llegaron al Consell bajo la marca electoral de Unidas Podemos y que ya han mostrado los primeros signos de que la legislatura será movida.

El Consell de la Generalitat tendrá el mismo número de hombres que de mujeres entre sus cargos y sintonizará en distintas frecuencias: una más moderada, con algunos de los fichajes de Puig y, otra, más estridente, con algunos de los nuevos desembarcos. Los socialistas han elegido un perfil más centrista para sus consellers. De hecho, dos de ellos son independientes (Gabriela Bravo y Carolina Pascual), y Ana Barceló y Arcadi España pertenecen a una corriente más moderada. Perfiles que corresponden que la visión que Puig ha hecho prevalecer para ensanchar sus apoyos en las pasadas elecciones, con un espacio por la izquierda que se disputan Compromís y la coalición electoral de Unidas Podemos.

De hecho, los representantes de estas formaciones que ahora estrenan gestión ocuparán los perfiles más ásperos y mediáticos. Marzà, Oltra o Climent han protagonizado un buen número de conflictos esta legislatura pasada.

Arcadi España, conseller de Obras Públicas, ayer durante su toma de posesión.
Arcadi España, conseller de Obras Públicas, ayer durante su toma de posesión. D. Torres

Arcadi España. Conseller de Obras Públicas

Un 'rubalcabiano' fan de la moderación

Texto: M. Hortelano

«Si no soportas el calor, sal de la cocina», reza el rótulo que Arcadi España tenía frente a su mesa, en el despacho contiguo al del presidente de la Generalitat en el Palau. El de Carcaixent se había convertido en un bombero, capaz de aguantar las altas temperaturas del microclima que se genera siempre alrededor de todos los jefes del Consell. Pero en su caso, el termómetro se vio acrecentado un par de grados más por la encomienda de gestión que Ximo Puig le hizo al inicio de la anterior legislatura: mantener a salvo las relaciones con la vicepresidenta Mónica Oltra.

España ha adquirido un gran peso institucional estos años y ha moldeado su perfil de jefe de gabinete curtido antaño a las órdenes de José Enrique Serrano en Moncloa, al de político. No en vano, Puig ya lo nombró portavoz de Presidencia al inicio. También ha sido enlace de la Generalitat con los empresarios de mayor rango, para proteger el Palau de turbulencias económicas.

Pero ahora, este 'rubalcabiano' convencido y practicante de la moderación en su estado más semántico, asumirá una de las tareas más relevantes del Consell. Y lo hará sin apenas presupuesto que gestionar. También deberá cultivar su escasa mano izquierda e independizarse de Puig sin perder de vista su sombra. Toda una partida de ajedrez. Sin peso orgánico, este joven de 44 años pide ahora paso para comenzar a tomar las riendas de su destino político. Un «socialdemócrata desde pequeñito», como le gusta definirse, hasta en los momentos en los que el rojo ha cotizado a la baja. Si no, siempre podrá volver pedaleando en su bici al'Once again to Zelda'.

La nueva titular de Universidades e Innovación, Carolina Pascual.
La nueva titular de Universidades e Innovación, Carolina Pascual. D. Torres

Carolina Pascual. Consellera de Innovación y Universidades

El boom tecnológico tiene cara de mujer

Texto: Héctor Esteban

Carolina Pascual Villalobos (Elche, 1974) es la gran desconocida del nuevo Botánico. Alejada de toda militancia, independiente y con una trayectoria académica y profesional que se ajusta a la cartera asignada. La nueva consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital tiene un perfil tan técnico que parece extraño en un Consell con un fuerte carácter político y en el que la lucha de poderes marcará la gestión. Carolina ya sobresalía en clase. Un producto del colegio concertado de las Jesuitinas de Elche, un modelo educativo que detestan varios de sus colegas de gobierno. Ayer recibió la felicitación de muchos de sus compañeros de clase a través del grupo de BUP del 74.

Llega al Gobierno valenciano desde el decanato del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones de la Comunitat. Ha tenido cargos de responsabilidad en la Universidad de Alicante y ha estado al cargo de la gestión de 13 másteres oficiales de la Escuela Politécnica Superior del mismo centro, entre otros cometidos. Esta ingeniera de Telecomunicaciones por la Politécnica de Valencia y doctora por la Universidad de Alicante, ha participado en varios foros y congresos que contaron con la asistencia de Ximo Puig, y ahí quizá se le encendió la bombilla al presidente del Consell: «Si las mujeres no se incorporan al mundo de la ingeniería y la tecnología, nuestras perspectivas decaen». Una frase que tuiteó la nueva consellera de Innovación, que tiene el reto de que Siri y Alexa formen también parte del Consell.

Mireia Mollà, ayer, cuando prometió el cargo en el Palau de la Generalitat.
Mireia Mollà, ayer, cuando prometió el cargo en el Palau de la Generalitat. D. Torres

Mireia Mollà. Consellera de Agricultura y Medio Ambiente

El momento de la gran heredera

Texto: Burguera

Mireia Mollà Herrera. «Hija y nieta de agricultores», dicen desde su entorno al preguntar por su experiencia en temas agrícolas, una de las patas de la conselleria, «su conselleria». Mujer de filias y fobias. De carácter fuerte y emotivo. Solvente en materia presupuestaria, su especialidad durante su carrera como diputada en Les Corts. Heredera de una saga familiar, los Mollà, en política desde hace décadas, como ella, que desde los 25 años encadena cargos públicos. Aspiró ser alcaldesa sin poder evitar darse un batacazo el pasado 26 de mayo, tras lo cual, desde ayer, salta a la conselleria. Un nuevo paso. Heredera de un proyecto político, Iniciativa del Poble Valencià (IPV), el partido liderado por Oltra que convive con el Bloc dentro de Compromís, una formación que funciona casi como su clan familiar: pocos y cohesionados. Dentro de un mes cumplirá 37 años. El 20 de diciembre, una tarta se decorará con el número 50, los años de Oltra, de quien ha sido mano derecha y con quien ha tenido momentos de enorme complicidad política y personal y también de incomprensión y enfados. «Tres voltes rebel», lleva tatuado en el tríceps de su brazo izquierdo.

Es difícil saber si su mirada inquisitiva es causa o consecuencia. Si sus taxativos juicios de valor son una respuesta a las miradas de sospecha por su buena estrella política, o un modo de defenderse respecto a esas opiniones que la señalan por ser heredera de un personaje político de referencia en IPV, su padre, Pasqual, y de quien fuera su compañera de escaño y ahora en el Consell, Mónica Oltra.

Rosa Pérez entra por primera vez en el Consell.
Rosa Pérez entra por primera vez en el Consell. D. Torres

Rosa Pérez Garijo. Consellera de Participación y Transparencia

Salpicada por el caso que ella denunció

Texto: A. Rallo

Rosa Pérez ha hecho de su lucha contra la corrupción casi un estilo de vida. Su llegada al Consell supone una resurrección para las siglas que representa (EU), que en 2015 se quedaron sin representación en Les Corts pese a presentarse bajo la bandera de «los denunciantes del caso Imelsa», el asunto que enterró políticamente a Alfonso Rus. La consellera nunca imaginó que tras exhibirse por las televisiones como la heroína que destapó la corrupción en la Diputación, terminaría siendo citada como investigada por la Guardia Civil, uno de los peores episodios de su etapa política. Fueron jornadas en las que Pérez perdió los nervios y alguna lágrima se escapó en la Ciudad de la Justicia cuando buscaba consuelo y/o explicaciones a esa sorprendente citación.

El motivo de aquella investigación, un mal extendido entre todos los grupos, la supuesta contratación de asesores con dinero público que, en realidad, trabajan para el partido. Esa imputación policial, sin embargo, no se ha materializado en el juzgado. Y eso pese a que un auto de la Audiencia le otorgaba esa condición. El caso Imelsa terminará sin reproche penal para ella.

Dispone ahora la consellera de una magnífica oportunidad para reivindicar su capacidad en la gestión. Su paso por la Diputación no ha dejado buenas sensaciones. La gestión en el teatro Escalante o el retraso en la convocatoria de unas becas para impulsar la memoria histórica son algunos ejemplos. Su encaje gubernamental nunca fue óptimo. Fue doblemente expulsada del gobierno local de Catarroja (2003 y 2015). Ahora tiene la oportunidad de enderezar su carrera.

El reto de la reforma financiera
Vicent Soler. Conseller de Hacienda y Modelo Económico

El reto de la reforma financiera

El reto que afronta Vicent Soler desde la conselleria de Hacienda no es demasiado distinto al que ya tenía por delante en 2015: la reforma del sistema de financiación autonómica como clave de bóveda de la solución a muchos de los problemas financieros de la Comunitat. No es una competencua suya -sino del Gobierno central- pero tres cuartas partes de la pasada legislatura sirvieron para que el Consell limitara su actuación a esa reivindicación. Con Pedro Sánchez, si logra formar gobierno, las excusas para que se aplace esa reforma se habrán acabado. Resuelto o no ese frente, Soler tendrá que lidiar al mismo tiempo con un Consell que parece optar por políticas expansivas, justo cuando el Gobierno central se pone más exigente con la Comunitat.

La pesadilla de bajar las esperas
Ana Barceló. Consellera de Sanidad y Salud Pública

La pesadilla de bajar las esperas

Ana Barceló repite como titular de Sanidad con un reto marcado a fuego en su hoja de prioridades. Reducir las listas de espera. Un cometido que en la actual legislatura ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para el presidente de la Generalitat y un arma política para la oposición en casi todas las sesiones de control en Les Corts. Además, Barceló tiene ante sí la reversión de la concesión del Hospital de Dénia, una operación que el Consell inició la anterior legislatura con escaso éxito. «Espero, en esta legislatura, culminar con satisfacción y que los ciudadanos consideren la sanidad publica valenciana la mejor», dijo cuando romó posesión. Ayer, reconoció que su departamento sólo revertirá áreas en las que caduque la concesión.

Un lifting al empleo público
Gabriela Bravo. Consellera de Justicia e Interior

Un lifting al empleo público

Gabriela Bravo continúa como consellera de Justicia, Interior y Administración Pública con el reto pendiente de rejuvenece la Función Pública. Bravo deberá hacerle un verdadero lífting al personal de la administración, que se jubila a marchas forzadas sin posibilidad de nuevas incorporaciones. Por ello, ya anunció ayer que una de las primeras medidas de la nueva legislatura será impulsar la ley de función pública, que considera «fundamental» para convertir la administración en una «más moderna, eficaz y eficiente». Bravo tiene ante sí un nuevo gran reto, ya que coordinará las emergencias y se hará cargo de la extinción de los incendios. Pertenece al núcleo duro de Puig y ha ganado mucho peso en sus decisiones.

Cuatro años bajo sospecha
Rafael Climent. Conseller de Economía Sostenible

Cuatro años bajo sospecha

Fue uno de los primeros titulares de prensa que se conocieron tras el triunfo electoral de la izquierda el 28-A. La patronal se mostró partidaria de que la cartera de Economía pasara a manos socialistas. No era únicamente que no continuara dirigida por Rafael Climent, era también un cambio del partido responsable. La negociación del nuevo Botánico, con todo, ha dejado de nuevo en manos de Climent una de las carteras cuya gestión resultó más cuestionada la pasada legislatura. Por su bajo nivel de ejecución presupuestaria y por el modo en que los asuntos pendientes encallaron (los horarios de los centros comerciales, la gestión de Feria Valencia), Climent parecía amortizado desde el inicio de la pasada legislatura, pero ha sobrevivido.

Condenado a cerrar los barracones
Vicent Marzà. Conseller de Educación, Cultura y Deporte

Condenado a cerrar los barracones

El puntal político del Bloc es Marzà, emblema de unos nacionalistas que suspiran por ganar peso en un Gobierno en el que Oltra eclipsa al resto de consellers de Compromís. Sin embargo, ese perfil político, así como los deseos del conseller de impulsar la innovación pedagógica (es profesor por vocación y las nuevas técnicas educativas le apasionan), quedan solapados por el cierre de los barracones en los colegios públicos de la Comunitat. Las construcciones temporales se convirtieron en el gran reproche a los gobiernos del PP cuando la izquierda estaba en la oposición. Finiquitar esos barracones precisa de una arquitectura administrativa y financiera fuera del alcance de Marzà, que, sin embargo, está condenado a gestionar obras.

Un verde pálido
Rubén Martínez Dalmau. Vivienda y Arquitectura Bioclimática

Un verde pálido

Rubén Martínez Dalmau cerró la negociación del Botánico como vicepresidente verde. La realidad es que el tono es más bien pálido porque la conselleria de Medio Ambiente, que liderará Mireia Mollà, se queda con todas las competencias. Profesor de Derecho Constitucional y defensor del chavismo original. Su cartera incluye el mayor galimatías del nuevo Consell: arquitectura bioclimática. Un término que nadie ha sido capaz de desenredar. Seguidor incondicional de La Guerra de las Galaxias, soltero y con lazos políticos con Latinoamérica por su participación en los procesos llevados a cabo en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Martínez Dalmau es fundador del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), vivero de dirigentes de Podemos como Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Corre el riesgo de la invisibilidad.

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