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Núñez-Feijóo, junto a Bonig y otros dirigentes del PPCV, durante su visita ayer a Porcelanosa. efe/domenech castelló
Bonig y Feijóo refuerzan su relación a la espera de los resultados de Casado

Bonig y Feijóo refuerzan su relación a la espera de los resultados de Casado

El presidente gallego recupera complicidad con la líder valenciana en una visita a Porcelanosa aunque sin ceder en materia de financiación

JC. F. M.

Martes, 9 de abril 2019, 00:08

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valencia. Isabel Bonig exhibió ayer el respaldo del que sigue siendo considerado como el principal barón del PP, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo. La candidata valenciana a la presidenta de la Generalitat acompañó al dirigente popular en una visita a la fábrica de Porcelanosa en Villarreal. En su breve comparecencia ante los medios de comunicación, Feijóo y Bonig intercambiaron elogios. Un gesto interpretado ayer en el seno del PP valenciano como la visualización de que las heridas abiertas como consecuencias de las diferencias entre ambos con motivo de la reforma del sistema de financiación autonómica han desaparecido.

Feijóo preside una comunidad cuyos intereses en el debate sobre el modelo financiero se encuentran en las antípodas de la Comunitat Valenciana. En alguna ocasión ha mostrado en público su discrepancia con las posiciones mantenidas por la Generalitat y que han contado con el respaldo del PP valenciano. Bonig ha tenido que hacer verdaderos equilibrios para no polemizar en público con su compañero de filas, que no ha dejado de sostener que el problema de la financiación autonómico tenía que ver mucho menos con los ingresos y sí con los gatos. Una forma suficientemente explícita de señalar a regiones que, como la valenciana, incrementaron de forma exponencial su gasto en los años de bonanza económica -ahí están los niveles de deuda autonómica-. «La solución debe venir de la contención del gasto», vino a sostener ayer en privado el dirigente gallego.

La posición de Feijóo -uno de los impulsores del frente común impulsado en materia de financiación por las regiones teóricamente más pobres y con menos población- choca con la de autonomías como la valenciana, que insiste en la necesidad de anteponer el criterio de población en el reparto de los fondos. Y que añade la necesidad de que se condone la parte de la deuda pública generada por la infrafinanciación.

El barón gallego es de los que en ningún caso comparte esa tesis. Entre otras razones, porque está convencido de que esa puede ser una de las bazas que acabe tratando de jugar Cataluña. Para Feijóo, no es justo que unas autonomías hayan podido recibir más ingresos cuando el ciclo económico les ha permitido crecer por encima de la media, y que ahora, cuando los ingresos se han caído, el conjunto de España tenga que asumir sus números rojos generados.

En todo caso, el gesto de Feijóo con Bonig también fue interpretado en clave orgánica. La presidenta valenciana ha expresado siempre su reconocimiento hacia la valía política del presidente gallego. Con la incertidumbre del resultado de Pablo Casado en las próximas generales, el movimiento de la líder valenciano tendría un componente de posicionamiento de cara al futuro en el partido que ayer fue objeto de comentario en distintos círculos del partido.

En su comparecencia ante los medios, Feijóo no abordó la financiación y Bonig tampoco. El presidente gallego dijo esperar que el próximo Gobierno no dependa del independentismo «porque si para ser presidente del Gobierno de España necesitas que te apoyen aquellos que su proyecto es irse de España, eso es malo para Valencia, para los gallegos y para el conjunto de los españoles».

También se refirió a la «desaceleración económica», que cree que el Gobierno «quiere ocultar», y criticó que «cada Consejo de Ministros se convierte en un mitin del PSOE, el Boletín Oficial del Estado (BOE) parece el programa electoral del PSOE y los ministerios parece que son distintas subsedes del PSOE para intentar comprar directamente con dinero público a distintos sectores de la población».

Bonig, por su parte, aseguró que hay medidas que están poniendo «en peligro» la generación de empleo y riqueza, «pues el gobierno de PSPV-Compromís impuso algo que está dañando el crecimiento de las azulejeras, como es el impuesto a la incineración, a la cogeneración y a los vertidos».

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