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Compromís le come la tostada al PSPV en Les Corts

Compromís le come la tostada al PSPV en Les Corts

La coalición nacionalista obtiene mayor rentabilidad política de sus iniciativas y saca partido del perfil artificial de la portavocía socialista

JC. Ferriol Moya

Valencia

Sábado, 22 de febrero 2025, 00:40

Ser portavoz del grupo socialista de Les Corts después de Manolo Mata no es fácil. La frase la acuñó en su día Alfred Boix, alto cargo en el Consell de Ximo Puig y ahora hombre de confianza del alcalde de Gandia José Manuel Prieto. No era fácil, se entendía, porque el despliegue de recursos, la capacidad para empatizar, la riqueza de la oratoria y la ironía con la que se manejaba el veterano exdirigente socialista no resultaban sencillas de igualar. Con Mata, como con Mónica Oltra, sus respectivos partidos daban por hecho que sus sucesores no serían lo mismo. Y no lo son.

Pero no siendo lo mismo, lo cierto es que los 15 diputados de Compromís están obteniendo mayor visibilidad de su iniciativa política que los 31 del PSPV. El grupo que lidera Joan Baldoví viene capitalizando el debate parlamentario sobre la gestión política de la dana. Sus iniciativas, la última la de la petición de dimisión de Carlos Mazón votada (y rechazada) esta semana en Les Corts, es el último ejemplo. La formación nacionalista se mueve como si fuera un único diputado, disciplina pura, no es ajena a las protestas ciudadanas a las puertas de la Cámara solicitando la marcha del president de la Generalitat y actúa con esa capacidad para exagerar tan propia de las formaciones políticas más acostumbradas a pisar la calle que a la moqueta del Parlamento.

¿Y el PSPV? A los socialistas valencianos se les supone reforzados tras reconfirmar a su líder, la ministra Diana Morant, al frente de la secretaría general del partido. Los socialistas tienen además la maquinaria inmensa que supone disponer de los recursos políticos que facilita el Gobierno central. Disponen de 31 diputados, entre los que se encuentran perfiles tan aguerridos como el de Mercedes Caballero, tan bien conocedores del debate parlamentario como María José Salvador, o con tanta capacidad para hacer llegar su mensaje a los ciudadanos como Toni Gaspar.

Pero no, la portavocía la ocupa José Muñoz, exsecretario de Organización de los socialistas y referente señalado de lo que se conoce como los 'pelayos' el grupo del PSPV de Valencia mayoritario en la capital. Muñoz no es un mal parlamentario, y sus primeras intervenciones suelen estar bien construidas. En las sesiones de control al Gobierno no resulta ni mucho menos un rival cómodo para Carlos Mazón.

Pero toda esa capacidad que exhibe el portavoz socialista en sus primeras intervenciones se va empequeñeciendo en las siguientes. Como si algo fallara en la preparación de los debates. Como si con dejar un titular en el primer turno de palabra fuera suficiente. Y eso, frente a un parlamentario con recursos como Mazón, incluso en su momento político más bajo, se queda corto. Muñoz lo intenta, hace algún aspaviento, sube el tono como para que se note que quiere remarcar una idea… pero no logra superar la línea de la impostura. Su tono siempre parece forzado, como si no se lo acabara de creer.

«De tanto mitin que da, no se prepara bien las cosas. Y Compromís nos opaca». El comentario es de una fuente socialista. Muñoz ha apostado con determinación por la candidatura de Robert Raga a la secretaria general del PSPV de la provincia de Valencia. «Va a rebufo de Baldoví», comenta otra fuente parlamentaria. Como si el portavoz socialista tuviera suficiente con decir aquello del «y yo más» después de escuchar al portavoz nacionalista.

Y en un momento político como el actual, marcado desde hace casi cuatro meses por la emotividad de una tragedia histórica, al principal partido de la oposición (por número de escaños) cabe exigirle alguna cosa más. Muñoz lleva camino de importar ese modo de Baldoví de manejarse en la tribuna, la gesticulación exagerada, el tono faltón… pero tampoco le sale igual. De la misma manera que los 15 diputados de Compromís se activan con la intervención de su síndico, la treintena de parlamentarios socialistas andan cada uno a su guerra.

Los socialistas llevan carteles al hemiciclo cuando los diputados nacionalistas están cansados de llevarlos. Se quejan del sistema de votación cuando ya lo ha hecho primero Compromís. Al PSPV parece faltarle estrategia de oposición, como si todo consistiera en un sálvese quien pueda para llegar a 2027 con opciones de repetir en listas. Y en cambio, los nacionalistas, con muchos menos recursos, muestran un perfil mucho más creativo en su labor de oposición. La reacción de los populares hacia Compromís así lo refleja.

Una fuente parlamentaria, siempre ácida, lamenta que Muñoz «piense que sólo tiene que estar en el hemiciclo cuando está el presidente de la Generalitat. Y eso no es así». La labor del portavoz del principal partido de la oposición es bastante más obligada que la de dar réplica al jefe del Consell. Y más densa. Y Muñoz no está consiguiendo que el PSPV aparezca como el partido que encabeza la oposición a Mazón en Les Corts. Todo lo contrario de lo que, por ejemplo, sí que logra desde otra institución la delegada del Gobierno Pilar Bernabé. De hecho, el liderazgo de la oposición a la gestión de la dana está mucho más en el Palau del Temple que en los despachos del grupo socialista de Les Corts.

Una fuente popular admite no obstante que la coalición nacionalista también lo tiene mucho más fácil que Muñoz. «Ellos no tienen que defender ni a Sanchez ni a Morant», se remarca. La misma fuente admite que la coalición nacionalista se mueve mejor en situaciones tan dramáticas como la generada el 29 de octubre. Y en cambio los socialistas, salvo excepciones, tienen un grupo parlamentario sin colmillo. «Que la tercera pregunta al presidente –en la sesión de control de esta semana- se la haga el 'suave' José Luis Lorenz sobre Educación denota falta de estrategia propia y que copian a Compromís», que tiene precisamente en el área de Educación uno de sus puntos fuertes.

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