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Felipe VI se dirige a los españoles. CASA REAL | VÍDEO: ATLAS

El Rey pide aparcar «las diferencias» para hacer frente a la pandemia

Felipe VI evita referirse en su mensaje a la crisis desatada por los presuntos negocios turbios de su padre

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Martes, 17 de marzo 2020

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Felipe VI se dirigió este miércoles por segunda vez en su reinado a la nación para realizar un llamamiento a la unidad nacional, a fin de hacer frente a la pandemia de coronavirus: «Ahora debemos dejar de lado nuestras diferencias. Debemos unirnos en torno a un mismo objetivo: superar esta grave situación. Y tenemos que hacerlo juntos». El Rey, apenas cuatro días después de que se declarase el estado de alarma en España, lanzó un mensaje que quiso ser esperanzador y optimista porque «este virus no nos vencerá. Al contrario. Nos va a hacer más fuertes como sociedad; una sociedad más comprometida, más solidaria, más unida. Una sociedad en pie frente a cualquier adversidad».

El jefe del Estado se reunió este miércoles por la tarde en la Zarzuela durante casi dos horas con el presidente del Gobierno y los cuatro ministros que forman el comité técnico de gestión de la crisis del coronavirus. Pedro Sánchez y los titulares de Sanidad, Interior, Defensa y Transportes informaron al monarca de la evolución de la pandemia y de la puesta en marcha del estado de alarma. Los Reyes se hicieron la semana pasada la prueba de la enfermedad y dieron negativo. Doña Letizia había estado unos días antes en un acto oficial con la ministra de Igualdad, Irene Montero, que está contagiada.

Afirma que una vez que se supere la crisis, España será «una sociedad más comprometida, más solidaria y más unida»

Felipe VI intentó insuflar moral a los ciudadanos porque se trata de «una crisis temporal. Un paréntesis en nuestras vidas», tras el cual España volverá «a la normalidad» y ese momento llegará «más temprano que tarde». Pero para llegue ese momento es «imprescindible» -advirtió- que nadie, ni autoridades ni ciudadanos, baje «la guardia».

Pocas horas después de que el jefe del Ejecutivo anunciara en el Congreso que «lo más duro está por llegar», el Rey no puso paños calientes a la gravedad de la situación (13.716 contagiados y 616 fallecidos hasta este miércoles), pero lo hizo con un lenguaje tranquilizador en un mensaje de siete minutos. «Tenemos que resistir, que aguantar, y tenemos que adaptar nuestros modos de vida y nuestros comportamientos» de acuerdo a instrucciones del Gobierno y de los expertos para ganarle al virus. «Todos -subrayó- debemos contribuir a ese esfuerzo colectivo con nuestras actitudes y nuestras acciones». Su agenda de trabajo también se ha reducido por ello al mínimo.

Una familia sigue atentamente el discurso del Rey.
Una familia sigue atentamente el discurso del Rey. EP

El Rey puso especial énfasis en tributar un homenaje a los profesionales de la sanidad. Sabido es, apuntó, que España cuenta con «un gran sistema sanitario y unos profesionales extraordinarios», pero en estos momentos han dado fe de ello. Por eso, añadió, cuentan con su «mayor admiración y respeto» y el «total apoyo» de la Casa del Rey. «Sois -afirmó- la vanguardia de España en la lucha contra esta enfermedad, sois nuestra primera línea de defensa. Sois un ejemplo inolvidable».

El Rey, como ya han hecho en reiteradas ocasiones el presidente del Gobierno y el portavoz del comité se gestión de la crisis, se mostró también convencido de que «vamos a vencer y a superar» la epidemia como país. «Entre todos -dijo- con serenidad y confianza, pero también con decisión y energía».

Silencio sobre Juan Carlos

Felipe VI debió considerar inapropiado incluir en su mensaje a la nación alguna referencia al movimiento telúrico que sacude a la Corona, y no habló de la ruptura con su padre. Renunció a la herencia y le retiró la asignación cercana a los 200.000 euros al año por los presuntos negocios turbios y el cobro de comisiones ilegales que investiga la Fiscalía de Suiza. Unas medidas anunciadas el domingo por la noche por la Casa del Rey y que convulsionaron la escena política. El presidente del Gobierno vió «necesaria y coherente» la respuesta, porque es un asunto que «ha sobresaltado» a todo el país.

Evitó hacerlo a pesar de que en el pleno del Congreso celebrado por la mañana los portavoces de varios grupos parlamentarios se mostraron muy duros, no ya con Juan Carlos de Borbón sino con el propio Felipe VI. El representante de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, denunció que desde la Zarzuela, sin citarla, se está «utilizando miserablemente esta crisis como una cortina de humo para tapar sus vergüenzas y sus corruptelas». El diputado independentista anunció que su grupo no va a cejar hasta que se cree una comisión de investigación en el Congreso. «Investigaremos -advirtió- hasta el último euro de 'business' con sátrapas saudíes, ya sean pretéritos, eméritos o futuros».

También el portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, señaló en el Parlamento que el combate a la epidemia es una tarea patriótica, pero «la patria es la gente que vive y trabaja en el país. La patria no es un himno, no es una bandera y no es, hoy menos que nunca, un rey». Desde Más País y Compromís, Iñigo Errejón y Joan Baldoví, emplazaron a Felipe VI a que destine los cien millones de euros presuntamente recibidos por su padre del reino de Arabia Saudí a «la sanidad pública».

El segundo mensaje a la nación en apenas cinco años y medio de reinado

M. E. ALONSO | Madrid

Cuatro días después de que el Gobierno decretara el estado de alarma por la crisis del coronavirus, el Rey se dirigió a la nación en el que fue su segundo mensaje de carácter extraordinario en apenas cinco años y medio de reinado. El primero fue el 3 de octubre de 2017, dos días después del referéndum ilegal organizado en Cataluña. en el que acusó a la Generalitat de «deslealtad inadmisible» y allanó el camino a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Es el sexto discurso de carácter extraordinario que el jefe del Estado dirige a los españoles en 41 años de democracia. Su padre, Juan Carlos I, utilizó la misma fórmula en ocasiones muy excepcionales, como la madrugada del la intentona golpista del 23-F, tras los atentados islamistas del 11 de marzo de 2004 o en el anuncio de su abdicación.

«He ordenado a las autoridades civiles y a la junta de jefes de Estado Mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional», anunció don Juan Carlos pasadas las 00.15 horas del 24 de febrero de 1981, en un discurso institucional que trajo la tranquilidad a un país en vilo. Apenas seis horas antes, cerca de 200 guardias civiles, encabezados por el entonces teniente coronel Antonio Tejero, habían tomado el Congreso y retenían al Gobierno en pleno y a los 350 diputados que asistían al debate de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo.

El 11-M, el más doloroso

Tuvieron que pasar 23 años y que Madrid sufriese el mayor atentado terrorista perpetrado jamás en España y en Europa para que el monarca volviese a dirigirse por televisión a la nación fuera de su tradicional alocución navideña. «Vuestro Rey sufre con todos vosotros», dijo entonces Juan Carlos I, visiblemente emocionado. Al-Qaida acababa de asesinar a 192 personas.

Diez años después, el 23 de marzo de 2014, el Rey se volvió a dirigir a los españoles para homenajear al recién fallecido Adolfo Suárez, el «amigo leal» y el «colaborador excepcional» para que el país transitara de la dictadura a la democracia. «Mi dolor hoy es grande», reconoció.

Apenas dos meses después, Juan Carlos de Borbón intervino de nuevo ante la nación para explicar los motivos de su renuncia a la Corona. «Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías y con una nueva forma de enfrentar la realidad», aseguró emocionado, antes de ceder el testigo a su hijo.

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