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EFE
Jueves, 26 de octubre 2017, 00:37
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Alicante. El alcalde socialista de Alicante, Gabriel Echávarri, negó ayer, durante su declaración como investigado en fiscalía, que tratara de vengarse del portavoz del PP, Luis Barcala, al despedir a su cuñada, una funcionaria interina de la concejalía de Cultura, según han informaron fuentes de su entorno.
«Ha explicado muy bien y con transparencia como ocurrió todo. Y ha quedado claro que el despido no se produjo como represalia ni fue una revancha con motivo de una querella», precisaron las fuentes consultadas. El primer edil compareció durante la mañana de ayer ante el teniente fiscal de la Audiencia de Alicante, José Llor, para declarar como investigado por un supuesto delito de prevaricación relacionado con el cese de esta empleada, Catalina Rodríguez.
Poco después, ante los medios, rehusó desvelar el contenido de su declaración, aunque recordó que tenía, incluso «antes de ser alcalde», la intención de «regularizar todas las situaciones irregulares que había el ayuntamiento». El despido de la empleada municipal se produjo el pasado abril, unos días después de que Barcala denunciara a Echávarri ante la fiscalía por el supuesto fraccionamiento de contratos en la concejalía de Comercio, hechos por los que está investigado (antes imputado) junto a dos asesores municipales. El alcalde negó negado tajantemente que el cese de la trabajadora, que fue readmitida en fuera una venganza contra el líder de la oposición.
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