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Luis Barcala, María José Català, Isabel Bonig, Pablo Casado y Begoña Carrasco en el acto celebrado ayer en Valencia.

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Luis Barcala, María José Català, Isabel Bonig, Pablo Casado y Begoña Carrasco en el acto celebrado ayer en Valencia. Jesús Signes

Casado pone en valor el legado de Barberá, Zaplana, Camps y Fabra

El líder del PP acusa a Cs de forzar el cese de la exalcaldesa en la presentación de los candidatos valencianos

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Sábado, 12 de enero 2019

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Son las 12:30 del mediodía y más de 700 personas llenan el auditorio del Oceanográfico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Unos 300 militantes y simpatizantes que se encuentran en el exterior del edificio al haberse alcanzado el aforo máximo del recinto reciben entre vítores a Pablo Casado, que llega a la capital de la Comunitat para presentar a los candidatos valencianos para las elecciones autonómicas y locales que tendrán lugar este mismo mayo. El líder del PP sabe que un buen resultado de Isabel Bonig, candidata a la Generalitat, en la autonomía y de los candidatos a la alcaldía de Valencia, Alicante y Castellón, María José Català, Luis Barcala y Begoña Carrasco, es fundamental para asentar su liderazgo en el partido y considera que es el momento de recuperar los apoyos de aquellos que han decidido apostar por otras formaciones como Ciudadanos o Vox. Para convencer a estos antiguos votantes, Casado decidió ayer mirar al pasado y reivindicar ya no sólo el legado de la exalcaldesa Rita Barberá sino también el de los expresidentes de la Generalitat Eduardo Zaplana, Francisco Camps y Alberto Fabra. Toda una declaración de intenciones.

El líder nacional de los populares sabe que en el recuerdo de los valencianos persisten «sombras» de unos años en donde proliferaron muchos casos de corrupción pero también considera que durante esas dos décadas se han vivido «las mejores páginas de la historia» de la Comunitat. Durante esta etapa estuvieron al frente de la Generalitat tres presidentes (y un cuarto que es José Luis Olivas que Casado no mencionó) pero sólo una alcaldesa en el cap i casal, Rita Barberá.

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El hecho de que la familia de la exalcaldesa emitiera un duro comunicado el viernes acusando al PP de «pasear el cadáver» de la que fue la primera edil durante 24 años con fines electorales no importó al presidente nacional, que trató de distanciar a su formación del maltrato a la exalcaldesa al acusar a Ciudadanos de forzar «la expulsión de Barberá» y obligarles a asumir un acuerdo «en el que tanto daño se hizo a la ciudad de Valencia y a la Comunitat» por la gobernabilidad de España. «En la vida hay que ser honestos, hay que reconocer las cosas, hay que hacer balance de por qué sucede lo que tiene que suceder en algunos momentos, pero es muy importante dejar claro quién tiene la responsabilidad» remarcó Casado, que recordó que como le indicó a las hermanas de la ex primera edil en un acto en Madrid, que cree que Barberá «antepuso los intereses de Valencia, de España y de su partido a los suyos propios». El líder de los populares consideró que María José Català, la candidata al Ayuntamiento de Valencia, va «a encarnar ese espíritu que ya es patrimonio de los valencianos, que nadie quiere patrimonializar ni utilizar pero que es justo reivindicar».

Imagen principal - Pablo Casado en Valencia | El líder del PP reivindica «el legado» de Rita Barberá
Imagen secundaria 1 - Pablo Casado en Valencia | El líder del PP reivindica «el legado» de Rita Barberá
Imagen secundaria 2 - Pablo Casado en Valencia | El líder del PP reivindica «el legado» de Rita Barberá

Pero «el legado» de Barberá no fue el único que reivindicó Casado porque también se acordó durante su intervención de los expresidentes de la Generalitat. El máximo dirigente de la formación quiso rememorar «el papel» de Fabra, Zaplana y Camps pese a que los dos últimos se encuentren imputados por causas de corrupción y consideró necesario recuperar «esa Valencia de la que estamos todos orgullosos» después de «muy malos años y campañas muy bien orquestadas que a alguno le han hecho bajar la cabeza o arrastrar los pies». «Si alguien ha hecho mal, vivimos en una democracia, en un Estado de Derecho, no somos nosotros los que tenemos que juzgarlo, lo que si podemos juzgar es lo que se ha dejado hecho, las infraestructuras, las políticas fiscales, el impulso a la buena educación, a las infraestructuras, eso no nos lo va a tapar nadie», subrayó Casado. Además, quiso dedicar un espacio a la situación de Zaplana, que se encuentra ingresado en el Hospital La Fe al haber empeorado su estado de salud mientras estaba en la cárcel debido a la prisión preventiva que se le ha impuesto, y pidió «humanidad en su trato penitenciario» para evitar que vuelva al centro de Picassent.

Casado recordó que «otros también tienen problemas» en referencia al caso que afecta al expresidente de la Diputación de Valencia, el socialista Jorge Rodríguez, o la «posible corrupción que protagonizaron los últimos gobiernos de Zapatero», en alusión a las contrataciones con Crespo Gomar, en torno a los cuales desde el PP darán «la presunción de inocencia que ellos no están dando». Para Casado los populares son los que mejor defienden «los interese de los valencianos» y como ejemplo sacó de su bolsillo una naranja (emulando al histórico dirigente valencianista Vicente González Lizondo) para destacar que se está peleando en la Unión Europea «por un sector fundamental» con actos concretos como reuniones con el comisario de Agricultura. En contraposición situó a Compromís, que incidió en que se queda en las palabras y los gestos pero no llega a los actos que pueden marcar la diferencia.

El líder del PP también aprovechó su intervención para criticar a Pedro Sánchez por negociar con los independentistas y fue claro al afirmar que la Comunitat deber ser «el dique de contención» del separatismo. Casado cree que «la Comunitat no es el apéndice de unos paisos catalans» y consideró un «desprecio» que una región con una historia «rica y centenaria» pueda ir asociado por algunas fuerzas a «una entelequia, a una quimera suicida», cuando no es parte de «la peor pesadilla en la España democrática que es el independentismo xenófobo, supremacista de Cataluña y de esos partidos que alientan la sedición». La visita de Casado a Valencia fue breve ya que tras el acto ni siquiera se quedó a comer en la Comunitat y volvió a Madrid donde hoy presenta los candidatos de la capital y la autonomía.

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