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Los casos judiciales y el choque entre el PSPV y Compromís reviven a la oposición

Los casos judiciales y el choque entre el PSPV y Compromís reviven a la oposición

PP y Cs resurgen gracias a la opacidad frente a los recortes y los vínculos mediáticos de Puig, o las resoluciones en los tribunales sobre Fuset, Rius e Intu Mediterráneo

Burguera .

Valencia

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Sábado, 19 de octubre 2019

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«Hemos empezado mal». Un alto cargo del Consell reconocía hace 20 días que la legislatura no ha comenzado como hacía presagiar los resultados electorales del pasado 28 de abril. Aunque la distancia entre bloques (de izquierda y derecha) se había reducido en número de escaños, parecía que la fragmentación del voto conservador valenciano permitiría al Botánico un tránsito tranquilo, al menos al principio. Nada más lejos de la realidad. El PP y Ciudadanos llevan pedidas ni se sabe ya las dimisiones de altos cargos del Botánico en lo que va de legislatura. Entre varapalos judiciales, gestiones accidentadas y tensiones internas entre los miembros del tripartito, la derecha, que parecía condenada a enfrentarse para disputarse el liderazgo de la oposición, se ha encontrado un terreno abonado para lucirse.

La vicesecretaria general del PPCV, Elena Bastidas, exigió ayer a la vicepresidenta del Consell y coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, que asuma «responsabilidades políticas» por los cargos de la coalición nacionalista «imputados».

Bastidas calificó ayer de «desvergüenza» el «silencio» de Oltra, de la que consideró que tendrá que hablar del concejal de Valencia Pere Fuset, procesado por la muerte de un trabajador en Viveros, del «delito electoral del exaltado» Nomdedéu (secretario autonómico de Empleo), de las contrataciones de Rius (responsable del Área de Cultura en la Diputación de Valencia, donde sigue investigado en dos causas), de la investigación de la fiscalía de actuaciones urbanísticas de Joan Baldoví en Sueca (por las gestiones cuando era alcalde del actual diputado nacional de Compromís) o de «la estafa de Grezzi», en relación a los cuatro millones desaparecidos de las cuentas de la EMT.

Casos como el de Grezzi demuestran que la tensión interna del Botánico vincula lo local y lo autonómico

El caso de Grezzi permite entender que el enemigo del Botánico no es (sólo) la oposición, que simplemente aprovecha unas circunstancias inesperadas. Los millones timados a la EMT han desembocado en un enfrentamiento muy árido entre socialistas y nacionalistas en el Ayuntamiento de Valencia, que además se ha trasladado a otros ámbitos. Como Les Corts, donde Compromís escenificó su incomodidad por tener que salvar la cara del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, cuando Ciudadanos planteó esta semana una comisión de investigación sobre sus vínculos mediáticos. Esa molestia de Compromís por blindar a Puig no se disimuló. Al contrario. Los nacionalistas llegaron a insinuar que ellos sí son leales, y no como los socialistas con Grezzi. Los enfrentamientos se multiplican y se trasladan de una administración a otra.

Habrá que ver cómo gestiona la izquierda la situación judicial de Fuset, al igual que el giro que da la situación en Paterna tras la sentencia sobre Intu Mediterráneo, que quita la razón a Compromís y apuntala las tesis del PSPV... y de la oposición.

El panorama nacional tampoco ayuda. La ruptura de negociaciones entre PSOE y Podemos impide contar con un paraguas estatal en materia económica, la situación de Cataluña obliga al tripartito, que durante el inicio de la pasada legislatura hizo grandes gestos de entendimiento con el Govern de Puigdemont, a situarse de perfil en una situación de máxima tensión, y el clima preelectoral ante la cita del 10-N tampoco rebaja la crispacion. Mientras que a la derecha, PP, Ciudadanos y Vox pueden hacer una campaña sin demasiados miramientos, el tripartito debe contenerse un poco a la hora de criticar a sus socios en el Consell. Esa necesidad de morderse la lengua impera desde el arranque de la legislatura, que se inició con las negociaciones para formar el Consell y continuó con las negociaciones para establecer los recortes en el presupuesto de la Generalitat. La oposición se frota las manos, y los ojos.

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