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El adelanto de elecciones en la Comunitat Valenciana entra en la agenda política

El adelanto de elecciones en la Comunitat Valenciana entra en la agenda política

Las dificultades de los dos socios de Gobierno para pactar los presupuestos de 2019 condicionan también la decisión | Dirigentes de PSPV y Compromís se muestran partidarios de que Puig avance a finales de año los comicios autonómicos

FERRIOL MOYA

Valencia

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Lunes, 26 de marzo 2018

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El cuarto apartado del artículo 23 del Estatuto de Autonomía reformado en 2006 establece que el mandato de los diputados finaliza 'cuatro años después de las elecciones, o el día de la disolución de la Cámara por el President de la Generalitat en la forma que establezca la Ley del Consell'. La disolución anticipada de Les Corts que de esta forma se incorporó a la carta magna valenciana permitió romper con la obligación de que los comicios se celebraran obligatoriamente el cuarto domingo de mayo de cada cuatro años.

Compromís

La formación nacionalista mira de reojo el calendario electoral, a la espera de lo que ocurra en Andalucía y de las decisiones que tome Rajoy si no logra aprobar los presupuestos. Para Compromís, un adelanto electoral pone todo el foco en Mónica Oltra, la líder política de la Comunitat con mayor capacidad para rentabilizar su visibilidad en los medios. No obstante, los sondeos del CIS anticipan una caída en las expectativas electorales de los nacionalistas.

La nueva redacción es efectiva, pero aún no se ha estrenado. Ni Francisco Camps ni Alberto Fabra hicieron uso de esa prerrogativa que corresponde en exclusiva al presidente de la Generalitat. ¿Y Ximo Puig? El debate sobre la conveniencia de un adelanto de las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana -previstas para el 9 de junio de 2019 (no serían en mayo porque coinciden con las europeas)- se ha abierto paso entre algunos de los más destacados dirigentes de PSPV y Compromís, que sopesan pros y contras de la posibilidad de que el jefe del Consell firme el decreto de disolución anticipada del Parlamento autonómico y 'singularice' los comicios valencianos.

PSPV-PSOE

Los cargos del PSPV consultados por este diario sólo encuentran ventajas a un eventual adelanto electoral. Al margen de que una cita autonómica obliga a los alcaldes del partido a implicarse en esos comicios -cuando coinciden con las locales, cada primer edil se ocupa de 'lo suyo' y poco más-, unas elecciones anticipadas servirían de excusa para cerrar el paso en las listas a aquellos alcaldes con ganas de situarse en Les Corts por sus ambiciones orgánicas. Algunos dirigentes entienden también que Puig prefiere no ligar su suerte política al resultado de algunas apuestas políticas municipales de incierto resultado electoral.

¿Y por qué adelantar las elecciones? Los dirigentes de PSPV y Compromís consultados por este diario encuentran muchas más ventajas que inconvenientes a esa eventual decisión que, en el caso de adoptarse, difícilmente vería la luz hasta después del verano -se especula con una convocatoria electoral que podría producirse el mes de diciembre-.

PPCV

¿Le interesaría al PPCV un adelanto de las elecciones autonómicas? A juicio de socialistas y Compromís, singularizar el debate político valenciano pondría en dificultades a la formación que lidera Isabel Bonig, cuyo día a día se ve condicionado por la influencia de las causas judiciales que afectan a algunos de sus excargos. Bonig, no obstante, cuenta ya con el refrendo de Génova para ser el cartel electoral de su partido.

La motivación de la medida, la que de puertas afuera permitiría justificar una decisión que se convertiría en plasmación práctica de la capacidad de autogobierno de la Generalitat -y coincidiría con el 600 aniversario de la institución-, apela a un argumento emocional, que encontraría en el maltrato financiero del Ejecutivo central a la Comunitat su principal sostén político. Con una reforma del sistema de financiación autonómica que llega tarde desde el 1 de enero de 2014 -fecha desde la que se viene prorrogando el viejo modelo- y con un Gobierno en Madrid que, a juicio del Consell, evita comprometerse con las inversiones en la Comunitat, la convocatoria electoral daría mucha más fortaleza al nuevo Gobierno a la hora de plantarse ante el Ejecutivo central para exigir un trato justo hacia la Comunitat.

«Explicar a la gente que los incumplimientos de Rajoy les dejan sin libros y sin gasas para los hospitales, y que es necesario un Consell fuerte, que vaya a por lo que le corresponde a los valencianos», admite un cargo socialista. El de la infrafinanciación es «un problema que Rajoy se comprometió a solucionar y no lo ha hecho. Eso se ha de explicar a los valencianos y seguramente recabar una reválida de su apoyo para seguir con mayor fuerza nuestra justa reivindicación», se remacha desde Compromís. Desde la coalición se considera que «una campaña y unos comicios que coincidieran con locales y europeas no permitirían poner la agenda política valenciana y en particular este grave ítem, en el centro del debate».

Ciudadanos

El partido que lidera Albert Rivera va al alza y todos los sondeos lo constatan. Su crecimiento le sitúa ya, según algunas encuestas, como el partido más votado en España. Un adelanto electoral podría limitar la influencia de los líderes nacionales en el resultado de la Comunitat, aunque la pujanza de la marca cs parece más que contrastada. La única incógnita pasa porque la formación de Fernando Giner todavía no tiene claro cuál será su cartel electoral autonómico.

El argumento no esconde que la convocatoria electoral justificada de esta forma identificaría de manera meridianamente clara a un villano, en este caso, el Gobierno central. En realidad, la justificación trata de disimular factores de un perfil mucho más tacticista. Desde el PSPV se observa con inquietud la posibilidad de que la coincidencia de las elecciones locales y autonómicas con las europeas del 9 de junio termine suponiendo que la marca PSOE ejerza de freno para las opciones de Ximo Puig. .

«Ahora mismo, la gestión de Puig como presidente está mucho mejor valorada que la de Sánchez como líder del partido. Ir a unas elecciones en las que también se valore a las siglas PSOE nos perjudica», se justifica.

Podemos

Uno de los partidos que podría verse claramente perjudicados por un adelanto electoral es la formación morada. Sus dirigentes en la Comunitat no han logrado superar cierta barrera de invisibilidad -debido al cambio de líder y quizá a esa posición de apoyo al Consell pero sin formar parte del mismo-, y unas elecciones autonómicas singularizadas limitarían la influencia de los líderes nacionales. De hecho, las encuestas apuntan que la formación va a la baja, por lo que unos comicios anticipados podrían coger con el pie cambiado a este partido.

Presupuestos

El análisis de la conveniencia de avanzar las elecciones autonómicas que plantean dirigentes de los dos partidos que forman parte del Gobierno valenciano no es ajeno al horizonte parlamentario más cercano. Y en esa particular hoja de ruta ciclista, la aprobación de los presupuestos de la Generalitat de 2019 se perfila como un verdadero puerto de categoría especial para el Consell del Botànic. A escasos cinco meses de unas elecciones autonómicas (si se celebraran en mayo de ese año) y por lo tanto, en plena campaña electoral, las dificultades para sacar adelante las cuentas del último ejercicio presupuestario antes de comicios serían máximas.

Y el problema, como advierten algunos cargos del Consell, ya no sería la dificultad para volver a poner de acuerdo a los tres partidos del Botànico -que ya fue máxima en el último debate presupuestario-. Lo verdaderamente complicado sería encajar el puzzle entre la siempre limitada capacidad económica de las cuentas valencianas y las cada vez mayores exigencias -según se señala desde el PSPV- de los consellers de Compromís, en general, y de Mónica Oltra en particular. El peso político de la vicepresidenta se ha ido viendo reforzado a lo largo de la legislatura con un presupuesto de su departamento cada vez mayor. «Responder a sus exigencias no ha sido fácil hasta ahora. Y ahora mismo no se ve la forma de hacerlo en el futuro». La bronca que la propia Oltra mantuvo el pasado viernes con el titular de Hacienda, Vicent Soler, revela hasta qué punto las tensiones en el seno del Consell motivada por la falta de recursos financieros comienza a ser insoportable. La fecha con la que se especula que se podrían celebrar esos comicios -diciembre de este año- implicaría una convocatoria que coincidiría en el tiempo con el arranque de la negociación de los presupuestos. Dar ese acuerdo por imposible podría ser la excusa definitiva para convocar elecciones.

Desde la óptica socialista, el principal hándicap del eventual adelanto electoral tiene que ver con que la posición de Mónica Oltra en unos comicios autonómicos 'singulares' se vería reforzada frente a una convocatoria electoral múltiple. Ante un escenario en el que se compartieran elecciones municipales, autonómicas y europeas, el peso de Oltra sería el de un actor destacado, pero uno más en el reparto. En unos comicios exclusivamente autonómicos, y con Oltra como cartel de su partido, la visibilidad y el protagonismo de la vicepresidenta se verían reforzados.

La líder de Compromís ha dejado ver en las últimas fechas -la comparecencia del pasado viernes es un ejemplo- falta de engrase en la relación entre los dos partidos que forman el Consell. Está por ver que Puig accediera a tomar una decisión como la de adelantar las elecciones sin contar con el visto bueno de su socia. Aunque el factor fundamental que condiciona esa decisión, muy probablemente, tenga que ver con el resultado que arrojen los sondeos en los próximos meses. Tanto por la intención de voto de cada formación política como por el calculado riesgo de que un adelanto electoral implicara una caída en la participación de tal magnitud que pudiera desdibujar las expectativas de esos dos partidos. «Con diez puntos menos de participación, hay que hilar fino para saber quién sale beneficiado y quién perjudicado», se admitió.

Queda otro factor destacado: el de la determinación de Puig para tomar una decisión política de este calado. Aunque convertirse en el primer presidente de la Generalitat en adelantar comicios pueda resultar un bocado apetecible para un perfil autonomista como el suyo, jugársela a unas elecciones sin cobertura municipal alguna -aunque los alcaldes no tendrían excusa para no implicarse en la campaña- supondría situar sobre sus hombros toda la responsabilidad del resultado electoral. Mucho riesgo salvo que se esté convencido de que es necesario.

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